Rosas rojas, luz de Luna

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—¡Muévete, Aidou!—dijo Kaname después de haber escuchado las palabras de Zero.

—¿Qué? Acabe con él Kuran sama, no le representará ningún problema.

—No puedo—dijo—. Así que mueve tu trasero, Aidou, ¿no te das cuenta? Nos está dando ventaja.

—¿De qué habla?

—No se ha movido, está aguardándonos. ¡Date prisa!— el vampiro entró al castillo corriendo seguido del rubio que aún no entendía porque no se deshacían de los estorbos.

+++

—¡¿Qué esperas?!—Le gritó un caza vampiros a Zero—¡Se escapa!

—Entró al castillo, no saldrá aún. No seas idiota—dijo él por toda respuesta.

—¿Y si llevan el códex?

—Es obvio que lo traen, sino ¿a qué más vendrían aquí? Pero nuestra orden es matar a Kuran, no apoderarnos del códex.

El caza vampiros bufó, sabía cómo el resto un poco de la historia de Kiryuu; y que el presidente de la asociación le dio a él la misión de exterminar a Kuran, pero no entendía por qué.

—Kiryuu...

—Me voy— dijo éste cuando Kaname y Aidou se perdieron de vista. Echó a correr detrás de ellos.

—¡Cuidaré tu espalda, ojos bonitos!—dijo Misha.

—Oye—el caza vampiros de antes miró a su compañera—¿Por qué le dieron esta misión a él?

—Yamamoto, es simple, Kuran Kaname lo trajo de la muerte. Es obvio que algún afecto le tiene—Misha sacó su revólver y lo examinó seriamente—. Kuran es un sangre pura, a cualquiera de nosotros nos destrozaría, pero a ojos bonitos no... no tiene el valor. Dudará y su duda será su ruina.

+++

Kaname abrió la puerta que lo llevaría a la habitación con la pared falsa. Y estaría a medio camino del recinto del códex.

Algo dio justo en la puerta de madera, incrustándose.

—¡Es Kiryuu!—dijo Aidou y un nuevo disparo paso cerca de él—Ahh ¿Por qué me dispara a mí?

—Estás conmigo, por eso. Vamos—Kaname encontró la pared falsa y apoyándose en ella entró, la larga escalinata se volvía invisible con la oscuridad.

Zero llegó antes de su pusieran un pie en la escalera y apuntó a Bloody rose, Kaname tomo del cuello a Aidou y lo arrastró dentro, los disparos dieron en la pared que se cerraba.

—¡Maldito loco!—dijo Aidou—Es un mal agradecido, Kuran sama después de todo le devolvió la vida.

—No fue algo que él quisiera. Ven, no tardara en encontrar la forma de abrir la pared.

—¿Y qué?—Continuó Aidou siguiendo a su líder, con cuidado para no rodar por las escaleras como la primera vez que fue—. Nadie pidió nacer, venimos a este mundo y punto.

—Sí, pero él ya había decidido morir.

—¡Kaname!—la voz de Zero hizo eco en el lugar, había abierto la pared y lo seguía.

—¡maldita sea! Kuran sama, déjeme darle un regalito.

—Ya te lo dije antes: hazle algo y te mueres.

Gota de sangreWhere stories live. Discover now