Mi Padre y Mi jefe

266 28 1
                                    

Estaba ahí parado hablando con mi madre como si fueran pareja de toda la vida. Me resultó extraño, en otros tiempos mi padre no hubiera sobrevivido a un ataque de mi madre.
Tan guapo como siempre, alto de tez oscura y ojos atractivos, se que hubo cientas de mujeres antes de la de ahora de la cual no se ni me interesa su nombre.
Dirijio sus ojos azules hacia mi y sonrió .
-Hola Hija- Me dijo alegre.
Lo ignore. Me dolía tanto que ahora cuando más se necesita simplemente no esté como debería de haberlo hecho. Mi madre le dio su juventud, todo lo mejor que tenía para ofrecer y se que de alguna forma u otra le duele que el la vea así. Derrotada aunque ahora se notará serena como si no le importará, pero yo la conozco bien.
-Como estas mamá?- pregunte, ignorando aquella pregunta.
-Bien hija, me siento un poco mejor. Deberías hablar con él- su voz era débil pero no por eso debajaba de tener autoridad.
La mire con el ceño fruncido, en donde estaba mi madre, aquella que no necesitaba a nadie para continuar. La mujer fuerte y luchadora.
Lo mire de nuevo preguntandome que hacía él aquí.
-No me mires así, he venido a verlas y a apoyarlas en lo que necesiten- Dijo cordial. Sus palabras me sonaban tan falsas que bien podía vomitar.
-No necesitamos nada. Estamos bien- le dije sin ninguna muestra de afecto.
-No lo creo. Tu madre está inválida, no podrá trabajar-
-No creo que eso te importe.Me he buscado un trabajo así que te liberó de tu conciencia que se que es lo que te ha impulsado a venir aquí. Anda marchate como bien sabes hacerlo- Le reproche.
Mi madre me miró con cara de sorpresa.
-Eres menor de edad, donde estas trabajando?- pregunto con autoridad.
Me reí sacarticamente.
-Eso te dejo de importar el mismo día que nos abandonaste por esa puta y otra cosa no me interesa saber de tu hijo bastardo. Así que vete de una vez y no vuelvas- grite enojada.
-Living respeta a tu hermano- Me gritó por igual.
-No tengo hermano!- grite aún más fuerte.
Mi padre se alteró y me pego. Lo mire con furia tenía tantas ganas de golpear algo que simplemente me diriji a la puerta y la estrelle tan fuerte como pude.
Estaba enojada lo bastante como para matar a alguien, sin embargo respire hondo y me fui a la casa.
La acomode y me preparé algo de cenar, era tarde y estaba cansada.
Cené, me bañe e hice la tarea. Mañana será un día bastante largo.

Y no me equivoque. La escuela estaba siendo un martirio pero gracias a Rodri me iba adaptando poco a poco, había conocido a otro chico, Mateo, era el tipo de chico loco con la tecnología, era bastante reservado pero cuando cogía algo de confianza ....!
-Mona habra una fiesta está noche, te pasaré a buscar como a las 8- Me dijo tan despreocupado como siempre.
-Rodri no puedo ir, además apenas llevo días aquí, soy la nueva la que todo el mundo odia, y no estoy de humor - le dije.
-No me importa, te iré a buscar y punto.- dijo antes de marcharse a su casa en su pequeño automóvil negro era un Mercedes benz pero un poco antiguo.
Suspire. Quizás una fiesta no sea mala, necesito despejar la mente aunque la última vez que fui a una termine en la cama con el estúpido del que ahora es mi jefe.
A pesar de todo una mediana sonrisa afloro en mis labios al recordarlo.
Su cuerpo perfecto, esculpido con una precisión casi diabólica, cada músculo tenía el grosor perfecto y luego esa estúpida coleta que lo hacía verse más salvaje más sexi. Sus ojos penetrantes parecían burlarse de mi constantemente.
El podía ser todo lo malo, pero lo que no se le podía quitar era lo guapo y ardiente.
Luego pensé en Kelvin mi novio, ya ni siquiera le dedicaba pensamientos, sentía que poco a poco lo olvidaría.
Regrese a casa para bañarme y preparar algo y llevárselo a mamá. Debía de estar hambrienta.
Con urgencia lo hice y me fui para el hospital lo más rápido posible.
Me topé con la sorpresa que la habían pasado a una habitación. Me resultó extraño porque debía permanecer más tiempo en intensivo pero a la vez me sentí feliz porque eso significaba que estaba fuera de peligro.
Entre entusiasmada a la habitación hasta que vi a una enorme figura sentada en una diminuta silla.
Que diablos hace él aquí?! Y para empeorarlo mi madre no tenía una cara muy feliz.
Sentí que mi corazón se paró por un momento.
Me matará, lo sé.
-Living que bueno que llegas, siéntate- el tono de voz de mi mamá me asustaba por primera vez.
Lo voy a matar, si le dijo algo lo mataré. Estoy segura.
-Porque lo hiciste?- Me pregunto directa.
De inmediato lo miré con llamas en los ojos. Pero ni siquiera se inmutó.
-Hacer que mamá?!- pregunte no iba a meterme el cuchillo tan rápido.
-Trabajar como mucama para Damián, no es un trabajo malo pero no quiero que te sacrifiques por mi Living, buscaré un trabajo, será difícil pero lo encontraré- Me dijo.
Mi alma volvió instantáneamente a mi cuerpo. Creo que hasta me regresó el color a las mejillas.
-No me estoy sacrificando mamá, sólo quiero que te concentres en recuperarte- Le dije acariciando uno de sus pies aunque se que no sentía nada.
-No volveré a caminar, de esto no podre recuperarme- dijo con voz cabizbaja.
-Lo harás mamá- le dije con una seguridad increíble.
Haré que vuelva caminar aunque sea lo último que haga.
Damián me miró con un brillo extraño pero sólo fue una décima de segundo.
-Fue un placer conocerla, pero ya tengo que irme- le dice dándole la mano. Mi mamá se la apreto y le dedicó una sonrisa de la más dulce que tenía.
Ya la encantó. Rodé los ojos en mi interior.
-Nunca te cansaré de agradecer lo que haces por mi Living- dijo mi madre.
Enserio?! No veo como le vas a agradecer el que tenga a tu hija fregando platos y trapeando el piso.
-No se preocupe- dijo y salió de la habitación y por supuesto que yo salí tras él.
-Hey tú que haces aquí?- le pregunté sin nada de educación.
-Hablame con respeto- Habló. Me molestaba que su voz siempre sonara autoritaria pero a la vez hermosa. Odiaba que fuera malditamente sensual.
-No estamos en el trabajo- le recordé.
-Te puedo despedir en cualquier lado- dijo con su sonrisa de medio lado.
-Estúpido- dije por lo bajo pero él lo escucho y sonrió.
-A veces.-
-Que le dijiste a mi mamá?- le pregunté.
-Nada, que fuiste a mi club con una identificación falsa y tuvimos sexo y que trabajas para mi ahora- la calma en su voz me sonprendia.
-No eres capaz.- Le dije casi a punto de estallar.
-Ya verás cuando entres sola- dijo antes de marcharse.
-Te voy a matar hijo de puta-Le grite enojada.
El se devolvió y sin mediar palabras me tomo de la mano y me dio la vuelta para seguido estampar su mano con rudeza en mis nalgas.
-No mensiones a mi madre y mucho menos si en la misma oración hay una malapalabra-Luego de eso se retiró lo que aproveche para sujetarme el área adolorida.
Entre con miedo al cuarto sin embargo mamá estaba de lo más sonriente.
-Es muy guapo tu jefe, ten cuidado- Dijo sonriendo.
-Ni siquiera lo veo mamá, sólo limpió y me voy- le dije.
-Eso me dijo él.-
No quería preguntarle exctamente lo que mi jefe dijo pero la curiosidad me estaba matando.
-Que te dijo cuando llegó?-
-Que era tu jefe y que venía a verme para saber mi estado de salud. Luego hablamos de tu trabajo y como se conocieron- Dijo casual.
-Y como nos conocimos ?- pregunte.
-Te veo nerviosa, pasa algo- Me mira críticamente. No por favor! Poderes de madre no! Siempre me echan a perder la mentira.
-No mamá. Curiosidad! Es mi primer trabajo, es normal- hable rápido.
-ummm...bueno no te contaré porque de seguro eso lo recuerdas muy bien....No veo la hora de irme a casa- añadió.
-Mama ya que te veo de humor necesito decirte que me trasladaron de escuela- lo dije rápido sin pensarlo, porque si lo pienso no lo digo.
Me miró con su ceño fruncido parecía algo rara aún con los moretones.
- Que pasó?- preguntó simplemente.
Decidí contarle parte de la verdad.
-Tuve un percance con Julia, su papá se enteró e hizo que me trasladarán a la escuela pública. Ya sabes, el dinero mueve al mundo- le dije restandole importancia.
-Que tipo de percance Living?- preguntó.
-No estuvimos de acuerdo el algo y ya. - le dije.
Para mí suerte llegó el doctor a revisarla así que salí .
Suspire.
Y en ese momento Damián volvió a mis pensamiento, porque estaba aquí? Porque vino a ver a mi mamá si nisiquiera la conoce? Porque la atención?
Que querrá!
No me acostaria con nadie nunca más, duele demasiado y si eso busca Damián, no va a pasar! Al principio se sintió bien, bailandonos y seduciendonos pero luego..... No quiero ni volver a imaginarlo!
No se como diablos ese dolor le produce placer a la gente!.
Fui por un café y algo de comida. Estaba hambrienta como siempre.
Regrese al hospital tiempo después y cuidarla mientras hacía algo de tarea.
El celular de mi madre no tardó en vibrar con un mensaje.
Mándame el location de tu casa*
Dios Mío! Este chico era insistente.
Me marché a casa y me bañe y cambie después de haberle enviado el location a Rodrigo.
Estaba totalmente normal jeans corto azules oscuros, que la verdad me quedaban muy bien, tenía mucho trasero lo cual es lo único que le agradezco a mi padre, una blusa de color amarillo me iba bastante bien, a mi color caribeño y unas vans rojas que fueron un regalo de mi madre de mi cumpleaños número 17.
Mi cabello siempre ha sido un caso, sólo lo até en una cola de caballo.
Rodri casi se gana una multa por su escandalosa demostración de bocina.
-Ya estoy aquí!- le dije una vez que me monté de copiloto.
El sonrió. La verdad debe de ser dicha, el chico es lindo. Tiene ese aire de chico negro amistoso y burlón que siempre sonríe.
Estaba muy bien vestido: camisa a cuadros roja con jeans negros y unos zapatos clásicos. Elegante!

I N S T I N T O Donde viven las historias. Descúbrelo ahora