La llamada

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Ya es más de media noche y no hay un alma por Astoria Blvd. Cerca de la esquina de la 29th hay una cabina de teléfono. Nadia descuelga el auricular y se apoya en uno de los laterales mientras busca algo en el bolsillo interno de su chaqueta. La chica saca una carterita de cerillas de color rojo. Luego pone un par de monedas y marca un número. Mientras el teléfono suena ella mira las cerillas de cartón, hay un par que han sido arrancadas.

-¿Diga?

-Ho-hola.

-¡¿Nadia?!- Grita el fiscal del distrito al otro lado del aparato.- ¿Eres tú? ¿Se puede saber qué haces llamado a estas horas? ¡Es casi la una de la mañana!

-Es que...

-¡No me digas que estás llamando solo para comprobar mi número, maldita sea!

-Bueno...

-¡Idiota!- Grita mientras ella aparta su oído del auricular.- ¡Ya que te aburres tanto por qué no te das una vuelta por el Caprice en el Astoria Blvd!, dicen que hay un policía corrupto que cobra un sobresueldo. ¿Por qué no vas allí y me haces un informe de toda la escoria que se reúne en ese antro?

-Sí, fiscal.

-¡Buenas noches!- Grita antes de colgar.

-Menudo genio.- Dice Nadia antes de dejar el teléfono en su sitio.

La chica tira al aire la carterita de cerillas y la vuelve a coger al vuelo. "Interesante."

Siguiendo con sus tareas nocturnas, Nadia pasea por Astoria Blvd hasta llegar a la cola del Caprice. Como cada noche, los porteros tienen trabajo manteniendo el orden.

La detective pasa por delante de la cola hasta llegar al negro trajeado que decide quién pasa y quién no. Nadia llama su atención y le mira a los ojos esperando que la deje pasar.

-Aquí no se permite fumar.- Le dice quitándole el cigarrillo de la boca para luego tirarlo al suelo.

-¡Eh tú, a la cola!- Se queja uno antes de que un grandullón de dos metros le mande callar.

-¿Tienes tu pase VIP?- Le pregunta el portero a Nadia.

-Aquí está mi pase VIP.- Responde mostrándole su placa.

-Adelante.- La invita a pasar retirando la guirnalda de terciopelo negro.

Nadia entra en el local y baja las escaleras. Las luces son muy tenues y las columnas son de ladrillo. La música está a toda pastilla y la barra del bar, que da toda la vuelta a la sala, está llena de gente. Una de las chicas en bikini está haciendo su numerito erótico subida en uno de los extremos;  de mientras, la detective se abre paso apartando a la gente hasta encontrar un sitio libre desde el que llamar la atención del barman.

-Tenga detective.- Le dice el barman.- Alguien ha perdido su chaqueta.

-Muy bien.- Contesta ella recogiendo la chaqueta que le ofrecen.

Tras una hora de vigilancia. Nadia sale del local con la chaqueta en la mano. Una vez fuera, coge el sobre con sus mil dólares y deja la chaqueta tirada cerca de la puerta trasera. "Ahora hay que descubrir quien coño le ha dado el chivatazo al fiscal del distrito." Masculla mientras se enciende un cigarro.

Traidores y renegadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora