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( capítulo dos ) ❛ pequeñas promesas ❜
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Mi hermano y papá se estaban dedicando fielmente a ignorarme casi por completo, no habían sacado la cara de sus móviles en toda la mañana, era la única sobre la mesa que no estaba pegada al celular. La única vez que hablaron durante el desayuno fue para un cordial buenos días y agradecerle a Martha por la comida, también si agregamos un pequeño interrogatorio de parte de mi padre que me preguntó si me había disculpado con los Cameron por no aparecer ayer, mentí diciéndole que si, pero claramente no tenía ganas de hacerlo, sabía que estaba exagerando, entiendo que quiera verse bien ante los Cameron y a su viejo colega, pero no había necesidad alguna de hacer una tormenta en un pequeño vaso de agua.
Zack aún no había dicho nada, creí que su humor iba a mejorar para cuando despertamos, pero es evidente que me equivoqué. Realmente no entendía porque siquiera estaba tan molesto conmigo, no es la primera vez que nos cubrimos la espalda y estoy segura que no será la última, nos han castigado cientos de veces, algunas por culpa de la estupidez de Zack y otras debo admitir por la mía. Éramos un equipo, pero esta vez que solamente yo andaba ánimos de jugar.
Luego de ser olímpicamente ignorada por mi familia decidí salir un rato para salir de ese tenso momento, miraba como algunas pasaban caminando, las señoras del frente hacían su caminata matutina donde siempre hablaban sobre lo horrible que estaba la juventud y de las nuevas adquisiciones de sus adinerados esposos. Muchas veces las había escuchado hablar sobre marcas inexistentes de automóviles y alardear sobre estos, eran como ese grupito hipócrita del colegio donde ninguna de ellas realmente se toleran, pero siguen juntas a cada momento por alguna extraña razón. Las saludaba siempre que salían, fingían ser amables conmigo, seguramente porque habían escuchado sobre mi madre fallecida y eso de alguna u otra forma me hacía darles lástima. Si algo había aprendido de Outer Banks es que los rumores corren como pólvora, aquí nada sale desapercibido.
—Entrega especial para la señorita Anderson —sonreí al escuchar esa voz.
—JJ —hice una sonrisa mostrando los dientes—. Una sorpresa verte por acá tan temprano.
