Sirius abrió la capa que lo cubría y vio un pequeño bulto pegado al pecho de su amigo. Un bulto cálido con una herida en forma de rayo en la frente y el pelo revuelto.

—Secuestre a Harry—.

—¿Secuestrar? ¿Por qué? —.

—Dumbledore lo llevó con Petunia, ¡Con Petunia! Sabes lo que pensaba Lily de su hermana y Dumbledore pensaba dejarlo con ella. Antes de ir a cazar a la rata, mientras estaba en la casa de Godric, llego Hagrid y tomó a Harry, le rogué que me lo diera, que yo lo cuidaría, pero dijo que eran ordenes de Dumbledore, que Harry debía ir con sus parientes muggles. Cuando me vi acorralado, pensé que quizás Dumbledore no me apoyaría en un juicio si eso mantenía a Harry con la perra esa de Petunia. Escape y me convertí en perro para acercarme a la casa de Privet Drive. Vi cuando Dumbledore dejo a Harry frente a la casa, ¡Merlín! El hombre es un inconsciente, estaba haciendo frío y el deja a un niño apenas con una cobija y un sobre dirigido a su tía. Apenas se fue de ahí, junto con McGonagall, me transforme en humano, tome a Harry y vine directo aquí—.

—Espera, espera. Dices que McGonagall estaba ahí, ¿Qué no hizo nada para evitarlo? —.

—Lo intento, pero Dumbledore fue inflexible—.

Remus pensó que todo esto era extraño, no Sirius, Sirius solo estaba siendo él mismo al comportarse de forma tan imprudente y arrebatada, sino el que Harry fuera "casi puesto" bajo la custodia de Petunia. La única hermana de Lily Potter, una muggle que odiaba la magia tanto como para fingir que no tenía hermana. Y luego el temor de Sirius de que Dumbledore quizás no lo apoyara en un juicio. Todo era muy confuso y el necesitaba pensar con claridad. Además, Sirius y Harry necesitaban descansar. Ya habría tiempo de aclarar las cosas al día siguiente.

—Pasa Sirius—.

—Gracias Lunático—.

—No te confundas, aun no te creo del todo, pero te daré el beneficio de la duda—.

Era mucho más de lo que había esperado Sirius. Al menos tenía un lugar para que Harry y él descansaran. Quizás al día siguiente las cosas se verían mejor.

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Al día siguiente las cosas no se veían mejor para Sirius. Remus al final, decidió creerle a Sirius, tenía sentido su "treta" que intentó con Peter, el problema había sido que Peter era un traidor. Luego estaba el asunto de Albus Dumbledore, no era lo que había hecho sino lo que NO había hecho. Habían lanzado una orden de aprehensión para Sirius y Dumbledore no había movido ni un dedo por Sirius, ni siquiera se oyó que hubiera abogado por la inocencia de Sirius.

Eso fue lo que terminó de convencer a Remus de ayudar a Sirius.

Lo primero era desaparecer del radar, no podían confiar en Dumbledore ni en nadie de la Orden del Fénix. Pero no podían tampoco irse así sin más, necesitaban un plan y solo había una persona en quien podían, sino confiar, confiar en que haría lo mejor para Harry por esa amistad que alguna vez existió con su madre, Severus Snape.

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—¿¡Qué hiciste que cosa, maldito pulgoso!? —.

—Oye, ¿Hubieras preferido que se quedará con esa... muggle? —.

Severus no quiso dar su opinión, conocía muchas malas palabras que estaba seguro de que Sirius no conocía, y él no iba a ser quien le surtiera de nuevo "material" para sus insultos.

—Está bien, ¿Qué tenían planeado hacer con el "retoño" de Potter? —Sirius y Remus se vieron diciéndole sin palabras a Severus que no habían pensado realmente en un plan.

Una Manada SingularWhere stories live. Discover now