[04] Segunda jefa.

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Leah Collins en multimedia.

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SCARLETT

Me encontraba en el aparcamiento de la empresa intentado despejarme. Apenas dormí una hora y estaba jodidamente agotada. Tuve que ir a casa de Ambar para cambiarme, ni loca iba con la ropa sudada, sucia y maloliente del día anterior. Cuando llegué, Ambar y Dylan estaban desayunando, me percaté de que mis maletas estaban a un lado de la sala de estar. Definitivamente se había acabado.

Flasback

- Entonces... Esto se ha acabado... - Afirme mirándola a los ojos.

- Si, pero no quiero que nos llevemos mal, te juro que esto sera mejor. No podemos estar juntas. Yo soy muy responsable y autoritaria, y tu muy... - Dejó lo ultimo en el aire.

- Inmadura. - Terminé la frase.

- ¿Ya no sois novias? - Preguntó mi hermano inocentemente.

- No cariño... Tengo que ir a la oficina, haz las maletas, no tardaré mucho en venir a por ti. Cuando llegue bájalo a la puerta... - Ordené notando como la furia corría por mis venas.

- No, no tienes donde ir, se quedará aquí hasta que venga tu madre.

- Ambar es mi hermano, mierda, deja ya de intentar controlar todo. Ya tengo donde vivir, y me lo llevaré. - Alcé la voz.

- Quiero vivir con Ambar... - Dijo mi hermano mirando al suelo.

- No, tienes cuatro años y haces lo que yo diga. Haz las maletas. ¡Ahora!

- No seas rencorosa Scarlett, el quiere quedarse. Por favor... - Suplicó mirándome a los ojos.

Ignoré lo que dijo y tras vestirme y agarrar las maletas, le ordené a Ambar que en la tarde me llamara para decirle la dirección.

Fin Flasback

Me retoqué el maquillaje y bajé del coche. Al entrar a la empresa me encontré con Derek, quien parecía enojado. Quizás tuvo un mal día o simplemente no le agrada tener que esperarme. Al verme me miró mal, como siempre, y me hizo una seña para que lo siguiera. En el ascensor le pregunté si le sucedía algo, (pregunta estúpida, lo se) y ni me miró, por lo que di por hecho que el problema era mi presencia.

Al salir del ascensor lo seguí hasta la puerta, donde me dijo lo más cortante posible que esperara. Desde fuera podía oír múltiples gritos dentro, efectivamente, los gritos provenían de Leah.

Derek me miró de arriba a abajo con mero desprecio y cuando los gritos cesaron me hizo una seña para entrar. Leah me miró con una gran sonrisa fingida y Sasha con gratitud en sus ojos, como si la hubiera salvado de tener que seguir discutiendo con el demonio encarnado. Saludé y me senté frente a Sasha.

- ¿Le pasó algo? - Me preguntó Sasha.

- Pase una mala noche... - Resumí para no entrar en detalles.

- Entiendo... Por eso estuvo de fiesta en la playa junto a los Walker. - Dijo Leah fulminándome con la mirada.

- Eso no es cierto, quería divertirme y ellos estaban ahí. ¿Como iba a estar con ellos específicamente? - Me defendí.

- Puede que estés contra nuestra empresa y todo esto sea un trampa para demandarnos por cualquier cosa - Dudó Leah.

- Basta Leah. Yo confio en ella, la fiesta de la playa de ayer era para gente de su edad y si ellos fueron fue pura casualidad. Ahora marchaté, tenemos que hablar ella y yo. - Finalizó Sasha haciendole una seña a Derek para que la echara.

- ¿Qué edad tiene Christian? - Pregunté curiosa.

- Veintiocho años. - Informó sonriendo.

- ¡¿Qué?! ¿Es consciente de que apenas tengo veinte? - Dije incrédula.

- Claro que soy consciente, soy su jefa. Y a el mayor de los Walker le gustan como usted... Más pequeñas. - Jugó con la cucharilla del café, nerviosa.

- ¿Como lo sabe? - Quería afirmar el escándalo que hubo hace meses.

- Supongo que ya lo sabrá. Leah tuvo una relación con el, simplemente sexual, pero fue suficiente para que la empresa "Walker" y "Collins" saliera en los periódicos. - Contó con decepción en sus ojos.

- ¿Por eso discutían? -

- Claro. Ella quería infiltrase, pero obviamente Walker no le iba a contar nada sobre sus negocios a la segunda jefa de la competencia. - Dijo, y evidentemente estaba en lo cierto.

- Bueno, hablemos sobre el acuerdo. - Cambié de tema.

Sasha sacó el contrato del cajón que siempre estaba cerrado con llave y lo puso frente a mí, seguidamente sacó unas llaves, una tarjeta de crédito acompañado de una hoja, y un sobre.

- Estas son las llaves de la casa. - Señaló las llaves. - Esta tarjeta de crédito es para que compres ropa esencial para la infiltración, cuando termine podrá quedársela, en la hoja pone que es necesario. - Me entregó las dos cosas. - Y por último, este sobre tiene el adelanto del pago.

- Está bien. - Sonreí agarrando las cosas.

- Y ahora debemos firmar el contrato.

- ¿Sin notario? -

- Los notarios no declaran contratos sobre infiltraciones ilegales. - Dijo entregándome un bolígrafo.

- Ok. - Firmé el contrato y me levanté. - ¿Algo más?

- Buena suerte con el caso. - Deseó para seguidamente llamar a Derek.

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Infiltrada Where stories live. Discover now