Gota de sangre derramada sobre rosa blanca

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—Ven jovencito— el hombre pelirrojo extendió su mano y atrapó el brazo de Zero— te aseguro que no te dolerá, es más, lo disfrutaras...

—¡No, suéltame!—dijo Zero, sentía que el piso se le movía y la vista se le nublaba—¡Suéltame!

—Vamos, ven.

— Dije que me soltaras—Zero le lanzó un puñetazo que le dio en la mejilla derribándolo, pero tuvo que sostenerse de la barra para no caerse por lo mareado que estaba.

Desde el suelo, el pelirrojo, lo miró molesto y se llevó la mano a la mejilla adolorida.

— Si que tienes agallas, muchacho, pero te las quitaré en un...

— Toca uno solo de sus cabellos, derrama una sola gota de sus sangre, y te mataré— Kaname estaba detrás de Zero, con su brazo le rodeó cuello protectoramente, mientras miraba con desprecio al hombre en el suelo.

—Kuran...

— Estas advertido, te en cuenta que no te mato, ahora, sólo porque no quiero iniciar una estúpida guerra con tu clan—un viento helado penetró en el lugar, era tal y con tal fuerza que, quizás, un poco más, podría cortar la piel—,   y estoy seguro que ellos tampoco quieren meterse con el mío

Después, arrastró a Zero fuera del establecimiento.

***

—Kaname nii san, ¿co–cómo me encontraste?

— No importa en qué parte del mundo estés, siempre te encontrare.

Zero bajó la vista.

— Lo siento, yo...

— No importa.

— Ah, espera— Zero se soltó y caminó tambaleándose hasta la fuente, donde hundió el rostro en agua fría. Le costaba respirar y su corazón estaba muy acelerado.

—¿Estás bien?— Kaname se acercó y le tocó la frente— Estás rojo.

— Me–me siento caliente por todas partes, Kaname nii san, me siento mal.

— Bebiste algo ¿verdad?– le levantó el rostro y Zero lo miró con los ojos llorosos—volvamos a casa una ducha de agua fría y descanso serán suficientes.

***

Zero salió de la ducha, ya no estaba tan mareado, pero aún su temperatura y respiración no se normalizaban.

Kaname lo esperaba en su recamara. Cuando entró, éste lo miró, sólo llevaba una toalla amarrada a la cintura, desvió la vista hacia la ventana.

—¿Ya estás mejor?

— N–no—dijo Zero tumbándose en la cama boca abajo, Kaname se acercó y tocó su frente, aun estaba muy caliente—no me toques...se...se siente raro.

—...—Kaname frunció el ceño y suspiró, lo giró para que quedará boca arriba y lo miró—escúchame, Zero, quiero que recuerdes que lo que voy a hacer es sólo para ayudarte ¿de acuerdo?

— Sí— dijo Zero respirando con dificultad y llevándose una mano a la frente—. Haz que se detenga, por favor.

***

Kaname le dio un beso en la frente, y otro en la mejilla, evitando contacto con sus labios; se deslizó hasta su cuello, donde a pesar de sentir el deseo de morderlo, se contuvo, y a cambio, le regalo otro beso; despacio,  otros besos fueron depositados en su clavícula y pecho. Suavemente, Kaname, deslizó su lengua por las tetillas de Zero, haciéndole estremecerse.

Gota de sangreWhere stories live. Discover now