La rosa escarlata

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Una hermosa rosa blanca se paseaba justo delante de sus ojos, inocente y pura, una rosa blanca...

—Kaname— una voz le llama a lo lejos mientras aquella flor se va difuminando, dando paso a un rostro que él conoce bien, cabello plateado y ojos violetas. Es él y lo está llamando, como siempre, al borde de los sueños, atrayéndolo a él, en un sueño eterno.

—Kaname— lo llama otra vez—Kaname— él extiende su mano y toca aquel cabello tan suave, que parece agua entre sus dedos; lentamente baja hasta su mejilla blanca y tibia; y sus dedos ansiosos delinean su barbilla, tocando sus labios.

Es Zero, su Zero, aquel que tanto ha amado durante tanto tiempo, así que su mano busca acercarlo, atrayéndolo por la nuca hacia él, hacia sus labios; Zero no opone resistencia, acepta la situación, se deja llevar.

—Kaname—están cerca, sólo un poco más—Kaname nii san.

Y entonces, por fin, abre del todo los ojos. Y sí, Zero está ahí a centímetros de él, y por ello se detiene.

—Zero— Kaname desvía el rostro y si pudiera, lo ocultaría en la almohada—¿Q–que haces?

Zero le sonrió de medio lado, antes de contestarle tranquilamente.

— Viene a despertarte, Kaname nii san, dormiste todo el día y ya es de noche, pero mi madre dijo que tenias que comer algo.

— Ah— se incorporó alejando a Zero con la mano—dile que en un momento bajo.

—¿Estás bien, Kaname nii san?

— Sí, anda ve y dile eso a tu madre.

Zero lo observó un momento, sonrió de nuevo y se levantó perdiéndose después tras la puerta; una vez solo, Kaname se llevó ambas manos al rostro.

Casi... estuvo a nada de besarlo, a nada...

***

—¿Y todo eso? ¿Qué es?— Dijo el vampiro señalando un montón de paquetes acumulados en una esquina de la sala.

—Eso– dijo Yuuki dejando caer una píldora de sangre en una copa y tendiéndosela— son regalos para Zero.

—¿Regalos? ¿De quién?

— De sus miles de fans. Te lo dije ¿o no? Es un chico popular. Y de alguna forma se enteraron de que ayer fue su cumpleaños. Desde la mañana no paran de llegar.

—Ya— miró con detenimiento cada paquete envuelto cuidadosamente con diferente papel— ¿Y Zero?

— Afuera

—¿Sigue siendo prefecto?

— Sí, sería un desastre si no fuera así, ¿recuerdas? Era el único que mantenía el orden. Aunque ahora, tiene que controlar a sus fans— Yuuki se rió por lo bajo, mientras Kaname caminaba hacia la ventana.

Afuera la luna seguía en lo alto y no había lluvia, por lo que la noche parecía ser tranquila y hasta amable. Lentamente bajó la vista. Rondando por el jardín una chica rubia, de increíble belleza y uniforme blanco parecía buscar algo.

***

—Minamoto san.

—¡Ah Ze chan!— la chica casi dio un brinco cuando lo vio.

—Minamoto san no debería estar aquí.

— Lo sé.

—¿Entonces porque no está en clase?

Gota de sangreWhere stories live. Discover now