No. 5 || Once Upon A Dream

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Tim sollozó, trató de respirar profundo para calmarse, y volvió a sollozar.

Había sido un sueño inocente, digno de cualquier niña pequeña que sueña con cuentos de hadas. Tim había soñado que su príncipe le sonreía, que le tomaba de la mano y con sus preciosos ojos azules cerrándose lentamente, plantaba un tierno beso sobre sus labios.

–Entonces ¿Por qué me ocurrió esto? –sus mejillas estaban rojas, su vientre bajo caliente.

Siguió caminando a prisa por los oscuros pasillos de la mansión Wayne. Jason y Bruce se estaban haciendo cargo del patrullaje esa noche. Damián estaba enfermo y en encierro domiciliario bajo las órdenes de Alfred. Tim sorbió su nariz, jalaba el borde inferior de su camisa tanto como podía para poder cubrirse con ella hasta los muslos ¿Qué pensaría su príncipe si lo viera ahora mismo?

Llegó al baño, jadeando, sin saber muy bien qué tenía planeado hacer al estar dentro. Apenas extendió la mano para tomar el picaporte cuando, la puerta se abrió.

–¡Hey, Timmy! –le saludó él alegre– ¿Necesidades nocturnas?

No podía ser cierto. Su príncipe sonrió juguetón, su cabello azabache estaba húmedo, sus ojos azules preciosos. Tim dio un paso hacia atrás y apretó más su camisa conforme el calor en su vientre se intensificaba. Quiso decir algo, cualquier cosa, pero no logró encontrar su voz por ninguna parte.

–¿Timmy? ¿Estás bien? –Dick arrugó el ceño, preocupado. Se inclinó hacia él para examinarle, Tim retrocedió otro poco, jadeando–. Hey, amigo ¿Qué ocurre? ¿Has tenido un mal sueño? –la voz de Dick sonaba suave, preocupada. Elevó una mano con cuidado hacia la mejilla de Tim para retirar un par de lágrimas de ella. 

Tim sintió como si alguien le hubiera encendido fuego en el rostro. Apretó la tela entre sus manos aun más, quería desaparecer. Por instinto, Dick llevó su mirada confundida hacia el lugar que Tim cubría tan celosamente y trató de alcanzarlo para ver qué iba mal. El menor soltó un grito pequeño en respuesta a la acción, al tiempo que se echaba hacia atrás doblando su cuerpo sobre sí mismo.

–¡Vete, no me toques! –exclamó.

Dick sintió cómo todos los focos de alerta se prendían en su cabeza y las alarmas comenzaban a sonar en sus oídos. Con más resolución aun, se acercó a Tim y le sujetó con fuerza para retirar el agarre de las manos sobre su vientre. Tim forcejeó todo lo que pudo, pero su cuerpo le estaba traicionando, dejándose completamente dócil a merced de Dick.

–Timmy, por favor, no te voy a hacer daño ¡Argh! –finalmente, de un tirón, Dick consiguió apartar las manos de Tim para darse cuenta de lo que ocurría. Abrió los ojos con sorpresa, sin saber cómo reaccionar.

Las orejas de Tim estaban ardiendo, su pecho se agitaba furioso arriba y abajo, lágrimas de vergüenza se aglomeraban en el borde inferior de sus pestañas. Dick se acercó.

–Vete –Tim no le miró, cogió su camisa y tiro de ella para cubrirse nuevamente. Dick no se movió de su lugar– ¿No me oíste, Dick? ¡Vete!

El mayor observó a su hermano un momento, antes de acercarse un poco más a él.

–Hey, Timmy –le llamó con suavidad–, está bien. Enserio. Esto... esto no es nada raro ¿de acuerdo? Es parte de crecer –trató de sonreír hacia su hermanito, pero lo cierto es que quería darse de topes en la cabeza, él no estaba lo que se dice capacitado como para dar esa charla.

Tim sorbió su nariz, desviando la mirada.

–Largo, Dick –dijo con la voz ahogada.

Dick se encogió un poco en su lugar, ya no le importaba si no estaba preparado, él quería decir algo, cualquier cosa que hiciera que Tim se sintiera mejor.

Batfamily One Shots || Son AdoptadosWhere stories live. Discover now