Capítulo Once: Favores, emergencia y helado

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Capítulo once: Favores, emergencia y helado.

30 de julio, 2015.

— ¿Por qué llegas a esta hora?

—Un estorbo estaba en la puerta de mi apartamento— mira sus pies.

Dejo de tomar mi café para observar a Breana. Tomo su barbilla y la alzo, está más maquillada de lo usual y se ve esplendida, pero la conozco.

—Espera ¿Por qué has estado llorando?

—Solo fueron unas poquitas lágrimas.

—Breana...dime la verdad o te la saco.

—Candace fue a mi apartamento.

Por un momento estoy desorientada y entonces entiendo. La esposa de Demian. Breana presiona los dedos sobre el tabique de su nariz y toma continuas y profundas respiraciones.

»Ella lo sabe, no sé cómo, pero lo supo. Y está claro que ante sus ojos yo soy la zorra seductora que hizo a su buen marido caer— muerde su labio inferior cuando comienza a temblar—. Dijo que nada más había que verme para saber que soy una zorra. Que ella conoce a las mujeres como yo.

Bajo la vista hacia su brazo donde de manera inconsciente soba su piel cubierta por una camisa mangas largas combinada con su falda ajustada. Quito su mano y subo la manga. Hay marcas rojas en forma de medialuna y amoreteada.

— ¡¿Qué demonios?! — Nos llevo hacia donde los demás no nos escuchen— ¿Qué es esto Breana?

—Ella estaba algo alterada y me agarro del brazo.

—Dime que te defendiste Breana Isabelle.

—Todo pasó muy rápido y...fue horrible. Me siento tan sucia y mal.

—No.

—Sí. Es sucio para mí haber sido una imbécil creyendo las palabras de un maldito bastardo. Lo dejé usarme. Dejé que me viera del modo en el que todo el maldito mundo lo hace. Como una muñeca a la cual follar y hacerle promesas estúpidas.

»Y ahora su mujer me señala como la zorra y a él como la víctima de mis garras. Odio todo esto. Si yo pudiera, ¡Dios! Si yo pudiera...

— ¿Qué, nena?

—Si yo pudiera solo tomaría mejores decisiones. No sería tan ingenua y solo entonces las personas no me lastimarían tanto— susurra.

—Bre, no es tu culpa. Y donde esa mujer te vuelva a agredir verbal o físicamente, no vas a quedarte ahí de pie porque no eres la culpable. Eres tan víctima como ella de esa basura que se hace llamar hombre y... ¿Estás llorando?

Niega con su cabeza pero veo las lágrimas comenzar a caer. Me duele, porque no me gusta cuando las personas logran herir a Breana con sus comentarios, creen que pueden a diestra decir cosas hirientes sobre ella sin conocerla, sin saber que como cualquier persona siente y le duele.

— ¡Dios! Odio esto Elise. No era mi intención meterme con un hombre casado, sé que fui una ingenua al creer en su palabra, pero ¿Está mal ilusionarse y creer que encontraste a una persona especial?

»Sabes lo que pienso de la infidelidad, no me gusta y nunca hubiese estado con Demian de haberlo sabido. Me dolió escucharla decir todas esas cosas y me dolió cuando empezó a llorar y culparme de ser un bache en su perfecto matrimonio.

—Oye, yo sé eso. Tranquila— limpió sus lágrimas—. Incluso si tú lo hubieses sabido, Candece no estúpida, ella sabe que uno simplemente no obliga a un hombre a tener sexo o vivir una aventura, bien grandecito que está ese vejestorio para saber las decisiones que toma.

Algo más que palabras (#2 Saga InfoNews)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora