Capítulo Final: Tiempo

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¿Qué es el tiempo?

Para Hyuga Hinata el tiempo era aquél buen amigo que lentamente ayudaba a sanar heridas: fue con ayuda del mismo que pudo superar su pasado y seguir adelante en su vida. Pero para esto tuvo que tomar grande decisiones como el de dejar su natal Konohagakure, lugar que le traía amargos recuerdos y comenzar de cero en un nuevo lugar.

Iwagakure fue la aldea donde la familia Hyuga empezó de nuevo: Hiashi, Neji, Hinata y Hanabi decidieron que era el lugar perfecto para que las dos víctimas de las locuras de Hizashi pudieran sanar. Tal y como su psiquiatra les había recomendado.

Y vaya que había sido una decisión difícil.

En primer lugar estaba las responsabilidades de Hiashi como representante del Clan Hyuga y responsable de la Academia de Artes Marciales perteneciente al ya mencionado clan por lo que no podía irse así como si nada. En segundo lugar, Hiashi se negaba a la idea de que su hija Hinata y su sobrino Neji partieran solos a otra aldea. Sabía que era necesario para ellos, sus terapias los ayudaban a sanar pero sabía que permanecer en Konohagakure era doloroso para ellos.

-¿Estarías dispuesta a mudarte a otra aldea? –preguntó Hiashi a su hija mejor, Hanabi.

Sabía que no podía pensar solamente en lo que Hinata o Neji necesitaban, por más difícil que se le hiciera, tenía que pensar en lo que era mejor para sus tres hijos. Sí, después de todas las atrocidades que había cometido su hermano gemelo, decidió considerar a Neji como un hijo más.

-Yo solo quiero que mi hermana esté bien, padre. Si eso significa que debamos dejar la aldea... lo haré sin dudarlo.

Después de que Hiashi consiguiera un remplazo temporal, los cuatro Hyuga partieron a Iwagakure. En dicha aldea, Hiashi tenía un viejo gran amigo: Kitsuchi y su hija de quince años Kurotsuchi, dicha familia había ayudado a los Hyuga a conseguir un hogar en la Aldea.

Ellos dos eran la única excepción, ya que conocían ciertos detalles de lo que habían sufrido Neji y Hinata. Pero como si hubieran caído del cielo, fueron un gran alivio y ayuda para aquellos cuatro Hyuga desamparados; y es que con ayuda de Kurotsuchi, Hinata se hizo amiga de Ne Sai y Yamanaka Deidara, quienes casualmente fueron compañeros de Hinata en Colegio Iwa.

Cuando Hinata conoció a ambos chicos, supo que el tiempo era el mejor aliado para la curación de las heridas. Sai era un chico huérfano de nacimiento y vivió en el Orfanato Raíz hasta que un incendio acabó con la estructura del lugar, gracias a esto el chico, a la edad de 9 años, vagó por Aldeas Ninja hasta llegar a Iwagakure, específicamente al hogar de Deidara Yamanaka, cuya familia, como si fueran ángeles celestiales, adoptaron al chico.

En dicho incendio, Sai perdió al único chico a quien había consideraba un hermano: Shin. Claro que Sai sintió que perdía su camino, pero cuando dibujaba o pintaba sentía que sus emociones se controlaban.

Por otra parte Deidara había vivido hasta los siete años en Konohagakure, hasta el día que su madre, por culpa de algunos jóvenes fiesteros que manejaban a exceso de velocidad, quedó paralítica y como su familia materna radicaba en Iwagakure, lo más fácil para él y su madre fue regresar al lugar natal de la señora para tener el apoyo de sus hermanas. ¿El padre de Deidara? Oh, el señor Yamanaka salió un día en búsqueda de cigarros y nunca volvió.

El abandono de su padre, provocó en Deidara un sentimiento de venganza que solo controlaba cuando creaba arte a base de arcilla; su madre era otra de las razones por las cuales debía seguir adelante y debido a esto tuvo que perder varios años escolares, es por eso que, a la edad de 16 años apenas cursaba la escuela secundaria en lugar de la preparatoria.

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