-¿A dónde quieres ir?- pregunté con la mirada fija en el camino.

-Sorpréndeme.- pidió con su mirada fija en mí.

-Tengo un lugar en mente pero está un poco lejos y si no volvemos antes de medianoche tus padres van a…-

-Quiero conocer ese lugar.-

-Camila…-

-Lauren quiero desaparecer contigo esta noche.- fue directa. La mire. Sus ojos eran más oscuros de lo normal.

-¿Estas segura?-

-Lo estoy.-

Suspiré derrotada antes de acelerar en dirección a las afueras de la cuidad. Era un viaje de al menos una hora pero lo conocía de memoria.

Mentiría si dijera que el tiempo no resulto menor junto a ella. Pronto encendió la radio y en medio de canciones y divertidas anécdotas llegamos al lugar.

Llegué hasta la puerta antes de presionar el botón del intercomunicador. Unos segundos después un hombre respondió.

-Casa de la familia Jauregui, ¿en qué puedo ayudarle?-

-Soy la señorita Lauren, podrías abrir la puerta.- no era una pregunta.

-En seguida señorita- y de inmediato las imponentes puertas se abrieron revelando nuestra casa de campo. Estábamos en las afueras de la cuidad y adoraba este lugar por su historia y la tranquilidad que se respiraba aquí.

-Dios...- escuché murmurar a Camila cuando me acercaba a la casa, que en realidad era mucho más grande para ser considerada una casa.

Bajamos del auto y caminamos hacia la puerta principal donde un joven esperaba.

-Buena noches, señorita Lauren. – Me miró.- buenas noches, señorita.- saludó con una sonrisa mirando a Camila. La pequeña sonrió tenuemente en saludo.

-Buenas noches, Adam. – Hablé llamando su atención.- Lamento llegar tan tarde y de improviso.-

-No hay ningún problema, señorita.- le restó importancia, volviendo a mirar a Camila. Lo vi recorrer el cuerpo de mi novia sin ningún recelo. Yo entrecerré los ojos notando su acción. – solo debo informarle que la señora Marcela vendrá hasta el domingo para limpiar la casa, sin embargo hay comida y todo lo necesario para pasar la noche.- él no me miraba.

-Pareces interesado en mi acompañante.- hablé con seriedad cortando la boba sonrisa del empleado.- Te recomiendo que dejes de mirar a MI novia.- dije tomándola de la cintura de manera posesiva.

-Señorita yo…-

-Es todo. Retírate.-  tomé el picaporte y abrí la puerta permitiendo que Camila ingrese primero antes de seguirla para cerrar la puerta tras de mí.

Adam era el encargado de cuidar el lugar. Era joven y soltero por lo que vivía en una pequeña casa en el patio posterior.

-Adam es atractivo.- murmuró caminando hacia la sala.

-¿Disculpa?- la detuve del brazo haciéndola girar sobre sus tacones para mirarme.

-Lo viste. Tiene una linda sonrisa y un cuerpo…-

-Fingiré que no acabas de decir eso.- dije mientras mi enojo crecía en cuestión de segundos.

-Pero lo dije.- murmuró con una arrogante sonrisa en su rostro.- Es atractivo.-

-Soy tu novia.- le recordé a punto de explotar.

-¿Y eso que?-

-¡¿Pero qué rayos?!- pregunté roja de la rabia.- ¿Crees que puedes ir y fijarte en cualquier idiota y decírmelo como si nada?-

-¿No puedo?- preguntó con una sonrisa malvada.

-No estoy jugando, Camila.- amenacé sin soltar su brazo.- No voy a permitir que…-

Finalmente cortó mis palabras con un beso que no esperaba. No correspondí por lo que ella suavemente se apartó solo lo necesario para mirarme.

-¿En realidad crees que podría fijarme en alguien más que en ti?- preguntó con una hermosa sonrisa.

-No fue divertido.- murmuré colocando mis manos en su cintura, aun molesta.

-Fue lindo.- dijo colocando sus brazos alrededor de mi cuello. Suavemente se acercó a mi oído- eres sexy cuando eres celosa y posesiva.-

-No juegues conmigo, Camila.- advertí tirando de su cintura para pegarla a mi cuerpo.- y menos fijándote en alguien más.-

-Soy tuya.- volvió a susurrar en mi oído, esta vez causando un escalofrío por todo mi cuerpo.- Quiero ser tuya esta noche.-

Ella se liberó de mis brazos para mirarme fijamente. Su mirada volvía a ser intensa y oscura. Tomó mi mano y empezó a caminar hacia las escaleras.

Finalmente entendí lo que sucedería y me detuve en el primer escalón.

-Camila, ¿estas segura?-

Giró su rostro para mirarme con una sonrisa confiada.

-Lo estoy, Lauren.- respondió antes de volver a tirar de mi mano hacia el segundo piso.

En medio de las escaleras ella volvió a mirarme con aquella sonrisa que tanto amaba, dándome la seguridad que necesitaba para lo que vendría después.

Te deje ir (Camren)Where stories live. Discover now