UN NUEVO COMIENZO

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Cuando Sara volvió a abrir los ojos, lo primero en lo que quiso fijarse fue el cielo, ese cielo que tanto le gustaba a ella. Sus preciosas estrellas nunca dejaban de fascinarla.

No era ninguna imaginación suya, era cierto, había vuelto a Aysirial y le embadía una gran alegría.

Se encontraban en la montaña de Araí, cerca de la aldea de las sílfides.

- Pensé que iríamos al castillo de Kalarra.-dijo Axel confundido.

- El castillo de Kalarra es ahora la fortaleza de los rebeldes. Todo aquel que quiera unirse a los rebeldes se dirige allí. Además lo han amplíado.-comentó Rojan.

- ¿Lo han amplíado?-preguntó Sara intrigada. - ¿Por qué?

- Bueno os dije que las cosas aquí habían cambiado, lo más importante es que ahora los liches no matan por matar, todos aquellos que sigan sus reglas vivirá, aquellos que se inpongan a ellos moriran.

- Una dictadura ¿A qué se debe ese cambio de actitud?

Sara estaba confundida, tenía que ponerse al día de la situación de Aysirial cuanto antes, en cuanto lo supiera la Dama de la Luz movería ficha.

- Supieron que David organizaba un ejército contra ellos y que parte de él se encontraba aquí custodiando a las sílfides. Las que mueven la energía de Aysirial, así que ahora en vez de intentar matarlas, intentan gobernar la dimensión.

- Como no pueden acabar con Aysirial, quieren al menos tener el poder de todo.

- Exacto.-afirmó Marcus.

Todos se dirigieron hacia la aldea de las sílfides, unos metros antes de llegar se empezaron a ver a los primeros hombres vestidos con armaduras, no tardaron en ver a montones de ellos.

Se sentaron en una cabaña, poco después entraron las tres hermanas de Anatani, Turia la más pequeña se sentó encima de las rodillas de su hermana.

Todos esperaron a la anciana de las sílfides para hablar.

- La gente vive asustada, esperando el día en el que llegue su hora de morir. Viven la supresión, los chantajes, la violencia y la muerte, todos los días tienen que aguantar ese trato hacia ellos. Y cansados de luchar prefieren acatar las órdenes de los liches antes que morir.-dijo Nirvana la hermana mayor de Anatani.

- Pero si todos juntos unieramos fuerzas, si todos lucharamos contra ellos, quizás pudieramos lograrlo. No tenemos que quedarnos de brazos cruzados, no podemos consentir lo que estan haciendo.

Sara rabiaba de ira, no podía creer todo lo que estaba pasando en su ausencia.

Nirvana se levantó de golpe, parecía enfadada.

- ¿Cómo te atreves? Tú fuiste la primera que te rendiste, te marchaste y nos dejaste solos en esto, la antigua Dama de la Luz no lo hubiera hecho.

- Nirvana basta.-le dijo Anatani.

- ¡No! Es la verdad, todos piensan lo mismo, eres la Dama de la Luz y nos dejaste solos, tu poder nos era útil para acabar con ellos, eras nuestra esperanza y na vez dejaste esta dimensión, nuestra única esperanza se fulminó. Nos decepcionastes.

La joven no podía pronunciar palabra, pues había acabado de recibir una buena dosis de verdades, era imposible contestarle para defenderse porque la sílfide tenía toda la razón.

Había tenido la osadía de decir que todos estaban con los brazos cruzados cuando ella los había abandonado a su suerte.

- Lo siento.-pronunció aquellas palabras con gran arrepentimiento.

AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora