Epílogo.

1.2K 101 8
                                    

  ❝Me bastó con escucharle hablar a lo lejos, 

para saber que era la voz que quería me 

diera los buenos días al despertar

[... cuatro años después]

— ¿Estás seguro de que es aquí? —pregunté.

— ¡Hombre! ¿Quién es el que reside aquí? ¿Tú o yo?

—Tú —respondí—, pero, ¿estás completamente seguro?

—Te golpearía Andy, pero me caíste demasiado bien —el taxista me miró a través del espejo retrovisor—, ahora bájate de mi taxi.

—Nos vemos Jamie.

—En tus sueños Clutterbuck, te he trasportado por más de una semana y mi dosis de Andrew ya está más que superada —reclamó el escocés—. Ahora ve y conquista de vuelta a esa muchacha —rodé los ojos al bajarme del taxi.

Miré el edificio que se encontraba delante de mí, era bastante bonito y su vista hacía la ciudad era realmente magnífico. Volví a mirar mi teléfono para confirmar el lugar donde me encontraba, y tal como había dicho Jamie, era el lugar correcto. Un par de pasos más y me encontraba con Valerie luego de cuatro años sin verla.

Toqué la puerta del departamento con el nerviosismo a flor de piel, ¿era normal luego de tanto tiempo seguir sintiendo lo mismo?

La puerta se abrió dejándome ver a una Valerie mucho más madura, sus facciones habían cambiado un poco pero seguía siendo la misma mujer maravillosa y preciosa que conocí años atrás.

— ¿Andrew? —preguntó con una sonrisa.

—Hace cuatro años atrás me dijiste unas palabras que aún no he logrado olvidar: ''Tal vez en unos años más cuando ambos seamos la pieza que arma el rompecabezas del otro... podremos estar juntos otra vez. ''. Créeme cuando te digo que no las he olvidado —sonreí—. En ese momento pensé que te había perdido, pero también sabía que en un futuro tú y yo estaríamos juntos ¿Cómo lo sabía? Realmente no sabría responderte eso —ambos reímos—. Valerie Rudd, porque eres la pieza que arma mi rompecabezas, la persona más maravillosa, la que mi mente siempre piensa. Porque para tenerte no necesito todos los días verte, no me importa si pasan años, este amor es tan grande que puedo esperar hasta diez vidas con tal de en una ellas poder tenerte.

Vi como las lágrimas se asomaban en esos ojos color verde que tanto amaba, ella mordió su labio observándome.

—Tardaste cuatro maldito años Andrew... —murmuró.

Y se lanzó a besar mis labios, podría describir el beso, pero solo diré que fue uno con amor y necesidad, un amor que ambos teníamos guardado y una necesidad que ansiaba salir a la luz desde que ella tomo ese avión. Pero después de cuatro años seguía ahí, intacta... como el amor que nos teníamos el uno por el otro.

 como el amor que nos teníamos el uno por el otro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Prohibido » Andrew LincolnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora