Harry lo observa de vez en cuando, sus dedos tamborileando contra el mosaico que rodea la estufa, muerde su labio y observa la tetera y de nuevo a Louis, la tetera y Louis y... Oh lo está mirando de regreso, una sonrisa que se dibuja en su mirada más que en la comisura de sus labios, ladea la cabeza en un gesto casi imperceptible, como un pájaro confundido que observa a su dueño desde el otro lado de la jaula.
— ¿Soy lindo? — la pregunta sobresalta a Harry quien detiene el repiqueteo que provocaban sus dedos y lo observa, Louis está serio excepto por la luz que rodea su aura pero es algo natural, normal, hermoso y tóxico.
— Lo eres — Harry está seguro que dijo eso pero a la vez no porque no siente sus labios moverse, el ojiazul sonríe amplio mostrando sus dientes blancos y perfectamente alineados y suspira antes de levantarse y caminar hasta chocar su pecho con el de Harry, lleva un suéter de cuello alto color durazno que combina con el rosa de sus labios y la electricidad de su mirada, su cabello revolotea por todos lados como un montón de seda desordenada en un telar, caramelo derretido que baja por su frente y cubre casi por completo uno de sus ojos, es una vista preciosa.
Se acerca otro poco, su mano acariciando a Harry casi imperceptiblemente y sus labios curvándose como los de un predador, Harry se siente la presa, ahí en la cocina con sus manos temblando por el deseo y sus ojos moviéndose entre los zafiros de su mirada y el durazno de su boca, jugosa y pecadora, Louis se acerca otro poco y puede sentir la electricidad, desde la punta de sus dedos hasta la raíz de su cabello.
— ¿Entonces porque no me besas? — Louis susurra contra su mejilla, el aliento caliente y sabor a menta y cigarrillos, es real para Harry, como la carne en sus manos y la esencia contra su cuerpo, tan real, Louis se siente como un espejismo, humo y deseo pero también es pecado y piel y seda y diamante. Se siente como todas esa cosas y más.
— Porque tengo miedo — Harry suelta y besa su mejilla afilada como un cuchillo y después la comisura de su boca que sabe a miel y esperanza, sabe a Louis, tan adictivo y exótico — me asusta cuán precioso eres y que un día despierte y siga en Londres, en mi casa y tú no estés para besarte y morderte y follarte — el castaño suelta un jadeo y Harry gruñe bajo — me asusta que te follas a medio club y no quiero ser uno más en las opciones, quiero ser el único, a quien le pidas que te castigue y te marque, quiero ser a quien le ruegues y desees, que me la chupes solo a mí y que solo yo te pueda tomar.
— Harry... — Louis se remueve en su lugar tan desubicado y caliente, sus mejilla arden y están rojizas como las cerezas, su boca entreabierta y sus ojos perezosos y brillantes por el deseo, tan caliente, como esas modelos francesas de las escenas eroticas, con labios abultados y miradas que dicen más que las palabras, su cintura estrecha que se mueve en busca de algo pero no quiere aceptar de que, sus manos bajando al estómago caliente de Harry y sintiéndose tímido después... Tan patético, él que siempre está con poca ropa ahora se siente realmente desnudo.
Las piernas le tiemblan y su respiración es irregular, quiere gemir, pedir; desea ponerse de rodillas para Harry y lamerlo y probarlo y permitirle que se corra en su boca, quiere ser tomado pro la cintura, sentir la frialdad de sus anillos en la piel de sus caderas y ser follado en la mesa. Se siente otra persona, tan necesitado y deseoso, como una colegiala pidiendo atención, su orgullo le impide ir más allá, él no va a doblegarse para nadie mucho menos para Harry. Pero su deseo se enciende en su interior como juegos artificiales por una cerilla, su estómago se aprieta por la anticipación y casi puede imaginarlo, su duro pecho como mármol y sus grandes manos y sus labios que son seda y lija contra los suyos, sus ojos mirándolo con deseo y bestialidad, sus embestidas siendo brutales y su escancia masculina a hierbas y almizcle y cuero, huele a provocación, a todo lo que excita a Louis, la virilidad de Harry lo empuja a dejarse hacer, a cederle el control.
La tetera suena y ambos se separan, el vapor provocándoles más calor a ambos, Harry carraspea y peina el cabello de Louis de forma cuidadosa, con la punta de los dedos, como si su piel le quemara al tacto, para después servir dos tazas, Louis se siente fuera de lugar ahí, en la lejanía de ese duro cuerpo y el calor que le provoca, sus piernas cruzadas se aprietan con fuerza para evitar que corra al regazo de Harry, el rizado no lo lleva bien tampoco, sentado del otro lado de la mesa mirándolo a ratos y mordiendo su labio.
Así pasan el resto del tiempo hasta que Louis se va, con un suéter prestado porque la temperatura bajó más y un beso en la frente que quema y perfora su cerebro llegando hasta sus pensamientos, patético.
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Nirvana •LS•
FanfictionHarry Styles trabaja como cantante en Nirvana, un club nocturno en el centro de Nueva York; Louis Tomlinson trabaja como bailarín en el mismo lugar y la conexión compañeros de trabajo es la única que debería existir entre ellos. - Admítelo, Harry S...
