Epílogo

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Epílogo.



1 de enero, 2016

—Promesas, promesas—canturreo mientras él saca la camisa de mi falda desesperado besando mi cuello.

—Sabes que no soy solo promesas.

—Debes refrescarme la memoria—le doy un suave empujón y me dejo caer sentada sobre su esponjosa cama. Me cruzo de piernas permitiéndole ver la liga de mis medias—. Si mal no recuerdo, quedamos en un final donde bailabas y cantabas Sexy Back.

— ¿Estás de broma?

—No, y pensándolo mejor, sería genial si te quitas la ropa en el proceso.

Pienso que va a cansarse y no va a hacerlo, pero sonríe y entonces comienza a cantar desde el principio mientras va sacando cada prenda de ropa y baila. Es mi perdición, es lo más sexy que veré alguna vez. Es incluso mejor que aquella noche en el karaoke. Se acerca y se detiene a horcajadas sobre mí, prácticamente tengo su pene, cubierto en tela, en mi rostro y me encanta. Llevo de inmediato mis manos a su culo para que no se aleje y eso lo hace reír, deteniendo por completo su canto. Meto mi mano en el bóxer que aún lo cubre y tomo su pene. Oh, también lo extrañé.

—Ha sido perfecto, creo que deberás recrear esta interpretación muchas veces en nuestra relación, pero ahora...—saco mi lengua lamiendo la punta y gime justo antes de que yo me dedique a atender a Matthew con mi boca.

No me deja disfrutar mucho de ello, solo unos pocos minutos, luego se aleja y está sacando mi ropa, rasgando mis medias y besando tanta piel expuesta consiga, haciéndome gemir mucho. Cuando quita mis bragas y me deja con un sujetador mal puesto que tiene al aire libre mis pezones, se ubica entre mis piernas y me sonríe. Empuja sus caderas y suspiro.

—Hola a ti, te extrañé—susurra acariciando con su nariz la mía.

—Es que el sexo es lo mío, es mi súper talento oculto—susurro y su sonrisa crece antes de alejar sus caderas y embestir de nuevo.

— ¡Qué sorpresa! Creo que también es mi talento oculto.

Me besa y las palabras quedan olvidadas mientras cerramos nuestra reconciliación con una de las mejores formas conocidas por el hombre. Es más que bueno como siempre, lleno de sudor, caricias, gemidos y una que otra palabra sucia, mayormente de mi parte. Hay mucha pasión, amor y complicidad. Y ¡Mierda! Quiero que éste hombre me folle, me dé orgasmos, me haga el amor, me coja o como quieran llamarlo, por el resto de mi vida. Lo juro, yo simplemente sería feliz.

Por supuesto que me da mi orgasmo y obtiene el suyo, luego me besa lentamente y yo acaricio su cabello húmedo por el sudor.

—Oye, esos dedos tuyos no están mal, saben ejercitarse por allá bajo.

—Podrías dejarme practicar hasta perfeccionarlos.

—Con gusto—respondo, ríe y rueda para caer a mi lado y atraerme a su cuerpo—. Me siento feliz, hace mucho no me sentía así.

—También estoy feliz.

—Genial.

—Sí, genial.

Nos quedamos en silencio y luego reímos. Hablamos en susurros para finalmente un tiempo después, volver a llenar la habitación de gemidos.

***

12 de febrero, 2016.

— ¿Irás al cumple de Matthew, verdad? —esa es la pregunta que le he estado haciendo a todos. Valerie y Krista alzan la vista de lo que sea que veían en el celular de la última.

Algo más que palabras (#2 Saga InfoNews)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora