SIETE

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Llevaban como mínimo 1 semana desde que empezaron a reunirse y no mostraba ningún tipo de avance y no hablaba del proyecto, eso era algo que fácilmente podía hacer hasta dormido. Este era su proyecto personal que oportunamente estaba ligado al otro.

Y es que el tratar de descubrir cosas nuevas de Otabek era una odisea por la obvia razón de su incapacidad para hablar, sumándole al hecho de que no entendía para nada el lenguaje de señas, usar un cuaderno como medio de comunicación era desesperante y un sacrilegio para los pobres arboles y lo peor de todo es que el mismo Otabek no colaboraba para nada. Siempre que preguntaba algo simple que solo necesitaba una afirmación o negación este solo se encogía de hombros para luego ignorarlo monumentalmente cosa que al kazajo le causaba gracia y que al ruso no tanto.

Ante la frustración Yuri decidió tomar cartas en el asunto asi que un día, con la vena a punto de explotarle y causarle una hemorragia interna, fue a la biblioteca que recurría Estupibek para buscar algún libro sobre lenguaje de señas porque gracias a su buena memoria recordó verle salir con un libro de ese tipo en sus manos.

Teniendo frente a si la majestuosa estructura se hizo paso entre las puerta abriéndolas un poco, bastante, rudas ganándose una advertencia de silencio de alguna persona de por ahí. Sin perder su tiempo fue a la capilla de información donde oportunamente estaba la hermana de su amigo.

Poniendo su mejor cara fue hasta ella importándole poco la persona quien atendía apoyando sus manos sobre el libro que estaba sobre la madera.

—Ensalada César necesito un enorme favor tuyo— sonrió lo mas amable que su rostro le permitía logrando hacer una muy extraña cara asustando a la otra persona quien tomó su libro y huyó de escena.

—No— tomó el sello que generalmente usaba para marcar las tarjetas de aquellas personas que poseían membresia exclusiva y se la estampó sin ninguna delicadeza en la frente para luego volver a su labor.

—Oye— alzó su brazo para limpiarse la fresca marca de tinta de su frente— Ni siquiera sabes lo que voy a pedirte.

—Ya gastaste tu cuota de favores del mes Yuri— tomó las pilas de libros para acomodarlas en el carrito y llevarlas de vuelta a sus áreas correspondientes siendo seguida por un molesto minino.

—Claro que no— rápidamente se llevó una mano a su pecho con indignación — Hasta donde yo se aun me quedan.......—comenzó a hacer cuentas con sus dedos para luego mostrárselos victorioso — Dos!

—No, ya no te quedan ninguna la última lo usaste para saber la dirección de Otabek— lo observó unos segundos por encima de su hombro sin dejar de cumplir con su labor.

—Claro que no, esa fue Mila, ella me dio su dirección.

—El cual obtuviste gracias a que la persuadí para que te lo diera— una sonrisa llena de arrogancia se alzo en sus labios al ver a su joven amigo hacer pucheros.

—Bueno no son dos pero estoy muy seguro de que aun me queda 1 favor— continuó insistiendo.

—Olvidalo Yuri, sabes bien que ya no te quedan ninguna— pasando de largo junto con el carrito fue hacia la siguiente sección siendo seguida nuevamente por el rubio.

—Ok entonces exijo un bonus, prometo pagarlo— la morena suspiró con fuerza sabiendo que sino accedía a su demanda este no la dejaría en paz.

Señas (Otayuri/Yuri on ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora