Nirvana •LS•

4.

Ambos negarían que todo fue igual desde ese día, como si no hubiese pasado, como si no hubiesen estado a punto de besarse, como si Harry no hubiese deseado tomarlo de esa estrecha cintura de avispa o sentir la presión de sus suaves y tersos muslos en sus caderas, como si no hubiese rezado por follarlo, ahí, contra la fría encimera de la cocina y sentir sus dedos entre su cabello y oír sus gemidos contra su oído y hacerlo gritar su nombre mientras su interior lo apretaba húmedo y caliente.

Ninguno lo admite pero ambos lo deseaban, tener sexo como adolescentes, contra la mesa y el sofá y en la cama de Niall, como colegiales apenas experimentando, con temor y desenfreno y nada de mierda amorosa, como un revolcón de club, follar y gemir y arañar y luego irse, podría haber sido así de fácil pero el estrujón en el estómago de Louis ante las palabras del ojiverde o los deseos de Harry de follarlo duro y luego besar su espalda delicado y suave, incluso ¿amoroso? Asusto a ambos, los detuvo.

***

- ¡Mierda! - John gime alto mientras Louis se encuentra en sus rodillas, sus labios expertos chupando y su lengua haciendo el trabajo de lamer rápido y lento y perezoso, Louis es una vista preciosa, con el cabello desastroso y delineador corrido por las lágrimas que se empujan al hacer el esfuerzo de tragar más de lo necesario, con su cabeza moviéndose adelante y atrás en un gesto imperceptible de actriz porno. Sus labios suaves y rojizos por los besos y la mamada que está dando a John, él hombre podrá ser un ególatra y jodido dolor de cabeza pero es bueno chupandola, sus dedos de uñas pintadas y tatuajes moviéndose contra la longitud que no alcanza con la boca - mierda Lou, termina los juegos, mierda, tengo que volver a casa o Karen va a matarme - el castaño ronronea y continúa chupando hasta que siente a John apretar su cabello fuertemente, su alianza brillando con las luces del baño, Louis se aparta y el rubio se corre en su barbilla y garganta, sus dedos apartando el cabello de Louis casi de forma delicada.

- ¿Bueno? - Louis murmura con un hilo de voz, sus labios brillosos por la saliva y el pre-semen, sus ojos cristalinos por las lágrimas y la cocaína.

- Asombroso, como siempre Lou - John es particularmente atractivo, el tipo de hombre de los suburbios, el de las películas americanas, con su trabajo de oficina y su bella esposa y pequeña hija, no es que a Louis le importa una mierda pero él se entera de cosas, entre una follada y otra puede conseguir un par de amigos, John es ese tipo de follada, él podrá chupar su polla pero también puede escucharlo lloriquear sobre su trabajo o Karen o su pequeña Lily y sus berrinches de preescolar, es un tipo rubio y de ojos azules, no especialmente musculoso, a Louis le agrada - tengo que volver a casa, Karen debe estar preocupada como la mierda - ayuda a Louis a levantarse y le tiende un pedazo de papel antes de salir del baño de forma apresurada.

Louis se toma su tiempo antes de salir del baño, ni siquiera se molesta en arreglar su cabello o pretender que eso no acaba de pasar, sale acomodando su chaqueta, ya no hay mucha gente en el bar y él pudo irse hace como media hora o más pero necesitaba eso, sacar toda la mierda de él y olvidar, solo por un jodido momento. Se despide de Zayn quien está sentado en el fondo de la barra, Gigi en su regazo quien también le manda un beso en forma de despedida antes de volver su atención a Zayn de nuevo.

Louis se abraza a sí mismo al salir al frío invernal de Nueva York, sus tenis no haciendo mucho por ayudarlo al igual que su pantalón de tres cuartos que apenas cubre un poco arriba de sus tobillos si es decir mucho, hay algunos chicos afuera, están bebiendo en la banqueta y Louis logra reconocer a Harry del resto, está sentado en el medio, las piernas estiradas y su chaqueta de cuero colocada simplemente sobre sus hombros, tiene unos lentes oscuros en su cabello, Louis piensa que es una tontería porque son las dos de la mañana y no hay jodida forma de que haya un maldito rayo de sol, se gira en dirección a su bicicleta o donde él recuerda haberla dejado, encadenada al poste de luz en medio de la avenida, maldice y oye risas a sus espaldas, un chico pelirrojo y de aspecto dudoso le grita.