Capitulo XXXIII

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Capítulo Especial.

"Hay que esperar lo inesperado y aceptar lo inaceptable. ¿Qué es la muerte? Si todavía no sabemos lo que es la vida, ¿Cómo puede inquietarnos conocer la esencia de la muerte?" 

-Confucio. 

Capítulo XXXIII

No se movió, solo se quedó ahí, mirándonos desde la lejana oscuridad, todo de negro con su cara cubierta por una mascara de tela, sus brazos a sus costados, uno luciendo mas largo que el otro debido al arma que sostenía en el izquierdo.

Asesino...

Podia sentir la intensidad de su mirada sobre mi aunque no pudiera ver sus ojos.

Finalmente, estas aquí.

No más vivir con miedo, no más de sobrevivir, había llegado el momento decisivo, y aunque estaba aterraba, una parte de mi necesitaba que todo esto terminara, para bien o para mal.

Sobrevivir no es suficiente, quiero vivir.

El asesino ladeó su cabeza, el movimiento ligero y apenas visible en la oscuridad. Sabia que necesitaba moverme, correr, gritar pero mi cerebro no parecía reaccionar.

Sin embargo, Dana me sacó de mi estado congelado, tomándome del brazo, —Mierda, mierda, tenemos que salir de aquí.

Di un paso atrás con ella y el asesino enderezó su cabeza, levantando su arma hacia nosotras.

—¡Corre!— Dana me jaló del brazo, y corrimos pasillo abajo, con el corazón en la boca, la garganta seca y nuestras respiraciones fuera de control. Nuestros pasos apresurados hacían eco por todo el pasillo, en mi mente, rezaba porque él no disparara, casi podia imaginar sentir el dolor de una bala a mi espalda, miré por encima del hombro y él venia caminando lentamente hacia nosotras.

¿Por qué estaba tan seguro de que no escaparíamos? No se veía apurado.

Llegamos a la puerta que salía a la entrada principal pero estaba cerrada.

—No, no, ¡No!— Dana pateó la puerta una y otra vez.

Desesperada, vi las escaleras al segundo piso a un lado, sin pensarlo dos veces, tomé la mano de Dana y la llevé conmigo escaleras arriba, subiendo dos escalones a la vez lo más rápido posible.

Mi corazón estaba al borde del colapso cuando llegamos al solitario segundo piso, ¿Dónde esta todo el mundo?

—No puedo respirar.— Dana sostuvo su pecho, —No puedo.

Tomé su rostro entre mis manos, —Vamos a estar bien,— Dana seguía hiperventilando, —Dana, mirame,— sus ojos llenos de lagrimas encontraron los míos, —Vamos a estar bien, solo necesitamos un lugar para escondernos y estaremos bien.

Aunque no creía en mis propias palabras, necesitaba calmarla. Cruzamos el pasillo, intentando cada puerta pero estaban cerradas con llave.

Entonces, lo recordé.

Mason.

Su habitación quedaba en este pasillo, tal vez él podría ayudarnos, no sabia porque tenia la sensación de que a Mason se le podría ocurrir una idea para escapar de aquí.

—Habitación 28.— murmuré.

—¿Qué?— Dana seguía dando vistazos a nuestras espaldas, el asesino aún no había aparecido por las escaleras de las cuales nos alejábamos cada vez más.

Me detuve en seco delante de la habitación 28, la puerta estaba abierta de par en par y había una gran linea de sangre que salía de ella.

Oh no...

Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora