Capítulo III

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Aquella noche fue maravillosa para ambos y con el tiempo, la amistad entre Rafael y Martín se fue convirtiendo en amor. Aunque Rafael sabía que eso no estaba bien, él mantuvo su relación en secreto y a escondidas de Roberto quién nunca había sospechado nada de lo que su pareja hacía.

—¿Otra vez saldrás hoy? —preguntó Roberto tras estar sentado en el sofá viendo una película. 

—Sí, hoy saldré como todos los martes por la noche. Me uní a un club de lectura que me recomendaron y no está de más dedicarme a leer un poco —respondió Rafael tomando algunas novelas de la mesa ubicadas en el centro de la misma— Hice sopa de champiñones por si quieres comer algo, así que nos vemos después.

—Cuídate —respondió Roberto al despedirse Rafael.

Roberto le dio poca importancia a lo que Rafael hacía o dejaba de hacer y se quedó en el sofá acomodándose lo mejor que podía con sus extremidades estiradas, rascándose su entrepierna después. Mientras tanto, Rafael se encontraba con Martín en el club de lectura y tras darle un beso, prosiguieron a su actividad.

—¿Tu novio no se puso pesado, mi amor? —preguntó Martín sonriente caminando hacia los lugares en los cuáles se sentarían.

—No amor, para nada. Ni se inmutó en seguir preguntando lo que hacía. Mejor disfrutemos de la lectura de hoy, ¿cuál será la que leeremos? —preguntó Rafael esperando la respuesta de Martín.

—Hoy leeremos: "Cuatro rosas y un camino", mi dulce tigre —respondió Martín sentándose en su respectivo lugar. 

—Gracias por hacerme ver lo bonito del amor en este tiempo, Martín. Me siento feliz estando a tu lado, aunque me toque soportar el mal carácter de Roberto, vale la pena sólo por estar a tu lado —dijo el tigre sonriente, dándole un abrazo a su compañero.

—Lo que dices es muy hermoso, mi amor. Y sí, él que no te valora no sabe lo que ha dejado perder. Espero que pronto podamos estar juntos de un todo y olvidarnos de que él existió para ti alguna vez —dijo confiadamente Martín.

Ya habían pasado casi dos horas desde que Rafael había salido de la casa pero Roberto le restaba importancia a eso, ya que él mientras tanto aprovechaba para irse a beber con sus amigos ahora que su pareja ya no estaba todo el tiempo en casa.

—¡Esto es vida! ¡Esto es lo mejor que me ha pasado! —exclamaba él estando metido en un bar gay hasta altas horas de la noche, aprovechando cualquier oportunidad para acostarse con algún tipo de los que allí entraba.

—Sí, esto es vida guapo ligre —dijo un enorme oso panda con arneses en el pecho, vestido de cuero por completo y grandes botas— ¿Por qué no disfrutamos un poco ya que estás aquí? —Sonrío aquel tipo- Papá está esperando algún enorme macho que se ofrezca para "hacer cosas" con él.

Y sin pensarlo dos veces, Roberto se fue con aquel tipo cuarentón y peludo con quién tuvo una noche demasiado placentera derivada de la borrachera que tenía y el estado de ánimo que poseía con su libertinaje sin control.

La infidelidad [Furry/Yaoi]Where stories live. Discover now