4 Natsuki

116 11 10
                                    


Tuve un sueño, otro, pero esta vez más claro, un sueño que se parecía mucho a aquel dibujo que mi hermano hizo para mí. Me encontraba en una casa con puerta blanca y tejado rojo, mi madre estaba en el jardín, removiendo la tierra para sembrar algunas semillas, mi hermano reía mientras daba vueltas en su bicicleta nueva, mientras yo me encontraba sentado en aquellas gradas cerca de la puerta. Me sentía feliz, demasiado feliz, me gustaba aquella hermosa escena familiar, pero, lo que llamó mi atención fue que alguien sujetaba mi mano, y al voltear a ver quién era, me encontré con la mirada de aquella mujer, con aquellos ojos que tanto amaba. Un momento ¿dije amaba? Desde que me puse a analizar aquella palabra, el sueño cambió de giro y todo se volvió un caos, una pesadilla.

Felizmente desperté y al ver la hora en el reloj de pared, me di cuenta que pronto amanecería, pero no podía dormir más, después de todo eso, me sería imposible.

Lamentablemente al amanecer las cosas no estuvieron muy bien que digamos. Me sentía inquieta, alterada, no podíaconcentrarme en nada, estaba tan fastidiada que fui muygrosera con las enfermeras y traté con brusquedada la doctora que me atendía. Y cuando ella salió murmurando acerca que debía ponerme un calmanteparaterminar de revisarme, no pude soportar más, me puse de pie rápidamentey empecé a rompertodo lo que tenía a la mano en un ataque de ira,empezandoporel jarrón con flores que trajo mi madre yalgunos cuadros. Empujé lamesita donde estaban los frascos de medicina que se estrellaron contra el suelo. Grité, grité lomás fuerte que podía llamando a esa mujer, se que mi voz...

podía escucharse por todo el corredor, pero no me importaba, quería verla otra vez, ya no podía más, era demasiado para mí. Grité una y otra vez a las enfermeras porque me dejasen tranquilo, para que trajesen a esa mujer cuyo nombre desconocía, y cuando el personal masculino vino a sujetarme para que la doctora me pusiera la inyección con el calmante, ella apareció por aquella puerta.

- Por favor, déjenme a solas con ella, prometo que me haré cargo, pagaré los destrozos que hizo, pero se lo ruego doctora, no le aplique el calmante, debo hablar con ella. Usted sabe muy bien quien soy, no tema dejarla a mi cuidado – dijo la mujer con una voz un poco alterada.

La doctora accedió extrañamente a su petición y cuando me vi liberada, me quedé en un rincón de la habitación, aun sollozando, intentando calmarme un poco, pero lentamente me dejé caer al suelo sintiendo como aquellas fuerzas me iban abandonando.

- Shizuru, ¿estás bien? Mira todo lo que has destrozado, tú no eres así – dijo ella mientras se agachaba hacia mí y cogía mi cabeza con ambas manos para hacer que la mirase.

- De-déjame - fue lo único que pude decir.

- Jamás lo haré, quieras o no, siempre estaré contigo.

- ¿Quién eres tú? ¿Por qué me siento extraña cuando estás aquí? Dímelo, ¡dímelo! – dije arqueando las cejas y mostrándole una expresión agresiva. Había perdido horriblemente la calma y ahora me era difícil controlarme, mi respiración aún se encontraba agitada, sus manos eran lo único que me detenían para que no siquiera rompiendo más objetos o intentase pegarle.

- Lo siento, aún no es tiempo. Me gustaría que recordaras todo, pero lo único que puedo hacer es que te acostumbres a mi presencia poco a poco.

- No te entiendo.

- Perdóname Shizuru, perdóname, fue mi culpa. Merezco que no me recuerdes, pero al menos espero que lo hagas con tu familia.

- No sé quién eres tú, solo deseo que me dejen sola.

- ¿Así? ¿Entonces por qué gritabas desesperadamente para verme? Te escuché, pude escucharte cuando subía las escaleras.

- ¡No lo sé! ¡No entiendo nada!

- Shizuru tranquilízate, ya verás que pronto recordaras todo, solo deseo que al recordarme, me perdones.

- ¿Perdonarte qué?

- Aquella noche discutimos y saliste en el auto, te seguí ya que estabas un poco bebida, pero fue ahí cuando tuviste el accidente, no supe que hacer, sólo llamar a la ambulancia y maldecirme mentalmente por haber discutido contigo.

- Sigo sin entender - dije fríamente a pesar que sus palabras estaban atravesando mi alma, tenía deseos de tocarla, pero

Me contuve, debía saber la verdad, eso era lo único que quería en esos momentos.

- Lo harás, lo prometo – respondió con voz más calmada.

- Al menos dime tu nombre ¿Qué tipo de relación tenemos?, ¿Eres alguna amiga de la universidad?

- Soy Natsuki.

Y antes de que pudiese preguntar más, Natsuki me abrazó fuertemente, haciendo que soltara unos gemidos de dolor a causa de las heridas. Mi mente no la podía recordar, pero mi cuerpo parecía hacerlo, pronto mis manos se movieron solas y me vi abrazándola también, lo único que quería era que aquel calor que emanaba de su cuerpo no me abandonase otra vez. Pero tuve más de lo que habría imaginado, antes de soltarme Natsuki se inclinó hacia mí y me besó, fue un beso rápido pero me quedé totalmente inmóvil cuando lo hizo.

Luego de ello salió de la habitación rápidamente, quise seguirla, pero había perdido el control de mi cuerpo.

¿Qué había sido aquello?

Una mujer me había besado pero ¿Por qué sentía esta extraña alegría envolviendo mi ser por completo?

¿Por qué sentía como si la felicidad mostrada en aquel dibujo inocente de mi hermano, hubiera salido del papel para entrar a mi cuerpo?

Al menos esta vez había obtenido su nombre, sin embargo aquel beso me había tomado por sorpresa. En esos momentos más que nunca supe que debía recordar mi pasado, mi único temor ahora era no volverla a ver ¿acaso estaba enamorada de ella? O tal vez ¿ya lo estaba desde hace mucho tiempo?, en aquella vida que dejé atrás.

Esa noche la doctora no me administró el calmante para mi alivio, ya que después de aquella charla permanecí en silencio, sin causar más problemas.

Pero....

continuara...

El proximo capitulo sera el final de esta corta historia espero la hallan disfrutado, tanto como yo.

Nos leemos en el capitulo final o para los que siguen mi otra historia, entonces nos leremos tambien en el proximo capitulo de "AMAR ES SER UN GRAN IDIOTA", hasta la proxima.



Att,


Mapache Del Mal

No Me OlvidesWhere stories live. Discover now