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          Había pasado una semana desde que Rose había tenido que ir al departamento de las celebridades haber como se encontraba la crush de su crush.

     Lisa le había hecho una interminable lista de preguntas aquel día y Rose, como su mejor amiga perdidamente enamorada de ella, pacientemente le respondió cada una de ellas. Solo para luego soportar toda una noche de quejidos sobre porque no pudo ser valiente e ir a conocer en persona, hablar y deleitarse con la presencia de Jennie. Y los quejidos no se quedaron allí, no, no, no. Rose tuvo que reconfortarla y mimarla para sacarla de aquella desgracia.

Los helados sirvieron bien, le había regresado aquella adorable sonrisa en su rostro manchado de helado. Pero pronto, cuando se le había acabado el helado y no compró más por miedo a que a su amiga se enfermase, volvieron los lloriqueos, estos intificandose aún más cada vez que espiaba a las celeridades por la ventana.

Ahora, era extraño que a este punto Rose no hubiese explotado y le hubiese dicho a Lisa que se callase por una buena vez. Pues no, no era nada extraño. ¿Por que? Por el simple hecho de que entre más lloriqueos había, más se aferraba Lisa a Rose. Los abrazos jamas terminaban, incluso tuvieron que dormir juntas ya que Lisa no quería despejarse de ella, su brazo permaneciendo en la cintura de la mayor aun en sueños.

Y claro, los abrazos, besos en mejillas sonrojadas, palabras hermosas al oído y miradas sutiles no era nada raro entre ellas, pero el hecho de dormir abrazada a la chica que le había robado el corazón se le era tanto como maravilloso como reconfortante.

Sentir sus delgados brazos a su alrededor nunca se había sentido tan intimo como lo era al abrazarla por la noche. Su suave respiración golpeando su nuca le hacía erizar la piel y a pesar de que el primer día no quería dormir, pues creía que esa podría ser la última vez en que durmiera junto a la menor, al día siguiente cuando Lisa entró a su habitación y sin decir palabra alguna se acostó detrás de ella y la abrazó por la cintura, Rose jamás se había sentido más protegida y cálida en toda su vida.

Dios, parecía una tontería, incluso se podría decir una locura, pero Rose realmente creyó que su lugar en el mundo era en los brazos de Lisa.

Pero por supuesto dejó ese pensamiento de lado, no quería ilusionarse, sabía que Lisa solo se comportaba así con ella por la situación de aquel día de la cucaracha voladora. Pero vaya que Rose estaba equivocada, pues Lisa solo había encontrado otra excusa para poder hacer lo que tanto anhelaba hacer a cada momento de cada día en que estaba junto a la mayor. Aquel desafortunado error de su parte solo le había ayudado a encontrar otra manera de hacerle saber a Rose que ella también la amaba. Porque si, Lisa estaba enamorada de Rose y sabía que ésta estaba enamorada de ella también. ¿El por que nunca había dicho nada? Porque así como con la cucaracha voladora, Lisa era demasiado cobarde como para hacer lo que realmente quería hacer.

Pero eso estaba por cambiar.

Toc, Toc... Toc, Toc.

Lisa se levantó del sofá dejado el su movil en la mesa, Rose dejando de leer su libro y bajando sus piernas del regazo de Lisa para que pudiese levantarse y abrir la puerta.
Al llegar a la puerta, sin ver por el ojo mágico, abrió la puerta y ese fue el fin de Lisa.

Bueno, no, pero Lisa así lo sintió, porque no había forma en el mundo más que en sus sueños de que Jennie Kim estuviese frente a ella, mirándola con aquellos preciosos ojos gatunos y mejillas sonrojadas.

— B-Buenos días... Yo, um... Me quedé sin azúcar y yo... Em ¿eh? ¡O-Oye!

*
Hi, sweeties~ disculpen la tardanza, tenía un bloqueo :'c

¿Como pasaron navidad? Espero que bien~ 😊

¿Les gustó? Espero que si~ mañana actualizo el otro capitulo. 😽

Vᴇᴄɪɴᴀs | 𝐶ℎ𝑎𝑒𝑙𝑖𝑠𝑎/𝐽𝑒𝑛𝑠𝑜𝑜Onde as histórias ganham vida. Descobre agora