Grave Problema

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Tenía media hora sentada en aquella cama. Me dolía mucho la cabeza de tantas lágrimas, sólo estaba su franela tirada en el suelo.
-Eres una estúpida. Una estúpida. Kelvin no se merecía esto ni tu tampoco!!-grite.
Me acerqué a la puerta en un intento de tocar, sabía que nadie respondería, ya lo había intentado.
De un momento a otro alguien abrió la puerta, suspire. Esta vez era una mujer vestida de negro completamente, era rubia y tenía el cabello amarrado en una coleta baja.
-Acompañeme!- ordenó.
Al parecer nadie sabía decir por favor.
Con la poca dignidad que me quedaba la seguí, atravemos el pasillo, salimos a la alberca donde la fiesta continuaba igual o más animada que antes. No vi a Julia por ningún lado. Esta vez me llevo a otra habitación y me hizo pasar.
Ahí estaba él, enfadado colerico y también estaba Julia asustada.
-Siéntate!-Ordenó. Obedeci.
-Te va a revisar un médico, pero primero tu nombre, apellido y edad.
-Living Amador , tengo 17 años-Respondí sin mirarlo a los ojos. Moría de vergüenza.
-Cuando cumples la mayoría de edad?-
-En tres meses- Respondí
-Imagino que tu padre sabe que estas aquí, verdad?- esta vez la pregunta fue para Julia.
-Claro que si, me presto su tarjeta !- añadió segura. Pero yo la conocía y se que se estaba muriendo por dentro.
-Ok, espero no te moleste que quiera confirmarlo- entonces si reacciono mi amiga.
-Lo sabía. Le robaste la tarjeta. Esto no es un juego para niños! Demonios!- dijo molesto.
No respondimos.
-Pasa con el doctor- Me señaló. Un hombre abrió la puerta y se aproximó a mi luego de hacer algún tipo de seña con el idiota.
-Por aquí- Me condujo a la habitación contigua y me vio sentar en un mueble largo que había.
-Que va hacer?- le pregunté al ver como se ponía unos guantes de látex y sacaba un aparato bastante curioso.
-A corroborar si eres o no virgen- contestó calmado.
-No pretenderá meterme eso- dije asustada señalando el aparato.
-No veo el problema, algo más grande anduvo por ahí o me equivoco- Dijo serio.
Me calle sentía que mi cabeza iba a quebrarse de la vergüenza, entonces no pude contener las lágrimas. Me sentí ultrajada.
Cuando terminó me hizo cambiarme y volver a la habitación donde estaba el hombre o mejor dicho a la oficina.
Julia ya no estaba solo él.
- Ya no es virgen,   sólo un poco lastimada e inflamada- le dijo al hombre quien no se si me miró , si lo hizo no me percaté, tenía los ojos mirando mis uñas y recordando las palabras de mi madre... al menos usamos protección.
-El padre de Julia ha venido por ella y dejó dicho que no te quiere ver más con su hija- Dijo el hombre.
Asenti ya me lo esperaba. Sólo espero que no tenga repercuciones en la escuela.
- Soy Damián Fettro el dueño de este lugar- dijo extendiendome la mano.
Se la deje en el aire. No queria ni que me tocará.
-OK!. Te haz merecido todo lo que pasó, no me disculpo por nada.- .
El estaba un poco más calmado, seguía molesto pero la furia se había ido a algún lado.
-Puedo irme?- pregunte. Sólo quería escapar de aquel lugar y olvidarme de que existe.
-No. Estas en un grave problema. Toma- Dijo en voz autoritaria mientras me pasaba su móvil desbloqueado.
-Llama a tu madre, dale la dirección. Tengo que hablar con ella-Ordenó.
Lo mire como si había llamado al diablo. Pero este hombre estaba loco.
-Estas loco! No voy a llamar a mi madre, tu por tu lado y yo por el mío. Esta noche no paso nada. De mi parte está olvidado- dije mientras le dejaba el cel en su escritorio y marchaba a la puerta.
-VUELVE A SENTARTE AHORA!- por ese tono sabía que no podía desobedecer.
Tome asiento a regañadientes.
-No es un club ilegal muchacha, tenemos reglas y acabas de violar muchas de ellas incluso puedes ir a la cárcel, quieres que te la enumere?- preguntó sarcástico.
No dude en levartarle el dedo medio.
-No quiero volver a pegarte. No vuelvas a referirte a mi madre de esa manera o sino no respondo!- Me dijo enojado.
Ok fue mala opción.
-Sólo déjame ir.- rogue.
-Llama a tu madre ahora!- Me ordenó.
-No puedo. Me matará!- le dije mientras las lágrimas salían.
-Ahaha no puedes no tienes valor, pero para venir a un club a ofrecerte como puta si lo tienes verdad, VERDAD?!- Me Grito de nuevo. No pude soportarlo me paré y le pegue.
El me Halo de la cola con fuerza.
-LLAMARAS A TU MADRE EN ESTE MALDITO MISMO INSTANTE- Me dijo mientras halaba más fuerte mi cabello, quería lanzar un alarido de dolor pero no podía darle aquel gusto.
Cuando él me soltó cogí el celular y llame varias veces a mi madre.
Le di gracias a Dios porque no lo cogía, eran las 6 de la mañana, debía estar dormiendo.
-No lo coge- le dije.
-Ok ayudarás al servicio a limpiar luego volverás a llamarla, no te irás de aquí sin yo haber hablado con ella.- Me dijo y salió estrallando la puerta.
Me dolía mucho mi parte, y él lo sabía, el doctor se lo había dicho, pero no le importó.
Al siguiente momento dos mujeres entraron con los instrumentos para limpiar.
-Vamos muchacha!- ordenaron al mismo tiempo.
Me quite los tacones lo había llevado todo el tiempo incluso cuando estuve en la cama con él, y me estaban matando en aquel momento, así que me deshice de ellos.
El local tenía 15 habitaciones en la tercera planta y estaban destrozadas en el sentido de que la organización era mínima. Las tuve que limpiar y organizar incluso tuve que limpiar la habitación en donde habia perdido todo inclusive mi dignidad, lave con esmero las sábanas no quería que nadie más viera esto aún cuando la encargada de limpiarla era yo y sólo yo.
Para cuando termine estaba destrozada me dolía todo, no veía la hora en marcharme a mi casa y acomodarme en mi pequeña cama para llorar plácidamente.
Damián se acercó al bar que era justo lo que estaba limpiando, me pasó su celular.
-Inténtalo de nuevo-
No medie palabras con él, no me apetecía estaba cansada hasta de mirarlo. Maldita la hora que entre a este club!
El celular sonó dos veces a la tercera fue descolgado, me preparé mentamelnte pero para mi sorpresa no fue mi madre que contestó si no alguien más.
-Es la señorita Amador?- preguntó la mujer.
-Si soy yo, dele el celular a mi madre por favor, necesito hablar con ella- le dije con el ceño fruncido.
Porque había contestado esa mujer??
-Me temo que no podrá. Debe venir rápido al Central su madre está siendo intervenida, la ha atropellado un camión de camino al trabajo, esta grave. Dese prisa- colgó.
Esto no me podía estar pasando a mí. Las lágrimas se agolparon en mis ojos, era mi culpa. Todo era mi maldita culpa. Deje el celular en la barra y camine en busca de mis tacones ignorando la voz de Damián que me llamaba con autoridad.
-Me voy! Y me importa un carajo lo que hagas, si quieres mandarme a la cárcel hazlo!- le dije y camine hacia el ascensor, estaba bloqueado. Bien! Me dirigí a las escaleras. Y baje rápidamente casi me parto un pie en el camino.
La puerta estaba cerrada, bloqueada. Sabía que había sido él.
-ABRE LA MALDITA PUERTA, MI MAMA ESTA EN EL HOSPITAL. TENGO QUE IRME-Grite. Sabía que me había escuchado porque la puerta cedió.
Use el dinero que tenía para llegar al médico. Mi ropa estaba arrugada y olía a cloro. Fui a recepción a preguntar por ella.
En ese instante salía el médico de la operación.
-Es la hija de Lorena García?- preguntó el hombre aún con su uniforme de quirófano.
-Si soy yo.- Respondí ansiosa.
El hombre me tiro un vistazo de arriba abajo y me sentí avergonzada.
-Logramos salvarle la vida pero lo más probable es que no pueda volver a caminar. Lo siento- Dijo.
Encontré una silla y me senté. Entonces las lágrimas fluyeron rompiendome el alma.
Sentía tanto dolor y asco de mi, y luego mi madre una mujer tan independiente como diablos le iba a decir que no iba a poder caminar.
Lloré con más fuerza, me odiaba en este preciso momento más que a nada.
-Las terapias pueden hacer milagros- Me dijo una voz que reconocía. Me tocaba el hombro. Pero será descarado.
-No me vuelvas a tocar en tu puta vida. Y lárgate de aquí ahora!- grite. Ganándome el reproche de los doctores y enfermeras.
-Sólo quiero que firmes esto. Negando todo lo que pasó anoche y todo quede de forma confidencial- Me dijo entregandome un papel y una pluma.
Me reí disimuladamente, ya sabía yo que esto no era limpió.
-Se que debo leerlo, pero la verdad no me importa, sólo no quiero volverte a ver- le dije derrotada pasandole el documento firmado.
-Ok Living. La cuenta esta pagada y las primeras 10 terapias espero que tu madre vuelva a caminar- Me dijo en un tono que no había escuchado antes.
Lo mire y le dije las palabras más sincera que alguna vez he dicho.
-PUDRETE-
El asintió y se marchó.
Suspire. Debería irme a cambiar y avisarle a Julia.
Joder no tengo celular.
Me acerqué al doctor que había operado a mi madre pero esta vez tenía la bata habitual que usan los médicos.
-Cuando podré ver a mi madre?- pregunte.
-Estara varios días en cuidados intensivos, me temo que no será por ahora, sin embargo puedo estar afuera de la habitación , si mañana amanece mejor le dejaré verla un minuto- Me dijo sonriendo esta vez.
Fui a casa a cambiarme no quería que más nadie me viera así.
Lo hice rápido quería volver junto a mi madre. Era el peor sábado de toda mi vida.
El camino al hospital fue largo. Había reflexionado sobre todo lo que había pasado y eso hace que me odie más.
Maldito Kelvin!
No se como pude cegarme de esa manera, amar a un hombre que me orillo hacer aquello. No me puso una pistola en la cabeza pero cada vez que podía me decía "Si no fueras virgen..." Ya no lo soy y me siento peor que antes.
Al llegar me entregaron el celular de mi mamá y para mi sorpresa había una llamada perdida del que alguna vez llame padre. Le devolví la llamada.
-Lorena te he estado llamando desde temprano, pásame a Living!-
-Soy yo. Sólo te devolví para decirte que mi madre está en el hospital, fue atropellada- le dije con gesto seco.
-Oh cariño..!-
-Sólo te digo para que estés informado, pero no te atrevas a poner un pie aquí o te sacaré yo misma-
-Quería decirte que ya tu hermano nació-
-No tengo hermanos- le dije y cerré el celular.
Intente llamar a Julia pero iba directamente al buzón.
Me senté en la sala de espera, no podía verla sólo rezar por ella en silencio.

El fin de semana se resumió a eso. Comía y dormía en el hospital, mi madre aún no había despertado ni siquiera había alguna señal de que lo hiciera en los próximos días. Kelvin me había llamado pero no le había cogido el celular seguro mi padre le había dado el número de mi madre para intentar sonsacarme o algo.
Prácticamente estaba desconectada de todo y de todos.
El lunes estaba tan triste como mi vida. El camino a la escuela fue un tormento pero al menos estaba feliz de ver a Julia, espero y su padre no la haya regañado tan fuerte.
La escuela estaba como siempre, fui directo a mi aula, aún no había llegado mi amiga que raro ya habían tocado el timbre.
Todos ocuparon sus asientos.
-Señorita Amador, la directora la solicita en la oficina-Me dije la profesora.
Me extrañe, era la primera vez que iba a la oficina sin saber el porque.
-Pase y tome asiento-Me ínsito la Directora Matos.
-Dígame ocurre algo?- le pregunté asustada.
Ella me miró nerviosa. Sabía que no debía ser algo bueno.
-Haz sido expulsada del colegio!- Me dijo con extremada calma.
-Fue el papa de Julia , verdad?- pregunte en el mismo modo.
Tantos días de luchas, horas de sueño pérdidas por mantener aquella beca y hoy me la quitan así como si nada.
-Ha sido transferida al Republicano- Dice con cautela ignorando mi pregunta. Mientras pone encima del escritorio una carpeta la cual supongo tenía todos mis documentos.
-A la escuela pública, creo que ahí no se necesita beca-Le dije y salí lo más rápido que pude con mi carpeta en mano. Iba a terminar la escuela en el lugar que fuese!.
Volví al hospital y me senté en la misma sala, resistí el no llorar no iba a lograr nada con eso.
Sólo reí profundamente pero no como una foca energúmena sino más bien como aquella risa de viejo pausa, calmada y sarcástica.
No sabía cómo diablos iba a empezar a contarle a mi madre.
-Señorita Amador su madre ha despertado y quiere verla!- Me dijo una enfermera.
Corrí tras ella y entre precipitadamente al intensivo.
La primera impresión fue grotesca, tenía casi el rostro desfigurado, los moretones eran una especie de mezcla entre negro y morado y luego estaban sus piernas, las cuales no reaccionarian.
-Mamá- Le dije tiernamente mientras le tocaba la frente no pude evitar que una lágrima se me escapara.
-Mi niña, tenía tanto miedo de no volverte a ver-Me dice haciendo un gran esfuerzo para articular.
-Shshshs...No hables Mami, mejor escuchame, no quiero que te esfuerzes-Le dije esta vez tomando su adolorida mano entre las mías.
-Eres la mejor madre del mundo, la más valiente de todas, te amo Mami tantooo-Y no lo soporte.
Me eche a llorar fuertemente, no lo pude evitar, ver a mi madre así me partía el alma.
Estoy bien- dijo gritando también.
-Sal niña, estas alterando a tu madre- Una enfermera muy atenta me sacó de allí.
Sacudí mi nariz y seque mis lágrimas , le sonreí y bese su frente.
Al salir me acomode en mi silla ya familiar, tenía que pensar en lo que haria.
Tenía que buscar un trabajo de medio tiempo, la pequeña pensión que le darían a mi madre por discapacidad apenas nos alcanzaría para vivir y yo necesitaba pagar las demás terapias aunque fuera lo último que hiciera en la vida, mi mamá volvería a caminar de eso tengo la certeza. El problema radicaba en mi edad, necesitaba un trabajo de adulto donde me pagarán bien no haciendo mandados como acostumbraban los de mi edad, pero tampoco tenía un familiar que me "presentará" a alguien, tendría que abrirme camino por mi misma. A mi papá no le pediría ayuda ni aunque estuviese muriendo.
Una idea loca pasó por mi cabeza, pero solo era eso, una idea loca.

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