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A penas entré a la sala de visitas Normani se abalanzó sobre mí y me apretó fuertemente contra su cuerpo.

-Por Dios Laurchelle, te extraño demasiado. No sabes cómo están las cosas allá afuera- Dijo separándose de mi y sentándose del otro lado de la mesa, hice lo mismo.

-¿Tan mal está todo?- Pregunté, se veía demasiado angustiada.

- Tus sobrinas.- Suspiró ella- las han acosado en el colegio, y a tus padres le han enviado amenazas igual que a mí. Y aunque todo es de forma virtual...es aterrador, nunca se sabe la clase de gente que te puedes encontrar.- No, no y no... esto no podía haber llegado a este punto, ¿por qué involucran a niñas?, mis padres y Normani no tenían nada que ver con el asunto y estaban absorbiendo las agresiones de esa gente sólo por ser de mi círculo, algunas personas pueden ser tan enfermas.

-Normani.- Dije tomando su mano por encima de la mesa. Ella me miró regalándome una sonrisa de lado.- Podremos salir de esto, solo necesitamos buscar el verdadero culpable y luego todos deberán avergonzarse de habernos tratado así.- La rabia me carcomía, me sentía impotente.

-Suena fácil.- Bajó la vista.- pero está muy difícil Laur, quién haya planeado esto sabe en verdad lo que hace, no hay ni un bache, es tu palabra contra todas esas "pruebas".-

-Mani, siempre debe haber algo...y por más pequeño que sea ese error lo voy a encontrar.- Mis ojos estaban clavados en los de mi mejor amiga, ella asintió.

-Lo vamos a encontrar.- Dijo. Era lo que necesitaba escuchar después de semanas encerrada aquí, que alguien estaba dispuesto a ayudarme y llegar hasta lo último de esto.

__

Después de la visita de Normani fui directamente al patio, desde el lunes decidí correr diariamente para despejar miente y a la vez mantener mi físico, era fácil estresarse en la cárcel.

De un momento a otro oí pasos detrás de mi, pero no me detendría, habían muchas reclusas que corrían también.

-¡Lauren!- Los pasos ahora estaban a mi lado, miré por rabillo del ojo y me encontré con la chica rubia.

-¿Rosa?.- Dije deteniéndome.

-Rosie.- Corrigió ella.- ¿Podemos hablar?.- Yo la miré extrañada.

-Ni tenemos nada de que hablar.- Respondí. Y era cierto, yo no quería perder el tiempo, necesitaba concentrarme en encontrar al verdadero culpable del secuestro de... Cabello.

-Tu y yo, no. Pero Rose tiene mucho de que hablar contigo.- Sonrió, quería convencerme a toda costa.- No es nada malo, lo prometo.-

-Está bien, mañana la veré.-

-A las 7 en el desayuno.-

-No esperaba la imposición de un horario.- Dije y empecé a trotar de nuevo.

-¡Hasta mañana!.- Dijo Rosie y se escabulló en el pasillo. Realmente esa tal Rose era influyente, porque nadie se metía con esa rubia como con las demás chicas jóvenes de la prisión.

__

El nuevo día me sorprendió sumergida en todos mis recuerdos de los últimos meses, parecían tan perfectos en su momento. Camila había cambiado por completo mi vida, ¿que hubiera pasado si no hubiésemos chocado aquel día?... Tal vez seguiría en la otra prisión, la que yo cree para mí misma, la que me protegia de hacer lo que quería y sufrir por el rechazo de mis seres queridos y los demás...siempre es más fácil seguir un sendero que crear uno propio. Camila me había hecho abrir los ojos y querer vivir de verdad, me demostró que lo que dicen sobre seguir tus sueños no es palabrería y ya, y ella es la prueba de ello.
Camila me inspiró de muchas formas si... Hizo que todos mis miedos quedaran en un segundo plano...pero ella también me hirió.

Rosie llegó a mi celda puntual y nos dirigimos a la de la tal Rose, no mentían, esa mujer castaña tenía un televisor, colchones en muy buen estado entre otras cosas que en prisión son un lujo.

Apenas me vió la castaña se levantó de su cama y se aproximó a mi.

-¡Heeeey! Miren quién se dignó a visitar a big Rose.- Sonrió mientras Rosie rodaba los ojos.

-Ven, siéntate.- Me indicó. Nos sentamos y le sacó una bolsa masitas de un pequeño mueble.

-Ten.- Me dijo extendiendo la bolsa hacia mi.- Son frescas, las trajeron a primera hora de la panadería.- Sonrió. Se lo agradecí, la comida del lugar es un asco.

-¿Entonces no quieres matarme?.- Pregunté, estaba confundida. Ella intercambió miradas con la rubia.

-No sé que digan por ahí pero no soy una asesina... sólo cometí algunos muchos crímenes informáticos y puede que haya robado información de gente importante pero jamás mataría. Espero que eso te haga sentir mejor.- Sonrió.

-¿Entonces porque querías verme?.-

- Simple. No sé hackear cerebros... Y quería saber.- Me miró y luego bajó la mirada hacia sus manos.

-Se que no es un buen momento para esto pero es una duda existencial.- Explicó nerviosa.

-Dime.-

-¿Camren is real?.-

Pasaron segundos y yo aún no decía nada.

-¡Rayos Rose! ¿No puedes ser más discreta?.- Le reclamó Rosie, y yo todo el tiempo creyendo que debía temerle a la castaña.

-Es importante.- Respondió ella.

-¿Por qué es importante?.- Pregunté. La rubia suspiró y se sentó frente a nosotras.

-Mira Lauren, nosotras seguimos a Camila desde que supimos de su existencia.- Comenzó a explicar.- Jamás la habíamos visto tan feliz como se veía contigo...y tú también parecías de la misma manera... -Silencio.-
Verás...Cuando nos atraparon todo se nos fue al carajo, pero al menos conseguimos como puedes ver ciertos beneficios. Estamos cumpliendo nuestra condena por algo que elegimos hacer sabiendo que estaba mal, pero tú historia quiero creer que es diferente.- Ambas me observaban esperando respuesta.

-Jamás le haría algo así a una persona.- Dije y ellas sonrieron.

-Eso es lo que necesitábamos saber "Lolo".- Dijo Rose ganándose una mirada desaprobadora de la rubia.

-Ok...dicen que Jen Lee es tu cómplice... pero.- Dijo Rose levantándose de su lugar- este chinito tiene algo curioso.- ¿Curioso?

-¿Qué sabes de Jen Lee?.- Pregunté ansiosa.

-El no trabaja sin garantías.- Está vez fue Rosie quién respondió.- Tu eres secretaria, o lo eras... Él ha estado preso antes pero jamás ha cumplido su condena entera... ¿por qué?, trabaja con peces gordos...debes tener una cuenta bancaria enorme para que el acceda a trabajar para ti, así cuando sea atrapado tendrá paga su salida y una gran suma en el bolsillo... obviamente después de años sin ver el sol.- Vaya, demasiada información.

-¿Qué peces gordos?.- Pregunté.

Rose puso una mano en mi hombro: -Empresarios Lauren, de los grandes...

Pájaro CantorWhere stories live. Discover now