¡Volvió a fingir! No lo puedo creer...
—Te quiero a ti. — susurra ya demasiado cerca de mi rostro. Retrocedo un paso sintiendo las palpitaciones de mi corazón más aceleradas. —. Sabes que siempre te he querido a ti, que siempre eres y serás tú. —da otro paso adelante y yo atrás. —. Yo sé que lo arruine todo, pero me daba miedo y siempre tendré miedo de no ser suficiente para ti Victoria. Se que no lo soy, pero soy demasiado egoísta y te quiero solo para mí. —siento la fría pared en mi espalda, pero él no se detiene. Me coloco de puntillas para seguir intentando no desestabilizarme emocionalmente. Mas.
>>Soy consciente de que no te merezco y que te he hecho daño, sé que...—la voz se le rompe y empieza a acariciar mi mejilla. Mira mis labios antes de volver a mis ojos. —. No sabes cómo me mata saber que vives cerca de mí y no poder besarte, no poder volver a llevarte a la playa, aunque no sepas nadar; volver a bailar contigo en tu habitación, oír y ser el que te provoque risas, sentir tus abrazos, sentirte cerca de mí, saber que tu amor aun me pertenece. —Me acorrala con sus brazos, recorriendo con la mirada todo mi rostro. Vuelve a posar su vista en mis ojos y siento como una lagrima recorre mi mejilla. El la mira descender y hace una mueca de dolor.
Siento una opresión en el pecho, un nudo en la garganta, el escozor en mis ojos y los nervios junto a mis sentimientos a flor de piel. Su voz es desesperada y rota, pero a pesar de los ojos rojos e inundados ninguna lagrima desciende.
>>Te amo y sé que talvez ya es tarde, pero en serio te amo demasiado y no sabes cuánto me odio por ser un cobarde al no saber pelear por ti, por lo más valioso y hermoso que he tenido y tendré en toda mi puta vida. Necesito que me perdones, lamento todo lo que hice, no debí haber huido a Grecia con mi papá como un cobarde en vez de pelear por ti, porque volvieras a mí. Cuando volví y te vi con Elena creí que me era suficiente verte a la distancia, como lo había hecho ya en la antigüedad, pero no puedo. Te necesito demasiado. Siempre te dije que eras mi vida y por dramático o estúpido que suene sentía que me moría cada vez que me ignorabas, cada vez que no estabas conmigo riendo. Cada vez que las únicas miradas que me dirigieras fueran retadoras o llenas de molestia.
Lo miro a los ojos. Esta conteniendo cada vez más lagrimas mientras las mías ya descienden.
Y de un momento a otro se arrodilla, tomándome de la mano. Sollozo sintiendo mi cuerpo débil por las enormes ganas de acostarme a llorar. —Te amo Victoria Rizzo. —dice calmado.
Besa mis nudillos volviendo a repetir la frase. Le quiero decir que se levante, que no merezco que se arrodille, que lo odio, pero me odio más a mí por seguir enamorada de el a pesar de todo y que siento un torbellino de confusiones y emociones. Pero el nudo en mi garganta es tan grande y doloroso que no me deja ni hablar.
— Perdóname, por favor. Perdóname por ser un cobarde. —siento su aliento de la palma de mi mano y no se dé donde saco fuerzas, pero lo miro. Mi dolor esta reflejado en su mirada. Pongo mi mano libre en su hombro, haciendo que se empiece a reincorporar. Siento como su cuerpo se une más al mío, sin quitar mi vista de sus ojos. Trago con dificultad.
—Ambos somos unos cobardes. —murmuro en un hilo de voz.
Ben me mira con la respiración agitada. Parpadeo rápidamente dispersando las lágrimas y acaricio sus brazos hasta llegar a su rostro. Él tiene los ojos cerrados.
Hago mis brazos más atrás hasta llegar a su cabello y acariciarle las hebras. Compartimos un suspiro. Benjamín abre los ojos y rápidamente nuestros labios chocan, el me empieza a besar con ferocidad, estrujando mi cuerpo entre sus brazos. No tardo en corresponderle el beso igual de intenso que el de él. Halándolo más a mí. Sus manos acarician mi cintura hasta llegar a mis caderas, levantándome y haciendo que enrede mis piernas a su alrededor. Un escalofrió recorre mi columna vertebral al sentir las caricias de Ben bajo mi camisa.
Tiene una mano acariciando mi espalda y la otra en la pared, sintiendo su erección rozarse con mi parte más sensible y ahora deseosa de mi anatomía. Bajo mis manos, acariciando su pecho. Nos separamos para tomar aire. Reposo mi frente en la suya.
Ambos estamos jadeantes.
—Quiero que vuelvas a ser mía. —susurra viéndome a los ojos. Lo veo tragar saliva y apretar la mandíbula al mismo tiempo para después soltar una gran respiración.
—Nunca he dejado de ser tuya. —jadeo. Él sonríe y veo como una lagrima sale de sus ojos. Con una alegría desbordante.
—Te amo demasiado.
Sonrió y le doy un casto beso. Susurrándole lo mismo.
Y me vuelve a besar, pero ahora delicada y dulcemente. Su mano me acaricia la mejilla y su lengua acaricia la mía. Gimo sobre su boca. Y como si eso fuera un incentivo el beso se intensifica, deseante, exigente, lujurioso.
Bajo la mano y tomo del bordadillo de su camisa para quitársela. El repite esa acción con mi sudadera. Se aleja de mi admirando ya mi pecho desnudo, porque como ya iba a dormir no tengo puesto el sostén. Ben se relame los labios antes de empezar a apretujar mis pechos entre sus manos, haciéndome soltar algunos leves gemidos y muchos jadeos. Sus labios se vuelven a unir a los míos. Pone una mano en mi espalda baja y sin razón algún suelto una risita sobre sus labios. Él sonríe y muerde mi labio antes de volver a apoderarse de ellos, descendiendo su mano para colocar ambas en mi trasero, apretujándolo hacia su cuerpo y rozando nuestras intimidades aun cubiertas.
Empieza a caminar, sentándose en la cama. Bajo mis manos de sus hombros para empezar a quitarle el pantalón. Separa nuestros labios y hace que ambos nos levantemos para que el mismo se los quite, junto al bóxer; liberando su erección. Me toma de la cintura y besa el hueco que se me forma en el cuello.
—Me encantas. — dice antes de besar mis labios castamente y agacharse. Quitándome el short de tela junto a las bragas.
Me muerdo el labio inferior mientras siento como sus manos se aferran a mis caderas para hacerme sentar a horcadas de él. Me levanta un poco y guía su miembro a mi entrada, haciéndome descender lentamente sobre él, entrando poco a poco. Me encuentro jadeante.
Al sentirlo por completo dentro de mí el golpea su cadera contra la mía. Suelto un gran gemido que rezo no haya llegado a oídos de Nick. Ben me mira maravillado mientras inclina su rostro para empezar a besar mi hombro, mi clavícula, el cuello y al final los labios. Los chupa y gime al sentir que me empiezo a mover. Pongo mis manos en sus hombros, haciéndolo hacia atrás. Me separo de sus labios cuando su espalda ya está unida al colchón para empezar a mover mis caderas, anhelante. Me muevo lenta y circularmente, sin quitar la mirada de sus ojos, sus pupilas dilatadas y oscurecidas de placer me piden más. Gimo al sentir sus manos en mis caderas. Me inclino y nos volvemos a besar. Lo empiezo a cabalgar, cada vez más rápido. Estocada por estocada. Ben suelta gruñidos de placer, viendo como me incorporo para mejor movilidad.
Me abraza y de un rápido movimiento él se encuentra ya arriba mío, con los brazos a los lados para no aplastarme. Me empieza a penetrar duramente y antes de soltar otro colosal gemido él logra ahogarlo, uniendo nuestros labios. Sus movimientos se vuelven lentos mientras empieza a besar mi hombro nuevamente, descendiendo por mis pechos para llevárselos a la boca, lame el pezón y vuelve a descender para salir de mí y empezar a besarme todo el cuerpo. Me retuerzo bajo sus cálidos besos, gimiendo su nombre una y otra vez. Siento como sus labios besan mis parpados cerrados, mis mejillas, el puente de mi nariz, mi frente. Mordisquea el lóbulo de mi oreja y repite eso con mi barbilla. Enredo mis dedos en su cabello.
Siento como su baja su mano a mi clítoris, empezando a jugar con este.
—Ben. —gimo arqueando la espalda. El gruñe mordisqueando la piel de mi hombro.
Lo jalo del cabello, sintiendo mi orgasmo cerca. Ben se detiene y antes de poder quejarme me vuelve a besar. Ahogo un grito al sentir que entra duramente en mí.
Recuesta su cabeza en mi hombro y yo hundo mi rostro en su cuello, hundiendo mis uñas en su espalda. Sus embestidas son rápidas, precisas y excitantemente dolorosas.
Muerdo mi labio para acallarme todo, cerrando los ojos hundiéndome y dejándome llevar en la placentera sensación que nos invade. Siento que recuesta su frente en la mía. Mi orgasmo esta cada vez mas cerca, prometiendo ser uno de los mejores.
—Mírame. —escucho su susurro. Hago lo que me pide. —. Nunca me cansaría de venirme viéndote a los ojos.
ººº
Dedicado a:
YOU ARE READING
The List. [Re-subiendo]
Teen Fiction¿Qué se siente saber que morirás?, bien, es algo que todos lo experimentamos y sabemos que pasara, todos sabemos que lo haremos, por algún accidente o en mi caso... por alguna enfermedad, cardiomiopatía dilatada para ser exactos. Cuando tenía cinco...
T r e c e ( E s p e c i a l ).
Start from the beginning
![The List. [Re-subiendo]](https://img.wattpad.com/cover/126931777-64-k378749.jpg)