Once Upon a Dream

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Se sentó sobre la silla de madera y disfrutó de lo poco que el gato había dejado en su plato, mientras se servía un poco de café en su taza.
Esas eran las típicas charlas que tenían antes de comenzar un arduo día de trabajo.

...





—"¿Iremos a dónde?"

Pidge soltó un rezongo y miró nuevamente al moreno que seguía sin poder creer que saldrían de viaje.
—"Ya te dije más de cincuenta veces, Lance." Respondió Pidge, mientras ajustaba sus gafas redondas y seguía guardando cosas en su maleta. "Tengo que salir a Inglaterra, ustedes tienen la semana libre por requisito mío porque me acompañarán."
—"Woah, ¿escuchaste eso Hunk? El gran Pidge Gunderson solicitó nuestra ayuda."
—"¡Me parece genial!" Dijo Hunk.
—"Salimos mañana, el tren sale a la una de la tarde."
—"¡Confirmado! Vamos a Inglaterra."

....



Antes de pasar a la estación del tren, hicieron una parada en la casa de Shay: la novia de Hunk. Una chica de tez morena y ojos dorados, que eran capaces de ver a través de tu alma. Una vez, Lance estaba algo deprimido; Shay se dio cuenta de eso y lo ayudó a sentirse mejor, sin decirle nada a sus compañeros. Porque era lo menos que quería.
Desde ahí, la aceptó como una de su familia.

—"Dios, desde aquí me siento pegajosa." Dijo Pidge, asomándose por la ventana del auto al ver como Hunk y Shay se tomaban de las manos y reían nerviosamente.
—"Yo también quisiera tener una novia." Mencionó Lance. A pesar de vivir en la ciudad del amor, jamás ha tenido la oportunidad de salir con una chica. Por más que trataba de entablar una conversación con las chicas que se acercaban a la barra, siempre le respondían con la misma respuesta.
—"Pero ya están comprometidas." Finalizó, mientras se acomodaba en su asiento. Lance le fulminó con la mirada mientras se colocaba el cinturón al ver que Hunk se despedía de la chica bajo el umbral de la puerta.
—"¡Vámonos ya, Romeo! Después puedes pedirle matrimonio."

Lance se despidió de Shay, sacando su brazo por la ventana y moviendo su mano de un lado a otro. Hunk se acercó corriendo cuando el moreno encendió el auto.
—"¡Lance! ¿Era necesario decir la parte del matrimonio?" Dio un portazo cuando ya estuvo dentro en el asiento de co-piloto y observaba al moreno de forma desquiciada.
—"Tranquilo Hunk, no se desesperará con saber que le pedirás matrimonio en un futuro." Dijo Lance, mientras se acomodaba la boina y su rostro dibujaba una sonrisa victoriosa. Comenzando a manejar hacia la avenida principal para llegar a la estación de tren.
Sólo pudo escuchar las risas por parte de Pidge y como Hunk llevaba las manos al rostro de manera frenética, dejando salir el gran rugido de oso.

...


Ahora estaban allí, una hora antes de que llegara el tren. Lance estaba fascinado con la arquitectura del lugar, paseando entre los restaurantes, tiendas y lugares en donde se podían comprar regalos y flores. Pidge estaba junto a Hunk, observando las bellas flores que estaban expuestas fuera.

Para ser un día libre, había mucha gente en la estación. Los altavoces producían una dulce melodía. O mejor dicho, una de sus canciones favoritas: Glenn Miller - In The Mood. Lo que hizo que moviera los pies al ritmo de la canción, un rato después la gente le aplaudía al ver sus pasos.

Entonces llegó el tren, un tren gigantesco y majestuoso. Con adornos dorados y humo que salía sobre la chimenea sin cesar y el silbato que marcaba que había llegado. Sus ojos del azul mar se iluminaron al ver lo magnífico que era aquella máquina de vapor, la emoción inundaba a los tres chicos, ya que era la primera vez que viajarían en tren.
Sus fosas nasales se inundaron con aquel olor: carbón recién quemado.
Se sentía como un deja vú, como si ya hubiese estado ahí, aunque nunca lo hizo antes.
No.

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