Capitulo 1: Una llamada

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Siempre habrá una recompensa al final de cada meta, puede ser o no material pero siempre hay

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Siempre habrá una recompensa al final de cada meta, puede ser o no material pero siempre hay. No le digas que no a ella porque será la primera en discutir sobre aquel punto de vista y a veces puede llegar a ser un poco violenta... como ahora.

―¡¿Dónde está mi dinero?!

Gritó la chica presionando la cabeza del hombre contra el escritorio, al no recibir respuesta por parte de él presionó más fuerte causándole daño al tipo. Con su mano desocupada sacó su arma y disparó al techo.

―¿Dónde está?

Preguntó un tanto ya calmada alejándose de él, pero apuntando el arma a su cabeza. El hombre temblaba del miedo, jamás creyó que llegaría a tal situación, sus guardias habían sido derrotados en menos de quince minutos. No sabía en que se metía al contratar a la chica que estaba al frente de él, pensó que era una simple sicaria, pensó que podría matarla con facilidad y así evitar que lo relacionarán con él.

―Creo que no te has dado cuenta que estás vivo en este momento porque me debes mi dinero, si fuera de otro modo, hace como... ―miró por un momento el reloj de su muñeca― cincos minutos te habría matado. Tienes dos opciones, me das lo que me debes y no te mato o sino te disparo en tu estúpido cerebro. Y te advierto que la segunda opción es la más tentadora...

―No tengo el dinero aquí...

―¿Después de todo esto, me crees estúpida? ―preguntó incrédula al hombre con traje que se encontraba arrodillado en el suelo.― Te vigile hace dos horas y he visto un gran maletín en donde te aseguro que había mucho dinero, así que no preguntaré dos veces.

―¡En el armario! ¡Está en el armario!

La castaña agarró de su cabellera y lo empujó al armario que estaba a unos metros de ellos, sin dejar de apuntarle a la cabeza en caso de que él quisiera hacer algo en su contra.

―Entonces, sácalo de ahí que no tengo todo el día.

El hombre temblando por los nervios que le causaba ella, caminó rápidamente hacia el armario, en donde sacó el maletín de color negro. Lo dejó encima del escritorio para que pudiera ella revisarlo. Al abrirlo se encontró con cuatro filas de billetes en dólares.

―¿Ya vez? No era tan difícil.

El sonido de varios disparos se escuchó dentro de la habitación, el hombre miraba con una sonrisa lo que había hecho hasta que se dio cuenta que las balas cayeron al piso. Su sonrisa se desvaneció y fue reemplazado por una expresión de miedo. La mercenaria, se dio la vuelta lentamente con los brazos cruzados y con el ceño fruncido.

―Así que intentaste atacarme...

―¿Q-Qué e-eres? ―preguntó nervioso al ver que ella se acercaba poco a poco. ― Por favor... no me hagas daño.

―Debiste haberlo pensado antes de dispararme.

Ante el miedo de que ella le hiciera daño disparó otra vez, la mercenaria para divertirse con él dejó que se le agotaran las municiones. Cuando por fin se quedó sin balas, le quitó el arma y le golpeó con esta en la cabeza muy fuerte ocasionando que él cayera al suelo. Intentó levantarse para poder huir pero ella lo evitó pateando su cabeza.

Universos Paralelos| MARVELWhere stories live. Discover now