Cita

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Mi cabeza me recordaba una y otra vez quien era que estaba invadiendo mi boca
Damián Fettro.
Sin querer me separe de él.
-Que diablos fue eso?- Pregunté.
El enfureció la mirada y simplemente me ignoró y arrancó el auto.
-Ok será como diga, bueno técnicamente no lo dijo-
Continuo ignorandome.
-Me provocaste. Tienes una forma muy particular de comer helado- mencionó en voz baja.
-Eso lo sé. Lo raro es que a comer helado como foca enjaulada sea algo provocativo-
-Creo que debería buscarte otro lugar en donde trabajar-
Lo mire asustada.
-NO- me negué rotundamente.
No me podía ir de allí, no creo que nadie me pague la misma cantidad de dinero que gano con el.
-Es lo mejor Living- Concluyó.
Rápido llegamos al club.
No le dirigí la palabra ni lo mire sólo subí a su departamento a hacer la limpieza. Al terminar me marché rápido
Que me haya despedido no arruinaria mi cita con Jonathan.
-Que tienes?- preguntó mi madre al tan sólo verme entrar.
Estaba sentada en el sofá con Dorothy viendo una telenovela.
-Nada-
No se porque me enojaba su actitud.
Sólo fue un maldito beso, podíamos dejarlo atrás como aquel día. Éramos expertos en olvidar.
Aún algo molesta me entre a bañar, mi pelo estaba demasiado largo tendría que cortarlo en la semana.
Me puse unos jeans con algunos rotos, unas vans y una blusita que enseñaba mi ombligo.
No era buena con lo del maquillaje, pero un labial y máscara eran fáciles de aplicar.
-Mamá voy a salir llegaré a eso de las 11:30- le comunique.
Sin embargo no le di tiempo de que me respondiera.
Un mensaje de Jonathan me había avisado que me esperaba fuera.
Como siempre increíblemente guapo.
Unos jeans oscuros, un t-shirt blanco y una chamarra además de unos lindos tenis.
Me sonríe con picardía.
-Estas muy guapa-
No pude evitar sonreír.
-No estás en desventaja créeme- Respondí a manera de halago.
El me abrió la puerta de copiloto, lo que me permitió oler su increíble perfume.
Discutimos sobre la película pero no llegamos a un acuerdo así que lo cambiamos por ir al Malecón y sentarnos junto al mar.
-Desde cuando trabajas en Intenso?-
Casi puse los ojos en blanco.
En serio? Hablar de intenso.

-Hace algunas semanas- contesté. No abunde mucho porque la verdad lo que menos quiero es pensar en el club ya que sería inevitable dirigirle algunos de mis pensamientos a Fettro.
-Al principio creía que eras algo de Fettro por la forma en que me miro. Sólo pensé que me iba a arrancar la cabeza por ligar con su chica.-
Solté una carcajada. Quizás en vez de ello le hubiera dado un premio por hacerle el favor de quitarme de encima.
-A veces tiende a ser un posesivo de mierda, pero es mi jefe y me ha ayudado mucho la verdad, pero ya basta de hablar de él, ni siquiera se la edad que tienes- le dije relajada mientras me tomaba la cerveza que me había comprado.
- A ver, cuanto me echas?
-Mmmm....70-
-Hey!!! No sólo unos 26 años-
Frunci el ceño porque la verdad me parecía muchísimo más joven.
-Y tú?- preguntó.
-17...pero pronto 18- le dije al ver su cara.
-Eres menor...sabes mis amigos dirían que corríera lejos de ti, si es que no pudiera desaparecer con magia...pero me caes muy bien así que podemos ser amigos hasta que Cumplas la mayoria de edad-Me dice sonriendo.
Sonríe lindo.
-Que consuelo! Amigo- recalque divertida.
-Que raro siendo menor trabajes en ese lugar- continuo.
-Necesito el trabajo, tan simple como eso-
-Entiendo.-
Me instó a caminar mientras continuabamos conociendonos más.
Vivía con sus dos hermanitos, sus padres estaban en Brasil pues son originarios de allá.
Es un publicista bastante creativo, lo comprobé por algunos diseños que me mostró.
Casi no hable de mi vida. Ósea era un mierda.
Un padre ausente.
Madre enferma.
Expulsada de la escuela de mi sueños.
Sin mejor amiga.
Jefe desvirgador que me odia.
Ósea que más le podía pedir a la vida?!.
Johanatan era un tipo dulce la verdad, no me podía aburrir con él ni siquiera a propósito. Era atento y respetuoso pero sobre todo me encantaba su personalidad, era tan abierto con la gente, tan espontáneo, sin duda era un ser de luz.
La cita había tomado otro rumbo, era más enfocada a la amistad, no había roces coqueteos ósea ni siquiera nos besamos, sin embargo fue una velada excelente.
Me dejó en casa a las 11:00 de la noche.
-Ahora me puedes explicar con quien andabas?- preguntó mi madre al tan sólo verme cruzar el umbral de su habitación.
-Conocí a un chico en el club, nos caemos super bien y quedamos en vernos hoy, pero descuida sólo somos amigos- le dije suspirando mientras me deshacía de las vans.
-Esperabas lo contrario?- preguntó.
Tan sólo la mire.
La verdad es que claro que esperaba todo lo contrario pero el beso con Damián me ha distraído mucho de aquella idea.
El se había portado como un idiota conmigo. De verdad que no lo entiendo.
-No te voy a negar que me gusta, pero creo que lo espante al decirle mi edad, llevo tatuado en la frente que soy menor de edad- le dije.
Ella sonrió y extendió sus brazos para que la abrazara.
-Eres una bebisita todavía- Me susurra, le encanta tratarme como niña boba.
Sólo sonreí. Ella sabía que me molestaba que me hablará así, pero estaba feliz de tenerla conmigo. No podría imaginar mi vida sin ella.
Nos quedamos hasta tarde viendo películas. Ni siquiera había hecho la tarea, sólo se que el sueño me venció a su lado.

I N S T I N T O Where stories live. Discover now