"Se Busca" {2da TEMPORADA DE CRIMINAL}

Capitulo Once.

Después de unos segundos, siento mi visión tornarse borrosa, cierro los ojos.

Escucho ruidos, pero no puedo abrir los ojos. Creo que es parte del efecto de la pastilla. Escucho el ruido cada vez mas cerca, como pisadas, pisadas rápidas.

Escucho el sonido de una puerta siendo asotada.

"¿Que haces?" conozco esa voz

"¿Que es lo que parece que hago?" esa voz es diferente y tambien la conozco.

"Sam, Sam" escucho susurros, alguien me llama, pero no puedo responder.

Estoy cayendo en un profundo sueño, luchando por despertar. ¿Será un sueño?

Aparece una visión borrosa, alguien se mueve frente a mi, llamandome.

"¿Qué... qué es lo que le dieron?"

"Ella se tomó sus pastillas para dormir" esta vez es una voz femenina, creo que es mi hermana

Siento moverme, alguien me mueve.

"¿Adonde vas?"

"No te importa"

"Alejate de mi hija"

"¡Papá!" escucho un grito.

"No voy a repetirlo"

"Ustedes no lo entienden. Están buscándola y saben dónde encontrarla" explica una voz, la que esta mas cerca de mi.

"Estará a salvo conmigo"

"Por tu culpa casi muere"

"Cállate imbécil, tú no sabes nada"

"No dejaré que te la lleves"

"No puedes detenerme"

"¡Zac, no! ¡Sueltalo! ¡Basta, dejen de pelear!" una voz femenina grita

"Basta los dos" interviene un voz gruesa.

"Nadie de ustedes podrá detenerme, lo hago por ella, estará a salvo conmigo"

"Yo no lo creo. Si te la llevas, también me llevas a mi"

"No quiero estorbos conmigo"

"Yo voy a..."

...

***

Despierto con un terrible dolor de estómago, prácticamente nauseas. Abro los ojos, traigo la ropa puesta del día anterior.

Algo se mueve a mi lado. Me giro.

-Esperaba con ansias que despertaras.- dice Liam con una gran sonrisa frente a mi

-Debiste dejarla descansar.- gruñe alguien en la misma habitación

Me giro y frente a mi, observo a Zac con los brazos cruzados, mirándonos a ambos.

-¿Donde está el baño?- ignoro a ambos

Y Liam señala hacia una puerta detras de Zac.

Me levanto corriendo y camino hasta ahi. Mi estomago se retuerce en mi interior. Cierro la puerta, recargo ambas manos sobre el excusado y dejo la cabeza colgando, esperando a que todo lo que me molesta salga.

Maldigo a esas estúpidas pastillas cuando termino, es una sensación horrible. Me lavo las manos y la boca y salgo del baño.

Dos pares de ojos me miran atentos.