"LA PROCLAMACIÓN"

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Habían pasado ya más de dos semanas desde la guerra y David estaba completamente desesperado. Sara seguía insconciente desde la guerra, su corazón y su respiración eran normales, seguía viva, pero no despertaba y no había cambios en ella. 

El Oráculo la visitaba de vez en cuando para seguir su estado y pedían paciencia a David, La Dama de la Luz había estado al límite aquel día, toda esa energía la había consumido por dentro y necesitaba tiempo para recuperarse. 

El resto seguían con su vida normal, visitaban a Sara en una cabaña cerca de lo que quedaba del castillo de Kalarra. Los magos blancos junto con un batallón de hombres fuertes intentaban por todos los medios reconstruir aquel castillo. 

Toda Aysirial trabaja duro para reconstruir los daños que causaron los liches. Las muertes era algo que no podían reparar, pero les consolaba la idea de que no volverían a ver a esas criaturas odiosas. Por otro lado estaban los drows, se habían convertido en un lastre para Aysirial, nadie confiaba en ellos, nadie los respetaba, pero aún así seguían con sus vidas, excepto aquellos que habían participado en la guerra contra Aysirial, a ellos los habían encarcelado para el resto de sus vidad en los calabozos de las grandes ciudades de Aysirial. 

Pronto se llevaría a cabo la proclamación de los reyes y reinas de Aysirial. Cada región iba a tener un rey o una reina y esa decisión la iba a tomar el Oráculo.

Todos querían esperar a que Sara despertara, querían que La Dama de la Luz estuviera presente en aquel acto, pero las regiones necesitaban urgente sus líderes antes de que todo el mundo se volviera patas arriba. 

La Región de Kalarra había sigo el lugar elegido para celebrar la proclamación, la ciudad estaba siendo adornada por todo tipo de detalles para aquel día. Las calles estban llenas de flores, en las fachadas habían colgadas todo tipos de mandalas de todos los colores. Había musica por donde pasabas, bailes, teatros, y todo el mundo se habían vestido con sus mejores galas. 

Poco a poco iban llegando gente de todas las regiones, nadie quería perderse aquel acto tan importante, un acto que pasaría a la historia de Aysirial al igual que la guerra contra los liches, aunque algunos pocos no querían recordarla. 

David que ya estaba vestido para la ocasión se encontraba sentado en la cama donde posaba Sara, la miraba desolado, a veces sus ojos e imaginación le jugaban una mala pasada al verla con los ojos abiertos y sonriendole. Verla asía le rompía el corazón. 

Anatani los contamplaba con el corazón en un puño.

—Estás preciosa. —Edgar acababa de entrar a la cabaña también vestido con sus mejores galas. 

Ella lo sonrió y por un momento imaginó como sería si estuviera en la misma situación que David, ahí en la cama sentada viendo como el amor de su vida no despierta. Lo abrazó de repente borrando de golpe aquello de su cabeza. 

—Confío y tengo fé de que despertará pronto. Ya lo verás. 

Edgar la abrazó con cariño.

El acto de la proclamación iba a empezar y todos se reunieron alrededor del Oráculo para escucharlos con atención. 

David, Axel, Anatani, Edgar, Rojan, Sasha, Marcus,  Jocelyn, Garfus. Todos ellos se encontraba detrás del Oráculo, frente a toda la gente que los observaba con admiración. Todos ellos esperando ser proclamados oficialmente. 

El Oráculo empezó a hablar con la voz alta y con honorabilidad. 

—Hoy es un día grande, hoy no solo celebramos el acto de la proclamación, si no que también celebramos la paz y el deseo de seguir viviendo con honor en nuestro querido mundo Aysirial. Todos hemos luchado mucho, todos hemos perdido a alguien —dijo apenado esto último. —Y todos hemos dado demasiado por la salvación de nuestro mundo. —continuó diciendo mientras dedicaba una mirada fugaz a David. 

AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα