Capítulo 8.

29 22 8
                                    

Hoy es el día anterior a un gran viaje. Iban viajar a Dinamarca. Jack y Elisa tenían preparado todo, para viajar, y pasar así cuatro horas. Pero querían disfrutar del viaje, pues Jack le pidió a sus padres que le dejara viajar durante una semana. Cosa que le dejó.

Jack era un chico de cuyas cualidades eran muy etéreas. De esta manera al viajar, lo hace todo de manera muy delicada. No obstante, y a diferencia de Elisa, no le importaba lo más mínimo cualquier detalle o descuido.

Su familia, planearon para hoy una excursión, hacia Londres. Iban a ir a Nottingham. Además se iban a encontrar a su primo, Andrew, que estudiaba en Nottingham Forest.

Jack estaba bastante contento por lo de la excursión. Por fin harían una cosa diferente en todo el verano.

Jack se levantó con un frío el cual le dejó parapléjico. Pero no era porque había frio, si no que vestía muy poco. Así que se puso rápidamente la sabana. Después se puso la bata y fue al baño para lavarse la cara.

Al lavarse la cara, se fue la cocina, donde estaba su padre.

-Hola, papá.

-Buenos días.

-¿Hoy hacemos excusión?

-¿Va a venir tu amiga?

-Em... Pues sí... ¿Por qué no?

Y era así, como Jack pensó en ese momento, la injusticia que recibía Elisa por sus padres. Su padre y su madre no querían a la chica en su casa.

-Nunca me comprendéis.-pensó decirle a su padre, cosa que no hizo, porque esa acción sería como precipitarse de un edificio.

Jack fue a su habitación, se quedó pensando, y fue a dar un paseo en la bicicleta.

Respiraba el aire de San Sebastián, y no, no iba a ir al monte Urgull. Pasó al lado del monte, se quedó mirándolo medio minuto, y se marchó en dirección contraria.

Estaba vivo. En los últimos tiempos, con el asunto de Elisa, el bibliotecario, y todas esas cosas, por estas razones había olvidado respirar. Pero también pensó que cuando se acabe todo, que será pronto, nunca verá más a Elisa, que había sido su única amiga, durante dos meses.

Pero nunca se negó a su corazón, y se guió por el camino correcto.

Mirando al cielo, hacia el horizonte, con la bicicleta.

Se había acordado por un momento del bibliotecario, y si se habrá dado cuenta de que la esmeralda que le dieron fue falsa. Pero movió la cabeza como si no quisiera que el cerebro recuerde ese tema.

Hoy era un día nuevo, era año nuevo.

Volvió a su casa en una media hora. Fue a la habitación de Elisa. Estaba allí.

-Hola, chica.

-Feliz año.

-Feliz año, Elisa.

-¿Y bien?

-¿Sigues durmiendo?

-No, estaba reflexionando.

-¿Sobre qué?-preguntó Jack, aunque era evidente.

-Sobre el tema.

-¿No eras tú la que quería ir con seguridad a Dinamarca?

-Sí, pero reflexiono sobre lo que pasará después.

-Ah...

-Eres mi único amigo. Eres como mi mano derecha. Soy huérfana, mi tía se ha muerto, me han adoptado. Los padrastros me tratan muy mal. Vivimos en una casa de chiste. Y sólo he conocido a una persona en mi vida a la que amo, y sigue viva.

La Esmeralda De La Verdad. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora