Capítulo N° 38

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Austin se asomó y encontró a Lauren profundamente dormida.

Miró al conductor con actitud sorprendida, esperando una explicación, la cual nunca llegó. Entró y golpeó su cabeza al introducirse al coche y tomar a la ojiverde en brazos.
Ya el hombre lo esperaba con las dos puertas de la mansión bien abiertas, mientras el chico hacía malabares con la pequeña en brazos. Todos lo sirvientes estaban dormidos y las luces habían sido apagadas. Austin, llevaba a la chica, intentando desesperadamente no caerse con ella en brazos.

- Te lo dije, que estos nobles son muy exigentes. Si hubiese sabido lo difícil que era trabajar para ellos, hubiese aprendido el oficio de mi madre y trabajar en la carnicería - El hombre viejo se quejó. Austin no respondió, simplemente se concentraba en dejar a Lauren con seguridad en la cama - No he podido dormir bien en dos días y todo por culpa de esta señorita. He tenido que llevarla desde hace dos noches a donde me pida y ahora quiero irme a dormir profundamente.

No habían alcanzado llegar a la puerta de la habitación cuando una voz los sobresaltó a los dos.

- Has estado conduciendo a Lauren a algún sitio? - Clara emergió de las sombras de la habitación principal, vestida con un camisón oscuro que se mezclaban con la oscuridad. La manera como se deslizaba por el pasillo, hacían darle una imagen algo fantasmal haciendo que ambos hombres temblaran con su presencia.

- ¿La he despertado, Duquesa Jauregui? - El conductor del carruaje preguntó dispuesto a ofrecerle una disculpa.

- Me sorprende que no haya despertado a toda la mansión - Clara espetó, pero ya había escuchado algo más interesante - Responde a mi pregunta, dijiste que has estado conduciendo a mi hija por las noches?

- No quise molestarle - El hombre tartamudeaba - Ella es una chica muy hábil y es mi deber...

- A dónde pidió que la llevara? - Le exigió. El conductor sentía las gotas de sudor frío recorrer rápidamente por su rostro, gracias al interrogatorio.

Austin vio la oportunidad perfecta para deslizarse fuera de la habitación de Lauren y esconderse. La duquesa veía fijamente al viejo hasta que este contestó.

- La llevé a un pequeño pueblo, Duquesa - Dijo.

- ¿Por qué? - Los ojos de Clara lo perforaban, literalmente al aterrorizado hombre que sin vacilar contestó.

- Ella fue a ver a su ex sirvienta - Admitió.

La Duquesa frunció el ceño, sintiendo como aquella confesión la quemaba por dentro. Después de todo, su instinto estaba en lo correcto. Lauren había encontrado a esa campesina otra vez.

- Su alteza, le juro que no volverá a pasar...

- Fuera de mi vista!! - Le dijo despectivamente.

El hombre jamás había corrido tan rápido como en aquel momento. Estaba agradecido que no sólo había escapado con vida, sino que también seguiría conservando su trabajo.

Austin salió corriendo del pasillo donde se había escondido, detrás del conductor, evitando no ser atrapado por la Duquesa.

Clara miró la puerta cerrada, sabiendo que su hija le había engañado otra vez. Se preguntaba, como había sido capaz Lauren de encontrar nuevamente a esa chica, pero rápidamente, sacó ese pensamiento de su cabeza. No tenía sentido preocuparse por eso. Con esa chica y su hija viéndose en las noches, suponía que había mucho peligro. Si el príncipe descubría aquella aventura, a parte de que sería el final de la ojiverde, también lo sería para el de su familia. Clara lamentó no haber tomado acciones cuando pudo contra Camila. Asumió que ésta se había ido para siempre, y que Lauren no la perseguiría otra vez. Pero había estado subestimando el afecto que sentía su hija por la campesina. Fue, el mismo error, que una vez cometió su propia madre. No le importaba. Regresó a su habitación. Pensaría en tomar el asunto por sus propias manos y acabar con aquello. Se aseguraría de que su hija se sentara en el trono para fin de año, sin importarle cuanto le costara.



Michael volvió a eso del mediodía, para sorpresa de la Duquesa. Estaba preparada para que este hiciera su estancia más prolongada en el castillo debido a los acontecimientos.

- Has regresado temprano - Señaló apenas su marido entró por la puerta. Michael entró rápidamente a su estudio con Clara siguiéndolo tranquilamente. Dejó su bolsa de suministros médicos y recogió los papeles que estaban esparcidos por todo su escritorio.

- Vine a buscar lo que necesito - Explicó. Sus ojos miraban la bolsa que descansaba sobre la mesa y una punzada de culpabilidad atravesó su cuerpo - Y a dejar lo que no necesito - Él había podido salvar al Rey y no sentirse responsable de su muerte. Pero ahora tenía un papel que desempeñar. Empacó los papeles en otra bolsa y salió fuera del estudio.

- ¿Cuánto tiempo estarás fuera? - Preguntó Clara.

- Lo que el príncipe me necesite - Contestó Michael - Lauren continúa durmiendo?

- Sí - Clara respondió con una media sonrisa de disgusto.

En ese justo momento, Lauren apareció en el balcón, mirándole a los dos, frotando sus ojos mientras su madre la miraba tratando de controlar su ira.

- ¿No deberías estar durmiendo hasta mañana? - Clara dijo.

Una Caja Musical me Llevo a TiWo Geschichten leben. Entdecke jetzt