Esperanza

215 28 4
                                    

Esa noche apenas pude dormir. Me desperté temprano, con una punzada en las costillas y la cabeza aún me dolía, por no hablar de que no recordaba cuando había sido la última vez que comí pero de todas formas la comida me asqueaba en ese momento

Me incorporé camino del baño, nada más entrar sentí una arcada y terminé vaciando el estómago por completo en el retrete. Todavía era temprano así que me tomé mi tiempo para darme una ducha y mientras veía el agua caer mi cabeza era un completo desastre, no podía pensar claramente y tenía un amargo sabor en la boca

Me sequé el cuerpo y el pelo, que de tan revoltoso que era regresó enseguida a su estado alborotado. Noté un escalofrío, por dentro me sentía completamente helado, ese frío que se siente hasta los huesos cuando uno está desprotegido, así me sentía yo: vulnerable

No podía siquiera mirarme a los ojos mientras me cepillaba los dientes, mi mirada estaba fija sobre la herida en mi brazo, escocía. Tomé el botiquín y la curé con desánimo, sintiéndome como un niño avergonzado, pero sobretodo sentía frustración. Me preguntaba como estaría mi madre después de aquella noche, el disgusto debió de ser enorme pero lo que en realidad le preocuparía sería mi salud antes que mi huida

Suspiré con pesadez

Recogí mi cuarto lo mejor que pude y sin más remedio tiré algunas cosas que mi padre había roto y eran inservibles. Quería evitar que mi madre se ocupara de ordenar mientras yo no estuviera pero sobretodo quería hacer tiempo, la idea de ir a clase no me seducía nada, sabía que estaría solo y desconcentrado

Tan distraído estaba que el tiempo pasó frente a mi y no advertí la hora que era hasta que salí al salón y recogí mi móvil. No tuve tiempo de mirar los mensajes que Sero me había mandado, la hora se me echaba encima y debía darme prisa por ir a clase. Cargué mi mochila y salí disparado, aún estaba resentido y el dolor me seguía el paso, pero no podía detenerme

No soportaría llegar tarde y ser el centro de todas las miradas

Me detuve por un instante casi en la puerta

Recapacité y analicé mis pensamientos, entonces descubrí cual era mi verdadero miedo detrás de eso: la mirada de Katsuki. No sé como pero ese chico siempre se metía en mi cabeza cuando menos lo esperaba, pero era cierto que hacía tiempo que no pensaba en él, nisiquiera me había dado cuenta de que esa mañana no había ido con tiempo para verle antes de entrar en clase

¿Qué importa eso ahora? No tengo ninguna posibilidad con él

Mi corazón agitado de por sí debido a la carrera dio un vuelco y sentí un vacío nuevamente. Recobré el aliento y entré junto con un numeroso grupo de alumnos, pero mi mirada seguía fija en el suelo

No había sido un buen comienzo para un nuevo día pero podía ser peor, ¿verdad?

Narra Katsuki

Mis ojos se abrieron con lentitud mientras me quejaba y mi cabeza dolía increíblemente.

-Tch... ¿de nuevo acabé bebiendo más de la cuenta?

Me levanté con lentitud. Vivía sólo a si que no importaba el desorden. No había una baldosa en el suelo que no hubiera algo tirado, pero sinceramente, eso no me importaba

Bostecé mientras buscaba una prenda de todas las que estaban y de las pocas que quedaban limpias

Debería importarme más el desorden. Pero me sentía demasiado decaído como para hacer algo. No tenía ganas de nada, sólo de escuchar esa melodía una y otra vez hasta escucharla en sueños

No tengo ningún propósito, no quiero ser algo, no tengo una meta. Soy un solitario soldado caminando de lado a lado en busca de otro trago para ahogar las penas

Kacchan x DekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora