Bellator ( LIBRO I ) [Completa] [Trilogía Blessed]

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Miami, Florida. Domingo 29 de Mayo de 2016.

Las personas estamos tan ciegas a la realidad, tanto así, que no somos capaces de ver lo que verdaderamente pasa afuera. La mayoría de la gente piensa, que por el simple hecho de tener tatuajes, eres una persona sin valores, que eres vulgar y que no vales nada. Lo gracioso es, que en la mayoría de los casos, las personas que tachan de "vulgares", son personas honradas, y con una humildad tan grande; y eso vale mucho más que el dinero de las personas.

Soy testigo de esto; vivir en ambientes "peligrosos" te demuestra como es el mundo realmente, todos te juzgan sea lo que sea, por tus gustos, tu color de piel, tus creencias, hasta por tu misma personalidad, por ser simplemente como eres. No aceptan que todos somos diferentes y que nadie es igual a nadie.

La gente que vive "dignamente", no se para a pensar, qué es lo que ha orillado a la gente a vivir en las calles, hundiéndose en las drogas, el alcohol y el sexo. La mayoría de las personas, se refugian en estas cosas, por sus problemas, por lo que han pasado. No es justificación, pero, lo único que buscan las personas que consumen eso, buscan amor, comprensión, protección.

Somos egoístas, pensamos sólo en nosotros mismos y esto va aumentando, nuestra sociedad va empeorando. Las escasez de personas humildes es tan extrema, que temo demasiado, tengo un temor grande. Mi conclusión es: El egoísmo es lo que está acabando con la humanidad, con la flora, con la fauna, con el mundo. Y parece que a nadie le importa ni en lo más mínimo; nosotros estamos acabando con todo lo que nos rodea, y peor aún, estamos acabando con nosotros mismos.

Con fé y esperanza,
A

arón H. W.

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Aarón terminó su escrito justo en el momento en que llamaron a la puerta. Él guió su vista hacia ésta y su confusión fue grande, no esperaba a nadie y mucho menos a esas horas.

—Adelante —guardó lo escrito entre los papeles que tenía en su escritorio.

La puerta comenzó a abrirse y un hombre se adentró al despacho; era un hombre robusto, de al menos 1.80 de altura, ojos color miel y una cabellera rubia llena de rizos que le llegaban a los hombros. Su rostro demostraba total seriedad, pero el movimiento de sus dedos dejaban en claro su nerviosismo, Aarón frunció sus cejas aún más desconcertado.

—Perdón por molestarte a estas horas Aarón, pero necesito hablar contigo, es urgente —Aarón estudió el semblante del hombre que se encontraba frente a él. Después de unos segundos analizándolo, asintió con el rostro.