Cap 12

2K 168 16
                                    

PERDONENME SI TARDO ♥ No tengo laptop c: ni pc, ni nada porque soy destruciva y se me averió. xc

-Sting adulto irresponsable Eucliffe-

¡Muy bien! No estoy tan perdido.

— Estás perdido, Sting.

¡Estos niños con sus malas vibras no me están siendo de ayuda alguna! ¡¿Dónde está Layla?! ¡No me quiero morir siendo virgen y soltero!

— Sobre todo virgen.

— ¡¿Querrías dejar de leerme la mente, maldito mocoso telepático?! — Reiji sonrió agraciado, claro ¡Búrlate de mi desgracia! — Necesito manos extra para buscar a Yukki, no para que me estén estorbando como lo hacen ustedes dos.

— ¿Perdona? ¿Te estamos estorbando, Tío Sting? Para tu información los inútiles aquí no somos nosotros. — Kotomy haló de brazo de su hermano, bufé como rspuesta, no tengo tiempo para esto. — Bien, te ayudaremos a buscar a Yukiteru. Pero no prometemos nada, además, nuestra recompensa por mantener el secreto no te saldrá nada barata Sting Eucliffe.

Que niños más interesados en la vida ¿Es que nadie me puede ayudar de buena voluntad? ¡No!

— Está bien.

No me quedó más remedio que aceptar, conozco bien las capacidades de estos niños magos. Y era que, la nueva generación estaba cargada de grandes sorpresas.

Los niveles mágicos de los niños, pese a mantenerse vagamente sellados, transmitiendo solo una parte de su poder, eran increíblemente más elevados que la de los niños de generaciones antiguas, casi como si fueran alterados genéticamente para ser mejores que sus antepasados.

Aunque, me temo si eso será igual con los hijos de los villanos.

Pasamos el día entero buscando a Yukiteru. Sin conseguir rastro alguno de él, siempre ha sido bueno escabullendose, desgraciadamente. Los mellizos Vastia y yo nos separamos, acordando quedar en una de las calles principales apenas comenzara a atardecer.

Y ahí era donde estaba yo, recargado de una pared de piedra mientras esperaba a los niños con buenas noticias.

Porque a mí solo me sobran las malas.

— ¡Sting! ¡Tenemos buenas noticias! — Anunció Kotomy, mientras se acercaba corriendo junto con su hermano — ¡No tenemos idea de dónde está Yukiteru!

— ¿Qué? ¡¿Y cómo demonios supone eso buenas noticias, mocosa?!

— Ah, no son buenas noticias — Explicó Reiji — Kotomy no quería que te sintieras mal por perder a dos niños en un lapso tan corto de tiempo y quiso decirte eso para animarte.

— ¡Muchas gracias! Ahora oficialmente QUIERO MORIR.

— ¿Ves? Algo bueno salió de todo esto.

Bastardos...

Bueno, la cosa está en que tú no quieres aceptar lo que ya nosotros dos sabemos. — No entendía las palabras de la pequeña — Sting, no te hagas el imbécil. Tú sabes perfectamente donde están Layla y Yukiteru, pero te rehúsas a aceptarlo.

— ¿Qué? ¿De qué estás hablando...?

Reiji señaló con el dedo índice hacia arriba con una ceja enarcada. — Todos sabemos donde están.

— No, imposible. Allí no pueden estar.

El letrero inmenso de Fairy Tail se abría paso entre mi campo de visión, no podía dejar de mirarlo.

Mi destino está condenado.

Pero, debemos entrar allí.

Solo... Solo por curiosidad.

La Hija de Lucy HeartfiliaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant