Incluso no noté cuando una lágrima empezó a deslizarse por mi mejilla.

La limpié rápidamente, no quería que él me viese llorar.

-Lo siento tanto hija. Siento haberte decepcionado como padre. Sabes que te quiero y que quiero lo mejor para tí, y con Bastian lo tendrás. No es sólo por el dinero que nos dé, sino porque tendrás una estabilidad, podrás mantenerte, cosa que yo no puedo hacer.

Ahora la que se quedó callada fui yo.

Hasta cierto punto entendía su postura.

Pero aunque fuese por mi bien, por mi estabilidad, yo debería poder escoger con quién casarme, o si quiero tener dinero o no.

Es mi vida y tendría que poder decidirla yo, nadie más.

Viendo que no contestaba, mi padre se levantó y abandonó la habitación.

Poco después entró un médico, el cuál se tiró un buen rato haciendome pruebas.

Llegando a la conclusión que me desmayé por falta de agua y alimentos.

**

Estaba aburrida en esta habitación.

Muy aburrida.

El médico me aconsejó que lo mejor sería que me quedase aquí hasta que estuviese totalmente recuperada. Por si de la caída me había hecho algo.

Seguro que mi padre aportó algo a ese consejo.

No tenía mucho que hacer aquí, sólo podía mirar las paredes, ya que la ventana quedaba algo lejos de mi cama.

Suspiré y me tumbé para intentar dormir un poco, ya que era lo único que podía hacer.

Pero cada vez que cerraba los ojos me venía lo mismo a la cabeza.

La imagen del lobo a unos pocos metros de mí, mirándome fíjamente.

Como si se intentase comunicar conmigo.

La piel se me erizaba cada vez que esa imagen llegaba a mi cabeza, dándome escalofríos por todo el cuerpo.

Parecía tan real, como si de verdad estuviese allí.

No sé de dónde he sacado esa imagen. Tampoco sé si la he soñado o de verdad había pasado.

Todo estaba confuso.

Escuché unos golpes en la ventana que me devolvieron a la realidad.

Alcé mi vista hacia ella y lo ví.

Era él.

Era Alec y estaba bien.

Me sonrió como sólo el sabe y me saludó con la mano.

Automáticamente una sonrisa apareció en mi cara.

Me alegraba tanto de verlo...

Tiró de la ventana, haciendo que esta se abriese, para poder pasar sus pies a través de esta y entrar a la habitación.

Se acercó a mí y se quedó mirándome.

-¿Cómo estás? -dijo fijando su vista en la vía que tenía en el brazo.

Supuse que no le gustaban.

-Bien, -me encongí de hombros- pero me tienen aquí por precaución.

Se sentó en el borde de la cama.

-Todo el mundo habla de ti en el pueblo, ya creen que te atacaron y que por suerte has sobrevivido. Se han hecho bastantes rumores. ¿Qué es lo que te pasó realmente? -dijo acariciando mi mano.

-Estaba en la fuente, buscando a cualquier persona del pueblo, a quien fuese, pero no había nadie. Me paré a beber agua, escuché un ruido, y me desmayé. El médico me ha aclarado que fue por falta de alimentos.

Subió su mano hasta ni mejilla, yo m quedé mirándolo a los ojos.

-Me alegro de que estés bien... -susurró para después acercarse a mí, rompiendo la distancia que nos separaba.

El beso duró hasta que nos quedamos sin respiración, Alec se apartó.

En cuanto abrí los ojos tenía una rosa delante de mí.

La cogí y envolví mis brazos alrededor de él, en un abrazo.

-No sabes lo preocupada que estaba por tí... -susurro.

-Pero estoy bien, y estoy aquí, contigo. -susurró mientras acariciaba mi espalda.

Pasamos un rato muy agradable juntos, como siempre que estaba con él.

Siempre lograba hacerme reír, hacer que me sienta especial, siempre intentaba que estuviese bien.

Y se lo agradecía.

Aunque el momento no nos duró demasiado, ya que tocaron la puerta.

-¿Quién es?

-Daniela, soy Bastian, ¿Puedo pasar?

Mierda.

Xx.

¡Hola!

Aquí tenéis el nuevo capítulo, espero que os guste.

¿Qué os ha parecido?

¿Qué creéis que pasará en el siguiente?

Si os gusta ya sabéis, no olvidéis votar y comentar, para que suba más rápido.

Pd: Quiero poner como un apodo a los lectores de esta historia, ¿Se os ocurre alguno?

Besos.

Ladyshipper_

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