Capítulo 10

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T E S S A N D R A

Mamá y yo nos turnamos para velar los sueños de Lili, escuchando sus continuas respiraciones entrecortadas y su tos rasposa; no hubo ningún acontecimiento importante. Fui a casa a las cinco de la mañana para mudarme la ropa y tomar un baño.

Después partí a la universidad y me moví de aula en aula según el horario. Estoy con Maggie en cafetería conversando sobre los últimos días. Los jugadores de fútbol americano —compañeros de Dan— se encuentran haciendo alguna clase de espectáculo para las tontuelas embobadas que no dejan de mirarlos como si fueran dioses del Olimpo. Me siento un poco mejor cuando no lo veo entre esos tipos.

Siento que soy la peor de las amigas porque me perdí las primeras citas de Margaret.

—Hablamos de tonterías, Tess, creí que James era diferente, que era como Dan. —Me da una sonrisa de disculpa, como si de verdad eso me ofendiera. Me encojo de hombros, aparento que no me dan ganas de defenderlo, estos últimos días me he dado cuenta de que no es tan malo, o quizá eso se deba a que ya caí en la red—. Es vecino de Dan y lo conoce desde que eran unos críos, asistieron a la escuela juntos, también Amber y Max. Le gusta el color azul, odia sus pecas y quiere especializarse en Cardiología.

Cuando fuimos a la fiesta después del juego, James la invitó a salir, estuvieron platicando toda la noche, ni siquiera se dio cuenta del espectáculo de Wund. Ese fin de semana salieron y ahora no puede controlar la euforia porque la invitó a ver el juego de las estatales.

Me sorprende verla tan feliz, ella no es así, se la pasa encerrada en su mundo y no permite que nadie traspase las barreras. James es afortunado, y será muy desafortunado si se le ocurre lastimarla.

—Me dijo que podías ir conmigo, nos dará boletos en la primera fila. ¿Irás? —pregunta y entrecierra los ojos, como si estuviera analizándome y preparándose para convencerme.

El rostro de Mags cambia de golpe, se tiñe de rojo y muerde su labio con nerviosismo. Presiento la razón antes de que llegue y yo también me enderezo, mis poros se erizan, ignoro el vuelco que da mi corazón al saber que puede estar a mi espalda, pero temo voltear y decepcionarme.

—Lindas señoritas, ¿podrían estos humildes caballeros acompañar a tan distinguidas damas? —James pregunta con tono formal y se sienta al lado de Maggie sin esperar la respuesta.

—Hola, sexy mariposa —dice y reprimo la carcajada al comparar los saludos. Se sienta muy cerca de mí, más de lo que debería.

—Hola —respondo. Mi mirada baja a sus labios, recuerdo sus besos y tengo que hacer un esfuerzo para no inclinarme hacia él.

—¿Vas a ir al partido? —pregunta.

—Tal vez.

Las chispas vuelan entre los dos. Cada vez que me quedo sola él invade mis pensamientos, debo admitir que me agrada.

Gardenia © ✔️ (TG #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora