EL GRAN LEGENDARIO DRAGÓN

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Sara, David, Rojan y Axel se dirigían hacia Kalarra, la ciudad de los dragones. Fantasma los encabezaba y los demás dragones solo lo seguían. 

—Vamos a estar mucho tiempo volando, ¿seguro que no te arrepientes de haberte quedado? —preguntó David con una sonrisa burlona. 

—No me hace mucha gracia, pero esta vez no te libras de mí —le respondió mientras se apretaba más a su cintura. 

El chico soltó una gran carcajada. 

—Cómo mi chica quiera. 

Sara sonrió al escuchar esas palabras "mi chica", la hacía sentirse feliz, y es que lo amaba tanto que no podía ni tan siquiera imaginarse perderlo o alejarse de él. 

Después de casi dos horas volando, Fantasma soltó un gran rugido, se estaban acercando a Kalarra. Y Sara estaba deseando llegar, el volar no era una de sus grandes pasiones. 

Cuando los dragones aterrizaron en una gran explanada, todos bajaron de sus dragones.

—Buscaremos a Carff, él es quien controla todo lo que tiene que ver con los dragones. 

Los demás asintieron y siguieron a Rojan. 

Se alejaron de la explanada dejando a los dragones descansando, y dirigieron a la ciudad en busca de aquel hombre, preguntaron por todas partes pero nadie lo había visto, hasta que daron con su esposa. 

—Mina —saludó Rojan.

—Vaya Rojan, hacía mucho tiempo que no te veía. 

—He estado algo ocupado. 

—Lo sé, ahora eres un Cazador de la Dama de la Luz. 

Rojan asintió y le mostró a Sara. La mujer se sorprendió nunca la había visto en persona, la cogió de las manos y la saludó con entusiasmo.

—Es un honor para mi conocerla. 

—Gracias —dijo con timedez, a decir verdad esa situaciones la incomodaban bastante. 

—Decidme ¿que os trae por aquí?

—Buscamos a tu marido, necesitamos su ayuda. 

—Seguro que estará encantado de ayudaros, pero él se marchó hace dos días. Ya sabes que cuando se le mete algo en la cabeza a ese cabezota, no hay quien se lo quite. 

—Era importante, ¿sabes a donde a podido marcharse?

—Quiere encontrar al legendario dragón. 

—Pero solo es una leyenda. 

—Una leyenda que pocos meses atrás ha ido extendiendose, mucha gente dicen de haberlo visto sobre volando las montañas de Kalarra por la noche. 

—¿Es allí donde se a dirigido Carff? 

La mujer asintió. 

—Iremos a verlo, no te preocupes Mina te lo traeeremos de vuelta. 

—Si por favor, dale un puñetazo de mi parte a ver si así entra en razón ese hombre. 

—Será un placer. 

 Se dispieron de la mujer y se dirigieron de nuevo hacia la explanada donde los esperaban los dragones, volaron hacia las montañas de Kalarra en busca de alguna pista de donde pudiera encontrarse Carff.  Y no tardaron mucho en dar con un gran bullicio frente a una cueva. 

Bajaron de los dragones y se dirigieron hacia una muchedumbre de personas, todos hombres, que hablaban fuertemente, comían y bebían. Eran hombres robustos, altos y no parecían ser nada delicados. 

AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©Where stories live. Discover now