Capítulo 26

6.1K 401 68
                                    

Él negó riendo.

—Son de esta mañana y ahora. Soy rápido, pero no tanto. —su voz sonaba ronca, debe ser por causa del alcohol.

Bufé. Se notaba que ya estaba borracho. Lo raro es que no lo hubiese notado antes.

Decidí sentarme en el sofá, apoyando la cabeza en el respaldo.

—¿Dónde estamos exactamente Bastian? —pregunté con los ojos cerrados, mientras giraba mi móvil una y otra vez.

—En mi casa. —respondió obvio.

Suspiré.

No lo aguantaba borracho.

—Es en serio Bastian, me quiero ir y no sé dónde estoy. —abrí los ojos y lo miré, esperando una respuesta de su parte. La cuál tardó en llegar ya que seguía bebiendo.

—No sé, no sabría decirte exactamente dónde está...

—Ya lo averiguaré yo misma.

Me levanté, cogí mis cosas, para poco después salir de la casa y me puse en marcha.

Salí y me fijé en todo lo que me rodeaba, tendría que reconocer algo. Debería poder llegar a casa de Alec. O al menos, a algún lugar que él reconociese para recogerme.

Sentí como la puerta de abría de nuevo, y a Bastian andar detrás de mí.

—¡Dani espera! —gritó.

No le hice caso.

Sabía que hablar con él en estas condiciones no era lo mejor.

Probablemente me vacilaría.

Y no tenía ganas de lidiar con Bastian, y menos borracho.

Bastante tenía con todo lo que me estaba pasando para sumarle esto.

Sentí cómo agarraban mi brazo, frenándome por completo.

Me giré y ahí estaba Bastian de nuevo.

—No te vayas... —susurró.

—¿Y qué quieres que haga aquí? Bastian, me caes bien y eso, pero no tengo ganas de estar aquí y menos estando como estás.

—Sólo quiero que me hagas compañía por un rato. No hemos tenido tiempo para hablar en serio, para conocernos...

Lo miré. Él me devolvió la mirada, suplicando porque me quedase.

Suspiré.

—Bueno, me quedo un rato. —contesté.

De todas maneras tenía que esperar a Alec que pronto me iría con él.

—Te enseñaré un poco esto.

Asentí y me giré para seguir andando.

Empezó a guiarme por los lugares que había cerca de su casa.

Tampoco es que hubiese mucho, había una pequeña arboleda. Además de campo y carriles que llevaban al pueblo.

El paisaje era muy bonito.

Podría ser uno de esos paisajes pintados en lo cuadros. Podría quedarme horas vagando por aquí, observándolo todo.

Me encantan los paisajes, el campo y la naturaleza en sí.

Bastian iba guiándome como podía. Lo que más temía era que al estar boracho nos llevase a algún lugar que no debiésemos ir y que nos pudiese pasar algo.

Eso y encontrarnos al lobo.

Bastian me contó más cosas sobre él. No sé si fue gracias al alcohol que había ingerido o porque de verdad quería hacerlo.

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora