—¿Qué haces mientras dura la clase?

—Leo en la biblioteca.

—Vale, te buscaré ahí apenas salga al receso.

—No –Victoria se acercaba, aún no me libraba de la paliza, eso era seguro –. Jardín Lateral Izquierdo.

Y me apresuré a salir con dirección a la biblioteca. Era cierto que la maestra de Literatura me odiaba casi más que toda la escuela. En fin, me escondí en el mismo pasillo que la vez anterior y continúe con los libros de Psicología hasta que Jeremy me vió y comenzó a gritar que yo estaba ahí, tuve que dejar el libro y salir corriendo.

En mis escapes del bullying durante los recesos solía recorrer toda la escuela, sabía dónde estaba exactamente todo y no me perdía. Cuando llegó la hora del receso, me dirigí al jardín que le había dicho a Mark, pero ahí solo estaba Jack, me acerqué a él.

—Jack...

—Oh. Hola, Prince... –se corrigió –perdón, Azura ¿Cómo estás?

—Bien –miré a todos lados –¿Y tu amigo?

—Ah, lo castigaron por dormirse en clase. No debe tardar mucho.

—Vale.

—Me dijo que tú y tu mamá hicieron las galletas ¿Es cierto? –asentí –. Wow, estaban deliciosas.

—Gracias –me sonrojé –. Me alegra que les hayan gustado.

—A mi igual, ¿sabes? Mark odia las galletas, pero las que nos diste... Vaya, jamás lo había visto tan feliz de estar comiéndolas.

—¿Las odia?

—Si, am... Su mamá es repostera, yo supongo que él se harto de siempre comerlas. Pero con las tuyas fue muy diferente... Puedo decirte algo sobre él... –asentí y él se acercó más a mí –. Mark jamás tuvo una razón para venir a la escuela.

—¿Qué? ¿Porque no?

—Nos molestaban, a mi me daba igual, pero a Mark no. Él buscaba excusas para faltar. Es por eso que entramos un mes y medio después de ustedes. Tardé todo ese tiempo en convencerlo de volver.

—Increíble, pero... ¿Porqué tardaste tanto? –él suspiró.

—Mark tuvo depresión. Dado a eso, nos mudamos... aún no se recupera bien. Pero, estos días ha estado demasiado bien y... Feliz –miró por encima de mi hombro –. Ahí viene, no le digas que te dije esto –asentí y me giré hacia Mark quien veía el suelo mientras caminaba, levantó la vista y sonrió al verme.

—Hola, Azura.

—¿Te dormiste en clase? –miró mal a Jack.

—Gracias, Jackie –dijo con sarcasmo.

—De nada –le respondió sonriendo.

—¿No dormiste bien anoche?

—No, yo... Me quedé viendo una película –desvió la mirada, no le creí.

—Vale, pero asegúrate de dormir bien hoy, si mañana vuelves a dormirte, te van a suspender.

—Entendido. Por cierto, esas galletas estaban más que deliciosas –miré a Jack, quien lo veía a él asombrado.

—Gracias –me sonrojé.

Si Mark escondía algo y conmigo se sentía bien, no descansaría has verlo completamente feliz. El resto del receso, Jack nos dijo lo que habían visto en clase. La historia del reino de Cadah, pan comido. Al final de clases ambos me acompañaron a mi casa, una vez afuera Jack carraspeó.

—Ejem... Azura ¿podrías ayudar a Mark con matemáticas hoy?

—¿Qué? –dijo el mencionado.

—Por favor –insistió Jack –. En verdad lo necesita.

—No es verdad –protestó el pelinegro.

—Claro que si.

—Lo ayudare, no te preocupes Jack.

—Genial, Markie vendré por ti en unas horas –me miró algo apenado –¿Está bien?

—Claro.

—Jack ¿Qué estás haciendo?

—Ayudarte a ponerte al corriente con las materias –se encogió de hombros, era evidente que trataba algo –. Gracias , Azura –ducho esto, se fue.

—Aish...

—¿Entramos? –Mark me miró y sonrió nervioso. Asintió y entramos hasta mi habitación. Mi mamá no tardaría mucho en llegar. Mark recorrió mi cuarto que era de colores verde, rosa fucsia y morado, algunos dibujos en las paredes que yo misma había hecho.

—Lindo cuarto – dejé mi mochila sobre el escritorio y lo miré.

—Gracias. Ponte cómodo, iré a cambiarme el uniforme.

—Claro –me giré al armario para buscar mi ropa –. Aunque con el uniforme te ves muy bonita –lo escuché murmurar, fingí no escucharlo y me apresuré.

—No tardo.

Corrí al baño a cambiarme, me coloqué unos jeans oscuros, una blusa holgada color azul y mis pantuflas de gatitos. Si, todo eran obsequiado de Ale, no teniendo el lujo de comprarme más ropa así que los usaba. Y me gustaba. Regresé a mi habitación, escuché que Mark hablaba por teléfono.

—Pero Jack, sabes que soy demasiado bueno en matemáticas... No, no en todo... Esta bien, si. Soy bueno en todas las materias, pero aún así... Si, lo entiendo. No le voy a decir eso, no quiero mentirle... Voy a decirle la verdad. De acuerdo. Gracias Jackie, no trabajes tan duro –y colgó, suspiro, se quitó la corbata del uniforme y se desabrochó los dos primeros botones de la camisa. Esperé un momento u entre, él sonrió pero se quedó perplejo mirándome.

—Am, ¿pasa algo?

—Ah, no. Es solo, que... Te ves aún más hermosa –ahora, en la seguridad de mi habitación decido aclara esa duda.

—¿En verdad lo crees?

—¿Tú no? –me miró asombrado, yo solo bajé la mirada –. Linda, escucha, eres una chica preciosa. No lo digo sólo yo, Jack también y he escuchado que varios chicos del salón también lo creen –abrí los ojos con sorpresa –. Pero están tan cegados por tu hermoso nombre que no quieren admitirlo del todo. Eres hermosa, Azura, en verdad lo eres.

Me quedé observándolo, no me lo creí del todo pero él era tan sincero que me  creí que almenos soy linda. No obstante, Mark también era muy guapo, y sus ojos rasgados me gustaban mucho. Me sonrojé.

—Tú también eres muy guapo.

—Oh –pareció realmente sorprendido –¿De verdad? –asentí  – Wow, nunca me lo habían dicho.

—Y yo jamás miento –afirme, él sonrió.

—Gracias, linda.

—Bien, saca tus libros –dije acercándome al escritorio.

—Oh, am... Sobre eso –rascó su nuca nervioso. Lo miré, estaba sonrojado –. En realidad no necesito ayuda, fue solo una excusa.

—¿Excusa? ¿Para qué?

—Yo, bueno... Para no estar solo en mi casa –lo miré confundida, pero más que nada era por no saber qué lo ponía tan nervioso e incómodo. Pasó las manos por su cuello y las dejó ahí mientras suspiraba –. Jack trabaja para mantener el departamento en el qué vivimos. Lo hace después de la escuela por lo que en ese tipo estoy solo en casa.

—¿Porqué tu no trabajas con él? –por su expresión pude ver que pregunte lo que él no quería que preguntara. Aún así, volvió a suspirar y bajó la mirada.

—No puedo...

—¿Por qué no? –pregunté con calma y me acerqué un poco a él.

—No puedo... –su voz se cortó – Azura, yo no lo resistiría.

—Mark, ¿resistir qué?

—Azura, soy suicida.

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Primer capítulo del año.

¿Princesa? |#1| © TERMINADA.Where stories live. Discover now