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( capítulo cero ) ❛ ¿pogue o kook? ❜
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El aire era pesado, hacia demasiado calor en el lugar y aún así no tenía ningún ánimo de estar en la piscina o siquiera ir al mar. La mañana fue agitada y ruidosa, que provocó un dejo de ansiedad en mi cuerpo y lidiando demasiadas cosas en mi cabeza de los turbulentos que han sido los últimos días por acá. Hace unas semanas me encontraba en Nueva York dibujando para la carpeta que presentaría para la escuela de arte pacíficamente desde mi cuarto, muy lejos de la arena o la caliente brisa que inundaba todo el lugar. Aún así, no me encontraba completamente molesta, el lugar era lindo, la casa también tenía un lado bastante pintoresco y todos habían sido muy amables ya que la mayoría de familias conocían muy bien a mi papá, los Cameron vinieron a vernos ayer y se quedaron a charlar y fingir interés por el regreso de los Anderson en la costa.
Mi hermano gemelo se miraba bastante bien respecto al cambio, de todos modos, siempre presentó cierta repulsión a nuestro modo de vida en Nueva York, quién decía que siempre era monótono y ordinario. Yo también lo sentía así, más aún luego que mamá muriera el verano pasado, catalogado los peores días para toda la familia, papá creyó que irnos de ese lugar y volver a iniciar en un ambiente totalmente distintivo podría hacernos algo de bien. Y vaya que se tomó enserio eso de un cambio drástico, porque ya no estábamos en las transitadas calles de la ciudad, sino atrapados en una isla rodeados de agua y muchos hipócritas.
—Harley, deja ese maldito lápiz y ven a nadar un poco —Zack me dijo mientras salía de la piscina—. Tendrás mucho tiempo para dibujar lo que sea de este lugar, no nos vamos a ir de aquí.
—No ando ánimos de nadar —respondí sin quitar la vista de mi cuaderno.
—No actúes como una anciana, Harls —suspiró con pesadez—. Tenemos una jodida piscina, hay que disfrutarla.
—Usare tus mismas palabras: tendrás mucho tiempo para la piscina, no nos vamos a ir de aquí —le sonreí y este bufó.
