둘.

238 48 27
                                    

Como tenía planeado con anterioridad, Hyungwon nunca le envió un mensaje a Minhyuk al llegar a casa. Casi que se había asustado, ¿y si ese chico era un secuestrador? Pero poco a poco, había ido descartando aquella idea, ya que Minhyuk se mostraba demasiado estúpido como para ser alguien siquiera peligroso.

Con el paso de los días, se fue olvidando de la existencia del rubio y de su fugaz aparición en su vida. El contacto se perdió entre los demás, y continuó sus vacaciones haciendo actividades normales. Claro, si se podía considerar normal dormir 21 horas de corrido en un sólo día.

Pero uno de sus amigos le advirtió que si no salía de su cueva, iba a quedarse sin nadie y que, cuando precisase salir, nadie lo acompañaría porque ya no tendría amigos. "No les pedí que fuesen mis amigos, ¡yo sólo quiero descansar! ¿Por qué quieren cambiarme? Me dueles, Changkyun." contestaba a los mensajes el azabache, fingiendo ser la víctima.

Sin embargo, el menor contestó yendo a su casa a darle una falsa paliza, que terminó en ellos haciendo planes para salir el fin de semana siguiente.

—Conozco amigos que podrían venir con nosotr— el castaño fue interrumpido por Hyungwon, quien se apresuró a responder, en un tono de advertencia "no quiero a absolutamente nadie que no conozca con nosotros. ¿Entiendes eso? Seremos sólo tú, Jooheon y yo."

—Ah... eres un caso. ¿Adónde iremos?

Hyungwon rueda los ojos y comienza a dar golpecitos en la pared con sus uñas. —No lo sé —admitió— sabes que salgo menos de lo que estoy despierto. Dime tú, así no te quejas. Además, Jooheon acepta todo lo que tú propongas, sea lo que sea.

Changkyun suspira, y apoya su cabeza sobre el hombro de su amigo.

—He ido mucho al cine, además, no puedo hacer demasiado allí. ¿Qué tal... un lugar al aire libre? —recibió una mirada fulminante por parte del azabache— no vamos a ir a la mitad del campo, Hyungwon. Me refiero a algún lugar más ruidoso... como el parque de diversiones de Jamsil-dong. ¡Oh, esa es una buena idea! Punto para mí. Sí, vamos a ir allí.

Hyungwon se quedó casi en shock al recordar ese lugar. ¿Qué no era ahí donde vivía...?

—¿Qué pasa, Hyungwonnie? Te quedaste mudo.

El azabache negó con la cabeza, no iba a contarle a sus amigos —quienes tenía por seguro que lo iban a humillar— de lo sucedido días atrás.

—Es muy ruidoso —respondió.

—¡Oh, vamos! Siempre íbamos al parque de diversiones en Gwangju, y nos fascinaba a ambos. ¿Tan friki te has vuelto en sólo unos años?

El más alto se dejó caer sobre la cama, y comenzó a contarle a su mejor amigo sobre Minhyuk, y sobre lo ocurrido hace no mucho. Al principio, resultó hasta impresionante para Changkyun, ¿Hyungwon siendo amable? Vamos, eso no era algo que ocurría todos los días.

—Entonces nunca le hablaste al "enano rubio", y por ello te da vergüenza ir por miedo a encontrártelo. Curioso. No creí que alguien te intimidaría otra vez. Y menos un niño. Que casi te dice dónde vive.

El menor se echó a reír, y Hyungwon le dio un manotazo en la espalda. No se sentía intimidado, sino... ¿idiota? Realmente no sabía por qué no le había hablado, después de todo, el chico no le había caído tan mal. Pero había intentado convencerse de que nunca más se verían, y que aquél extraño encuentro se quedaría en el olvido.

Tres días, Chae se vio prácticamente arrastrado hasta el parque de diversiones, junto a sus dos mejores amigos. Tenía una especie de nerviosismo, y el rubio no era su único problema: temía más que a nada encontrarse con uno de sus compañeros de clase, y sobre todo, que lo descubran.

No quería verlos nunca jamás, les tenía tanto miedo como odio, por algo se había cambiado de clase y había dejado atrás a la mayoría de las personas que conocía, a muchos de sus amigos, a excepción de aquellos dos chicos, que ahora estaban tirando de las mangas de su camisa, obligándole a seguirlos.

—¿A qué juegos quieren ir primero...? —preguntó el azabache, una vez llegados a la boletería del parque.

Los ojos de Jooheon se iluminaron, y comenzó a señalar hacia todos lados, junto a Changkyun.

—¡Y a aquél! —gritó el peliblanco. —Ooooh, ese se ve increíble. ¿Podemos ir allí también, hyung?

Hyungwon soltó un suspiro, y avanzó en la fila, hasta quedar de cara con el mostrador.

—Quince boletos, por favor —dijo, sacando su billetera y pagando al instante. —Recuérdenme no salir más con ustedes y pagar, me dejan en bancarrota.

Los dos menores rieron y le sacaron de la mano los boletos, llevándolo inmediatamente al primer juego. Hyungwon sabía una cosa: ya no disfrutaba tanto de los parques de atracciones como hacía cuando era un niño.

Cuando el juego estaba por comenzar, se puso en medio de ambos chicos, tomó el brazo de Changkyun, que tenía una expresión de indiferencia total, y dejó que Jooheon se aferrara a él. Mientras no comenzaba, se puso TT de Twice, intentando calmar los nervios. O al menos, no escuchar los agudos gritos del peliblanco al lado de su oído.

Si Hyungwon no hubiese cerrado los ojos por culpa de su increíble miedo a la velocidad del juego, podría haber divisado una llamativa cabellera rubia, que ya había reconocido al azabache con una sonrisa que parecía iluminar todo a su alrededor.

Cuando se bajaron, Jooheon estaba recostado sobre el cuerpo entero de Hyungwon, y Changkyun apresurándolos para ir a otra atracción sin siquiera darles tiempo a los otros a recuperarse por completo de lo que acababan vivir.

—No cambié mi expresión, fue fácil. No era ni de cerca rápido. He estado en cosas peores —comentó orgullosamente el menor de los tres.

Hyungwon se colocó una mano en el pecho y se reclinó para tomar aire. En el momento en el que volvió a levantar la vista, notó a un chico familiar, e inmediatamente tomó de sus camisas a los demás, arrastrándolos a un lugar apartado.

—¡Por dios Hyungwon, la gente va a pensar que nos estás raptando! —dijo Jooheon, mirándolo con el ceño fruncido.

—Cállate, idiota. Tenemos un problema, Minhyuk está aquí.

La sonrisa del castaño hizo aparición maníacamente, asustando al más alto. Echó a correr, fingiendo haber visto algodón de azúcar: la debilidad y el crush de Hyungwon. Por supuesto, su única intención era llevar al mayor a un lugar donde Minhyuk lo viese.

Y su plan salió de maravilla, porque al oír los gritos de Hyungwon, el rubio se giró, y sonrió a verlo. Se acercó hasta el grupo de los tres chicos, e hizo una reverencia.

—Hola. Hyungwon, ¿me recuerdas? Soy Minhyuk, el chico del otro día... ¿qué hacías por aquí?

Hyungwon se apresuró a responder antes de que sus amigos lo hicieran, notaba el destello de malicia que había en los ojos del menor.

—Estábamos yendo a la boletería. Vamos un poco tarde, lo siento...

—Pero hyung —dijo Jooheon— acabamos de llegar... además, todavía nos quedan como 12 boletos, ¿no?

El azabache pateó la pierna de Lee. Era la persona más idiota que jamás había conocido en toda su vida.

—¡Genial! Entonces, ¿puedo acompañarlos? Sé que sonará osado, pero quiero devolverte el favor, Hyungwon. Trabajo en un restaurante que hay aquí, podría invitarlos a almorzar luego de terminar con sus juegos, ¿no? Todavía me quedan 5 boletos.

—Por supuesto, Minhyukie. ¡Vamos hyung! —dijo con falsa emoción Im.

Hyungwon tenía por seguro que para que Changkyun lo llamase hyung, algo malo estaba por ocurrir.

El rubio le sonrió al azabache, y este no pudo negarse a seguirlo hacia una nueva atracción. Su sonrisa le podía.

Amusement Park ➸ Hyunghyuk.Where stories live. Discover now