Capítulo 9

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--Vamos a atacar solamente si ellos se desorganizan. --Dijo Gaara, señalando el mapa frente a el

--Exactamente. --Confirmó el rubio a la cabeza del grupo. --Estos hombres no son simples campesinos. Son soldados expertos, mercenarios, Ronin  bajo el mando de un hombre capacitado con años de entrenamiento militar. No podemos esperar una batalla fácil o sin ferocidad, si llegamos a confiarnos con respecto a eso, estamos muertos y Kioto caerá. Sean especialmente cuidadosos en hacer entender esto a cada unidad, es una orden directa para cada capitán ¿Entendido? --la voz de Naruto se escuchó firme y segura. Alta pero respetuosa hacia sus hombres. 

--¡Sí mi general! 

--Ahora. --comenzó a decir Gaara. --La planicie que tenemos en la zona sur de Kioto es especialmente grande, así que los flancos deberán estar extendidos, pero de ninguna manera separados del centro. Y la retaguardia se mantendrá en las puertas de la ciudad, para resistir en caso de evacuación. --algunos hombres carraspearon. --¿Alguna Objeción?

Mifune, el líder de la tercer escuadra del centro levantó su brazo izquierdo.

--Mi señor, no entiendo por qué apostamos a una defensa de la ciudad, cuando podríamos trasladar al emperador directamente hacia el castillo imperial e instalar nuestras defensas frente a un lugar que podría resistir por semanas un asalto, incluso sin nosotros. --acotó el hombre con una tupida barba y entrado en años. Años de experiencia que le habían otorgado una sabiduría solamente reservada al uso de su katana. --No creo que debamos defender a Kioto, con mantener a la familia real viva, eso debería ser suficiente.

--¿Está diciendo que debemos dejar morir a todos los civiles y los pobladores de la capital a manos de un monstruo como Zabuza? --cuestionó Sato, el nuevo regente de la villa Uji.

--Estoy diciendo que nuestra prioridad es tener un líder al cual seguir, y mantenerlo vivo a toda costa. --aclaró el anciano Mifune, mirando a Naruto fijamente a los ojos. --La población puede evacuar ahora mismo y dejar atrás sus casas. Se puede reconstruir.

--Entiendo su punto. --Mifune sonrió al escuchar esto --Pero no. 

--¡Mi señor! Sé que es dific... 

--No dije que haya terminado, señor Mifune. --La voz de Naruto salió sin una gota de paciencia y pareció como si un puño se hubiese estrellado en el mentón del viejo, el cual tragó duro al darse cuenta de que había enfadado a su general. Naruto tomó aire. --Aún si las cosas saliesen sin problemas en su idea, y la amenaza sea contenida, los habitantes volverían a una ciudad en ruinas, sin nada en sus manos. Mientras que el emperador estaría seguro en un castillo con comodidades. ¿Entiende las repercusiones de eso? Habría descontento, como mínimo. 

Mifune agachó su cabeza y muchos en la sala real donde se encontraban discutiendo la defensa de la ciudad, sintieron lástima por el. 

--El descontento llevaría a protestas, las protestas internas tendrán que ser contenidas, y alguna muerte podría ocurrir, llevando a revueltas. En lo personal, quiero evitar eso a toda costa, porque en ese caso, mantener un líder vivo sólo para que sea derrocado me haría sentir como un estúpido. --dijo con tranquilidad Naruto. --Y ese es el buen desenlace en su plan. ¿Que pasaría si Zabuza decide ignorar saquear la ciudad y ataca a los civiles directamente? No habría nadie para defenderlos. No sucederá. --El puño del rubio se estrelló sobre la mesa. --Vamos a mantener esta ciudad viva, segura y procuraremos aplastar a ese loco. Esa es la orden máxima que les doy: Ganar. ¿Entendieron?

--¡SI MI SEÑOR! --exclamaron al unísono todos. Incluido Mifune.

--Volviendo al plan, el centro del ejército se dividirá en dos columnas, cada columna manteniendose unidas a su flanco correspondiente. --dijo Gaara mientras señalaba el mapa frente a él. --Los quiero móviles, rápidos y listos para hacer nuestro movimiento y así atraparlos en como peces en una red. --y señaló a Sato mientras este asentía con seguridad. 

El Hombre Del Castigo Eterno - NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora