No obstante, mi estado mental seguía igual de caótico y confuso. Odiaba la forma en la que la rutina me hacía sentir que esto estaba bien cuando no lo estaba en lo absoluto.

Con el cabello húmedo, salí de la habitación con cuidado, echando un vistazo a ambos lados: Nadie en el pasillo. Caminé sigilosamente hacia la habitación de Adam. No me molesté en tocar y simplemente entré, cerrando la puerta detrás de mí. Adam y yo siempre nos veíamos poco después del amanecer cuando Pierce estaba trotando y Mason durmiendo.

Adam me recibió con una sonrisa, sentado en su cama, —Podría acostumbrarme a esto.

—Solo hablo contigo porque eres el más sano de los tres, no te hagas ilusiones.

—Entiendo.

—Sigues siendo un asesino para mí y jamás podré perdonarte.

Él asintió, —Ya me lo has dicho.

Él no es un asesino...

Esa voz molesta en mi cabeza seguía haciendo afirmaciones que me hacían cuestionarme esto.

Me dirigí a la ventana de su habitación, la luz matutina colándose a través de la misma. Moví a un lado las cortinas para echar un vistazo afuera. La mirada de Adam se sentía pesada sobre mí.

—Te ves mucho mejor.— comentó, —No sabes cuanto me alegra eso.

Me giré hacia él, —Cualquiera pensaría que te importo.

Él arrugó sus cejas, —Tú sabes que si me importas, eres lo único que me importa.

—Tienes una jodida manera de demostrarlo.

Él suspiró, —No lo entiendes pero con el tiempo lo harás.

—¿Entender que? ¿Que planeaste el asesinato de mi familia con dos locos y destruiste mi vida? Y eso no fue suficiente, también me secuestraste y me mantienes aquí viviendo con ustedes.

Él se puso de pie, sus ojos negros llenos de determinación, —Nunca ha sido mi intención hacerte daño, algunas cosas... debieron pasar así.— él tomó un paso hacia mi, —Hay algo que si puedo asegurarte, y es que mis sentimientos por tí son genuinos, nada ha sido más real en mi vida que lo que siento por tí, Fleur.

Pues yo ya no siento nada por ti.

¿O si?

De todas formas, no podia decirle eso, no era parte del plan.

Provocalo, dale celos, menciona a los otros dos, esa es su debilidad.

—Si tanto sientes por mí, ¿Cómo es que estas dispuesto a compartirme?— sus hombros se pusieron rigidos, —¿Cómo es que no te molesta saber que ellos también van a tenerme?— sus manos se envolvieron hasta quedar en puños.

Bingo.

—Ellos no van a tenerte.— dijo entre dientes con molestia, —Se que tú jamás te interesarías de esa forma por ellos y que ellos no serán capaz de obligarte.

—¿No serán capaz de obligarme?— me reí con sarcasmo, —Estamos hablando de dos psicopatas, Adam, creo que deberías saber que limites no son algo que ellos tengan.

—Si tienen limites cuando se trata de tí.

Meneé la cabeza, —Supongamos que no hagan nada en contra de mi voluntad, ¿Y qué si se ganan mi cariño? Pierce y yo ya tenemos historia, y ¿Si vuelvo a caer por él?

Adam no dijo nada, solo torció sus labios.

Así que seguí, —¿Podrías soportarlo?— no sabía de donde venía esta fuerza para decir estas cosas, —¿Verme con él todos los días? ¿Verlo tocarme, besarme, dejarlo hacerme suya en su habitación?

Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें