Capítulo 3 - Parte II

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Logan volteo su cabeza en dirección a Atticus, y abriendo bien sus ojos color turquesa dijo.

Logan: ¿Qué es esto?

Atticus: Tu poder—dijo sonriendo—. Conectaste tu cuerpo con el agua y así dejaste libre tu mitad de dios que había estado oculta hace casi diecisiete años. Ahora si eres un verdadero semidiós.

Logan: Entonces… ¿Ahora si podre luchar como en verdad quiero?

Atticus: Así es. Pero ten cuidado, ¿Si? El que hayas descubierto tu poder no quiere decir que no seas invencible. 

Josh: Aguarda… ¿era sobre esto de lo que me estaban hablando los demás?

Atticus: la mayoría de los que ves ya han descubierto su poder. Ustedes todavía no lo habían hecho…pero ahora Logan ya lo hizo.

Josh: ¿Y yo cuando descubriré el mío?

Atticus: Cuando Matt quiera enseñártelo.

Justin: ¿Y yo?

Atticus: Eso no lo sé… eso ya corre por tu cuenta. Lo lamento pero no puedo ayudarte con eso. Si por alguna razón lo hago y alguien se llega a enterar, estoy muerto.

Justin: Descuida… está bien… después de todo, No soy el único que no ah encontrado su poder, aun. 

Logan: Suerte con eso, amigo.

La noche en el campamento era muy silenciosa. Solo se podía escuchar los grillos cantando y el ruido que hacía el agua del lago por culpa de la brisa. 

En la cabaña de Lucía, Sarah estaba preparándose un plato de sopa caliente ya que por alguna razón esa noche estaba bastante fría.

El olor a sopa de pollo inundaba todo la cabaña. Lucía podía olerlo dese su habitación. Se le hacía agua a la boca, hacia ya más de seis horas que había estado encerrada en aquella pequeña habitación sin comer nada. La cabeza comenzaba a dolerle y el estomago a rugirle. Se levanta de la cama, abre la puerta y camina hacia la habitación principal donde encuentra la estufa a leña encendida y sobre la mesa un pequeño mantel con cubiertos y un enorme tazón de sopa de pollo.

Estaba tan calentita la habitación que daban ganas de recostarse al lado del fuego a tomar un gran tazón de sopa caliente.

Al escuchar la pisada de unos tacos que venían desde la cocina, Lucía levanta la mirada en dirección a la puerta de la cocina para ver como Sarah salía de esta con un vaso de agua en su mano.

Esta al ver a Lucía allí parada después de haber estado encerrada en su habitación sin siquiera dirigirle la palabra, le sorprendió muchísimo. Tanto que casi tiria el agua que contenía el vaso.

Sarah: ¡Lucía!... saliste —dijo muy sorprendida, mientras dejaba el vaso con agua sobre el pequeño mantel.

Lucía: Tenía hambre —se cruza de brazos. 

Sarah: Oh…bueno pues… si quieres puedo servirte un plato. 

Lucía: No está bien. Yo puedo hacerlo sola —dirigiéndose a la cocina.

Sarah da un gran suspiro de desesperación. Lucía estaba enojada y de seguro no tendría ganas de hablar sobre el tema de su madre, pero era necesario que lo hiciera. Sarah sabía algo que ella no y si no se lo mostraba no comprendería nada de todo lo que está pasando ni del esfuerzo que su madre había hecho para salvarle la vida.

En ese momento se acerca a una de las estanterías y comienza a buscar un libro color marrón con letras doradas en el lomo.

Cuando por fin lo encuentra, lo toma y lo saca para ver el enorme titulo de la tapa, <<Λουκία>> que en griego significa, <<Lucía>>. Ese era su libro, un libro bastante especial ya que era mágico. En las páginas de ese enorme libro se encontraba absolutamente toda la vida de la joven incluyendo el presente. Todo momento de su vida estaba escrito en aquellas páginas amarillas.

THE OLYMPIANS El Cetro de Cronos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora