Carta 6.

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Te volvía a observar comenzaba a calarme tu lejanía, empezaba a añorar tú compañía.

Flashback.

Realizabamos el corte de caja, yo estaba en un lado del local mientras que tú te encontrabas en el otro, de repente nuestras miradas chocaron y tú corriste la tuya, en ese instante sentía como si me hubieran dado un golpe en el estómago y me habían dejado sin aire, quien diría que sería el primer golpe de tantos que de avecinaban.

Me dirijo a donde se encontraban los guardarropa y tu estabas​ allí, me miraste y en ese momento se instalo un silencio entumecedor, el que me hizo despertar, siempre habíamos tenido de que hablar y ahora todo era absoluto silencio.

-¿Podemos hablar?-me intenté acercar , pero el retrocedió mientras negaba con la cabeza.

-Tu y yo no tenemos nada de que hablar-miro asía la puerta y se dirigió a ella-y creo que eso siempre debió ser así.

Intenté detenerlo pero ya había cruzado la puerta, yo tomé asiento en una banca que se encontraba allí y me quedé mirando a la nada, mi mente se encontraba en blanco, hasta ahora me daba cuenta de mié error y sentía que no había nada en el mundo que pudiera cambiar lo que había hecho.

Las semanas pasaron y tú cada ves estaba más distante (si es que aún eso se podía), yo trataba de no mirarte pero mis ojos me traicionaron cada vez más.

Pero el día que mi mundo comenzó a desmoronarse fue el día en que mi mamá me informo que me tendría que mudar a otra ciudad a la casa de mi tia Sonia, y lo que más temor me había dado esa noticia es que ya no te vería como hasta ahora.

-No mamá, me niego rotundamente-yo solo la miraba y yo me encontraba con mis manos en forma de puño.

-Lo siento, pero está ves no tienes elección-me miraba con ojos suplicantes pero yo estaba cegada por el enojo que recorría por todo mi cuerpo.

Salí corriendo del local a una velocidad que no creí que alcanzaría, hasta que choque con alguien y estuve a punto de caer pero logré mantener el equilibrio.

-Fijate por donde vas-esa voz Levante la mirada y era Ernesto su voz era distante inclusive fría, esa no era su voz.

-Lo..lo siento..oo-de mi voz solo quedaba una parte-Es que mi mamá..

-Mira no me interesa lo que te allá pasado, lo que en ti respecta ya no es mi problema-mierda nunca creí escucharlo decir eso.

Mejore mi postura y puse una expresión dura en mi rostro y lo mire fijamente.

-¿Y crees, que tú a mí sí?-lo rete y al ver que no me respondia  regrese al local,el me seguía a pasos cercanos ya que los dos nos dirigimos a la cafetería, mi mamá se encontraba sentado en una silla y cuando supe que era el momento le contesté.

-Dime cuando me tengo que ir, ya no quiero seguir en este lugar-mire de reojo a Ernesto y Vi como contuvo el aire.

-Veras que será una buena decisión, no te arrepentirás.

-Mas te vale-vuelvo a salir del local pero está ves no regreso.

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Estaba empacando mis cosas, hace 2 días que había recibido la noticia, no había vuelto a la cafetería, lo que menos quería era estar cercas de el.

Escucho como comienza a sonar mi teléfono y contesto.

-¿si?diga.

-.......

--Se que estás allí, puedo escuchar tu respiración si no tienes a nadie más que joder deja de marcar-cuelgo el teléfono y vuele a sonar.

-¿Quien habla?-y otra vez del otro lado solo se escucha el silencio y su respiración, vuelvo a colgar el teléfono y esta vez lo apago, no quiero que nadie más haga mi día más miserable de lo que está siendo.

Me siento en mi cama y observó todo a mi al rededor, espero y no arrepentirme algún día de esto, muchos recuerdos vienen a mi mente pero ninguna lagrima recorre mi rostro, es hora de un nuevo comienzo.

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Hola aquí otro capítulo espero y puedan ayudar a llegar a más lecturas y espero y lo sigan disfrutando, nos leeremos pronto.
Galletita fuera.

Para decirte AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora