Capítulo 25 / Corregido.

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—No, una moto, no es mía, es de Logan y la dejaré allá.

—No, es peligroso, yo manejo. —frunció el ceño y me quitó las llaves de la mano.

—No, Andrew. —se las quité rápidamente y salí de la casa, me subí a la moto y la encendí. — ¿Vienes? —le grité mientras arreglaba el espejo.

Se acercó y se puso atrás de mí, colocó sus manos en mi cintura, sus manos estaban frías y me acariciaba suavemente.

— ¿Qué haces? —murmuré.

—Nada... —rio.

—Que bipolar.

No teníamos cascos, a logan no le gustaba así que no teníamos ninguna protección, no debía ponerme nerviosa o sí no chocaríamos. Arranqué y comencé a conducir, por suerte, la casa de Logan no estaba tan lejos así que en minutos llegamos.

—Manejas bien, anprin.

— ¿Anprin? —alce una ceja.

—Fue el apodo que te puse hace un tiempo atrás... ¿No te acuerdas?

Quedé pensativa, creo que recuerdo, no estoy segura, creo que fue un día que él fue a casa de Claire y me llamó por ese nombre.

—Creo...

—Bueno, no importa. —se bajó de la moto y me esperó, me quedo mirando molesto y no le di importancia.

Baje yo y entre con Andrew a la casa de mi padre, las camionetas seguían afuera y muchos hombres rondaban la casa, al llegar saludé a todos, y fui hasta dónde mi padre.

— ¿Cómo estas, hija? —mi padre me beso la mejilla y se sentó en su sillón.

—Bien... —suspiré cansada. — ¿Tú, como estas?

—Bien, eso creo. Oye, con respecto a tu madre... ¿le dirás que estoy vivo? —se veía preocupado y en parte lo entendía.

—Nosé. —me encogí de hombros. — ¿crees que se lo tomé a mal?

—Sí, bueno es como obvio ¿no? que tú marido se haga pasar por muerto no se ve todos los días. —Hizo una mueca. —pero tienes que contarme todo lo que ha pasado desde que me fui, por favor.

En realidad, no podía contarle todo... ¿cómo se tomaría sí le digo que tenía un padrastro que me golpeaba casi todos los días? Supongo que mal, no sabía si contarle todo, en parte, era difícil, no quería volver a recordar todo aquello que me atormentó durante años.

—Ann...—me llamó mi padre y salí del trance en el que estaba— ¿estás bien? cuéntame que ha pasado estos años, todo, por favor.

Asentí y tomé una gran bocanada de aire antes de comenzar a contarle todo.

Comencé a contarle desde que mi madre llegó a casa con aquel hombre hasta el día en que Andrew puso la denuncia, mi padre a estas alturas estaba mal, estaba enojado, triste y apenas procesaba lo que le contaba, era difícil para él, ya que supongo que se debe sentir culpable de habernos dejado y que ese hombre me haya maltratado muchos años, le conté un par de cosas sin importancia, estuvimos hablando más de tres horas adentro de su oficina. Andrew estaba afuera hablando con Jude y Luck, aún habían muchas cosas por resolver, por descubrir, toda esta pesadilla recién estaba comenzando.

Por un lado quedaba descubrir porque mierda el padre de Andrew era así y quería venganza contra mi padre, a pesar de que está muerto sé que tiene más gente que vendrá por mi padre.

Mi padre quería ir a casa, lo pensé unos minutos porque podría llegar mi madre, pero de todas maneras acepte, una vez llegamos mi padre se puso a observar todas las fotos que teníamos de nosotras dos, incluso había una foto de nosotros tres colgada en la pared de mamá, ni siquiera sabía que esa foto existía.

—Ha cambiado mucho... —susurró mi padre mirando la fotografía que estaba en el mueble. — ¿Ha sido feliz?

—Nosé....—me senté en la cama de mamá y mire a mi padre. —ni yo sé lo que pasaba por su mente, se mostraba feliz frente a mí, pero sé que en el fondo aún estaba esa angustia de haber ''perdido a su marido'' aunque en realidad siempre estuviste vivo.

—Lo lamento Ann, enserio. —me miró con sus ojos llenos de lágrimas. —Lo lamento tanto. —negó con la cabeza y me acerqué a abrazarlo.

—Todo estará bien papa, sé que mama entenderá todo esto, ella es una mujer madura. —le besé la mejilla y le di un último abrazo fortalecedor. — ¿volvamos a tú casa? Nosé si llegué hoy mi madre.

Se secó las mejillas y asintió. — vamos.

Salimos de la habitación y comenzamos a bajar las escaleras, de pronto la puerta de entrada se abrió dejando ver a mi madre con una sonrisa. Al vernos su sonrisa se borró inmediatamente.

— ¿Quién es el?—murmuró temblorosa.

—Mamá...—dejé la frase en el aire, la verdad es que no sabía que decirle.

—Ann...—se acercó un poco y vi que sus manos temblaban. —No... No es cierto. —dijo con la voz temblorosa.

—Mamá, mira yo... tenemos que hablar. —dije rápidamente.

—No... Ann, por favor, no, no es cierto. —Me miro horrorizada, en sus ojos se mostraba confusión, rabia y pena. — ¡Dime que no es cierto!—se alteró.

Me quedé callada mirándola fijamente ¡no sabía que hacer! mi padre miraba la escena asombrado, él debería estar en shock ya que no reaccionaba.

— ¿¡Qué es esto Ann!?—gritó mientras lagrimas caían de sus ojos. — ¡No es cierto! ¡No!

—Yo... —me humedecí los labios y me acerque a ella. —está vivo. —susurré. —lo está mamá.

Mi madre me miro a mí y a mi padre, frunció el ceño y negó con la cabeza mientras retrocedía y se sentaba en el sillón. Me acerqué y me opuse en cunclillas frente a ella.

—Sé que es difícil... pero, mamá... todo esto tiene explicación. —le toqué suavemente la mano. —escucha por favor.

—No... Annie no. ¡No puede ser cierto! —se alteró de nuevo.

En parte la entendía, aunque yo no reaccione de la misma manera ya que estaba en otra situación cuándo supe la verdad, me lo tomé diferente, me lo tomé mejor, pero para mamá esto es más fuerte, ellos compartieron muchas más cosas antes de que yo naciera, ella lo ama y sé que es difícil. Ella tuvo que estar con otro hombre, el cual me hizo daño, me arruino parte de mi vida. No la culpo, ella no sabía y yo fui la tonta que no le dijo nada, pero eso ya es pasado, ahora tengo que hablar con ella y poder explicarle todo.

—Mamá... —suspiré y mire el suelo. — ¿Podrías calmarte? —levanté mi mirada del suelo y la observé.

Miré a mi padre y él se estaba acercando, se puso al lado de mi madre y ella se alejó y se puso de pie inmediatamente.

—Nos vamos de nuevo a nuestra antigua casa Ann. —me miro y subió las escaleras con lágrimas en los ojos.

Mis ojos se aguaron y entré en un estado de desesperación.

— ¡¿No piensas en mí?! —le grité y ella se detuvo en mitad de la escalera. — ¡No sabes lo que tuve que soportar todos estos malditos años en esa maldita casa! ¡Ese hombre! —sollocé. —ese maldito hombre... me arruino parte de mi vida mamá. —caí al suelo y comencé a llorar mientras me tapaba la cara con mis dos manos.

Sentí los brazos de alguien abrazarme, que supongo fue mi padre.


Mi profesor de Inglés. | Colton haynes | ©Where stories live. Discover now