여섯.

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Raramente, Minhyuk se quedaba sin palabras. Pero logró hacerlo cuando Hyungwon lo invitó a jugar videojuegos a su habitación. Le avergonzaba decir que apenas sabía lo que eran los videojuegos, ya que nunca había tenido una consola, principalmente porque sus padres no podían costearse una. Tenía miedo de hacer el ridículo frente al azabache, pero accedió de todas maneras.

Se sentó con las piernas cruzadas frente al enorme televisor y observó cómo su acompañante iba y venía por la habitación, conectando y desconectando cables.

—Nunca había visto un televisor tan grande —afirmó el rubio.

Hyungwon encendió su Play Station 4 y se sentó junto al mayor, observándolo de reojo con una sonrisa de lado.

—Era de mis padres. Tendrías que ver la que mi hermana tiene en su apartamento, creo que es de 72 pulgadas. Una barbaridad. Esta sólo es de 50.

—La mía es de 28 —sonrió Minhyuk, observado con los ojos brillantes la pantalla frente a él. Hyungwon hizo una mueca, y sacó desde una estantería un montón de cajas de videojuegos.

—¿A qué quieres jugar? Tengo GTA V, Battlefield 1, Overwatch, Uncharted 4, Final Fantasy XV, Resident Evil 7, Rocket League, Call Of Duty Black Ops... tú fíjate y dime cuál te gusta más.

Minhyuk tomó los juegos que el menor le tendía y comenzó a mirarlos uno por uno, con miedo. Sin duda, no conocía ninguno de esos títulos, pero las portadas le resultaban llamativas. Señaló la que más le gustó y miró al azabache con temor. Este sólo se limitó a sonreír.

—No sabía que te llegaría a gustar The Last of Us... es de mis juegos favoritos, aunque me da un poco de miedo. No hay opción multijugador, así que podemos irnos turnando.

El más bajo de ambos se arrodilló y colocó el juego, dándole inicio a este. Volvió a sentarse y le tendió el mando al mayor.

—Comienzas tú.

En ese momento fue cuando Minhyuk decidió que no podía seguir ocultándole la verdad a Hyungwon, porque sino todo terminaría en un gran desastre al que tenía miedo a enfrentarse.

—Hyungwon-ah, lo lamento, pero no sé cómo usar esta cosa... jamás he tocado una consola en mi vida... realmente lo siento.

Los ojos del menor se abrieron enormemente, y su boca formó un círculo. Después de la sorpresa, sólo rió y se arrodilló detrás del rubio, pegando su pecho a la espalda ajena y tomando el mando por encima de las manos de Minhyuk.

—Con este mueves a tu personaje, y con este giras la cámara. Si apretas aquí, saltas. Con este te agachas, con este apuntas y con este disparas. Puedo poner un tutorial así te acostumbras, ¿está bien?

Lee asintió aliviado, feliz de que Hyungwon no se lanzase enfadado sobre él por tener tan poco conocimiento sobre la tecnología.

Pero lejos de ello estaba el azabache, ya que estaba enternecido sobre la imagen de un Minhyuk como un niño, con muchas cosas por aprender.

Se separó del cuerpo contrario con mucha pena, y volvió a sentarse a su lado. Observó las mejillas rojas por la vergüenza de Minhyuk, las cuales no lograron nada más además de hacerlo sentir feliz sobre tenerlo a su lado.

Era casi evidente que el rubio tenía cierta habilidad con las manos, porque al tiempo ya podía moverse casi sin ningún problema. La historia finalmente comenzó, y ambos chicos se quedaron expectantes mirando la secuencia de video.

—Ahora, debes caminar y recorrer la casa.

El mayor lo miró y rodó los ojos, riéndose al instante.

—Hyungwonnie, lo acaba de decir en la pantalla hace tres segundos.

Ambos rieron, y el azabache sólo se limitó a seguir mirando cómo Minhyuk jugaba el mismo videojuego que él tantas veces había jugado.

Casi dos horas pasaron, ambos chicos cambiando de turno, asustándose con los zombies y peleando por el mando. Pero después de todo, lo encontraron como algo entretenido. Ninguno de los dos podía quejarse.

Hyungwon reía como loco mientras Minhyuk bailaba la coreografía de una canción de Sistar. Los pasos exagerados del mayor le hacían mucha gracia, y no podía negar que se sentía incluso levemente atraído por los movimientos del rubio, que deslizaba sus manos por sus caderas.

—Tengo sueño —dijo Minhyuk mientras reposaba su cabeza en un almohadón rojo abandonado en el suelo.

El azabache asintió e hizo vagamente su cama, que había sido cruelmente destendida cuando ambos chicos se tiraron a ella a jugar a la lucha. Arrastró con todas sus fuerzas un colchón junto al de su cama y le puso las sábanas, que quedaron arrugadas. El más bajo se paró y sacó de su mochila un cepillo de dientes, y señaló a la puerta del baño al que previamente había ido para hacer sus necesidades. Hyungwon asintió y se apresuró para ponerse el pijama mientras el rubio no llegaba.

—¿Me puedo acostar en tu cama? —preguntó Minhyuk, que se había sacado la ropa para sólo quedarse de una camisa de algodón blanca y un short rosa que le quedaba pequeño. Hyungwon asintió, y esperó a que el mayor se acostase para él poder lanzarse al colchón.

—¿Ya vas a dormir? —el que previamente tenía sueño era el que menos quería dormirse.

—Tú mismo dijiste que tenías sueño, Minhyukie... —el mayor bufó y se sentó contra la pared con los brazos cruzados y los ojos en blanco.

—Eso no significa que quiera dormir. Anda, pon una película —respondió, y el menor se quería dar la cabeza de lleno contra la cama, pero se levantó y señaló la película que más a su alcance tenía.

—¿El Niño con Pijama a Rayas está bien para usted, señor caprichos?

Minhyuk asintió y le hizo un lugar al menor junto a él, mientras veía cómo Hyungwon se apresuraba para sentarse antes de perder el principio de la película, que como todo lo que estaba en su habitación, ya había visto mil veces. Minhyuk se acostó en las piernas del azabache, y media hora después ya estaba en un sueño profundo. Hyungwon suspiró, apagó el televisor y acostó al rubio junto a él.

Amusement Park ➸ Hyunghyuk.Where stories live. Discover now