Parte 31 - Kilómetros

Start from the beginning
                                    

-Vale, ¿te cuento yo otra cosa? -Le dije mientras le cogía del brazo y volvíamos a caminar-. La última noche Chris y yo... -Me acerqué a su oído para pronunciar aquellas palabras en voz baja.

-¿En serio? -Casi gritó, abriendo los ojos de par en par-. ¿Y cómo fue? -Me preguntó con mirada pícara, alzando las cejas varias veces.

-In-cre-í-ble -contesté, separando las sílabas muy bien para darle más énfasis a la palabra-. ¿Y tú? -La miré con los ojos entornados y una media sonrisa en el rostro.

-Pues... solo puedo decir que es lo más tierno del mundo -no necesité saber más, con solo ver su mirada iluminada y sus mejillas enrojecidas, era prueba suficiente para saber que aquella noche había sido inolvidable.

La abracé con fuerza mientras reíamos a carcajadas. Seguimos subiendo la estrecha calle llena de terrazas de bares que empezaban a llenarse a pesar del frío. En algunas tenían puestas mantas gruesas sobre el respaldo de las sillas para que quien quisiera estar fuera, pudiera taparse con algo que le diera calor. Otras tenían estructuras de acero con forma de cono y en su interior había una pequeña llama amarilla anaranjada que permitía estar fuera sin necesidad de tener nada de abrigo puesto. Nosotras no nos detuvimos en ninguna de ellas. No teníamos hambre, solo queríamos hablar y hablar de todo: de nosotras, de los chicos, de los viajes, de los países que había conocido, de la vida con ellos. Procurábamos que con la emoción de la conversación no alzáramos demasiado la voz. No sabíamos si alguien podría escucharnos y que diera la casualidad que conociera a los chicos o me reconocieran a mí y la tranquilidad se habría terminado o vaya que se enteraran de algo que no debieran y entonces sí que no habría marcha atrás. De vez en cuando, como acto reflejo, miraba a todos lados con el rabillo del ojo por si veía a alguien que me hubiera reconocido; por suerte no era así, podía respirar más tranquila.

____________________________________________________________

Íbamos en el autobús de vuelta a casa. Había empezado a hacer demasiado frío y yo aún estaba muy cansada de todo el viaje a pesar de que había dormido casi doce horas. Pero aún tenía el horario cambiado. Había comido poca cosa porque tampoco tenía demasiada hambre y mi hermana había tenido suficiente con el Mcflurry, así que habíamos decidido regresar al calor del hogar. Mis padres estaban esperándonos algo enfadados. Me habían llamado varias veces al móvil pero había estado tan acostumbrada a estar sin él, que ni me había acordado que lo tenía. Pedí disculpas mil veces. Ni si quiera les había dicho que había salido a dar una vuelta. Qué cabeza la mía. Como recompensa, me senté un rato con ellos en el salón, a pesar de que mis párpados se cerraban a cada minuto que pasaba. Me preguntaron qué tal había ido todo. Sin desvelar mucho, les conté que había estado viajando por varios países, que había conocido a mucha gente increíble y que esperaba que pronto pudiera contarles mucho más. Cuando se quedaron satisfechos con el interrogatorio, o tal vez fuera mi cara de cansancio lo que les indicó que la charla había finalizado, me dieron un beso de buenas noches y me dirigí hacia mi cuarto como un zombi. Me dejé caer en la cama sin quitarme la ropa ni nada y me quedé dormida.

____________________________________________________________

Me desperté a media noche tiritando de frío. La ropa estaba helada, me había acostado con ella puesta. Tenía la piel de gallina. Mis pelos estaban tan de punta que los folículos me dolían. Me quité lo que llevaba puesto y me fui directa a la ducha en un intento de entrar en calor. Me puse el pijama más caliente que encontré y me metí entre las sábanas, tapada hasta las orejas, hecha un ovillo; pero no sirvió de nada. Seguía teniendo mucho frío. Cerré los ojos y me sumí en un sueño inquieto.

Cuando los abrí de nuevo, la luz que entraba por la ventana me molestaba como si me hubieran puesto dos focos delante de mis narices. Volví a cerrarlos y di media vuelta para que no me diera de lleno. Me dolía la cabeza y sentía el cuerpo muy pesado, como si mis músculos fueran de piedra maciza y me hundieran contra el colchón. Intenté respirar por la nariz pero me era imposible, estaba completamente atorada debido a una gran masa mucosa que había decidido instalarse allí. Entorné los ojos para acostumbrarme a la luz y me quedé mirando hacia la puerta. Llamé a mi madre con la poca voz que tenía pero recordé que estaría trabajando. Ni si quiera sabía qué hora era. Volví a cerrar los ojos y cogí todo el aire que pude. Grité a pleno pulmón el nombre de mi hermana, deseando que estuviera lo suficientemente cerca como para escucharme. Me quedé en silencio unos minutos, agudizando el oído, intentando discernir algún ruido familiar al otro lado de la puerta. Cuando estaba volviendo a llenar mis pulmones de aire, escuché cómo alguien la abría. Entorné los ojos en un intento de averiguar quién era. Intenté sonreír al descubrir la cara de Lara al otro lado, mirándome con una mano sobre la cintura y la boca torcida.

CNCO - Más que un sueño [COMPLETA]Where stories live. Discover now