Capítulo 4

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Establecieron una rutina, o algo así.

Chanyeol no quería emparejarse con Baekhyun porque él se sintiera forzado a hacerlo o porque fuera lo que su instinto le pedía. Quería que el humano quisiera y se sintiera cómodo, así que decidió esperar y tratar de conocerse mejor.

Durante la semana, Chanyeol esperaba a Baekhyun con forma de lobo cerca de su casa y entraban juntos en ésta. Había llevado ropa para poder cambiarse allí y poder pasar alguna noche también, abrazándose y besándose antes de dejarse dormir. Baekhyun también era quien lo esperaba a veces en aquel callejón en el que lo había visto transformarse, y ambos iban juntos hasta la casa del cambiaforma, al otro lado. El humano argumentaba que si él se exponía a que lo pillaran en el mundo humano, era tan sólo justo que él hiciera lo mismo.

Y no le importaba, realmente no, porque le gustaba estar junto a Chanyeol. No era sólo que su cuerpo reaccionara de esa manera con él. Era que reían, charlaban, jugaban juntos. Estar con el alto lo hacía feliz más allá de la necesidad instintiva de estar junto a él, en el mismo espacio vital. Por eso, no le importaba exponerse, porque Chanyeol realmente merecía la pena.

- ¿Vienes hoy a tomarte algo, Baekhyun?

La voz conocida de Oh Sehun, uno de sus compañeros de trabajo, le hizo alzar la vista del informe que se suponía que debía entregar antes de marcharse. Le sonrió a modo de disculpa a su compañero antes de hablar.

- Lo siento, Sehun, estoy ocupado hoy -explicó.

- Siempre estás ocupado -rodó los ojos-. ¿Qué es lo que pasa últimamente?

- Lo siento -repitió-, realmente no puedo. Y querría terminar el informe antes de marcharme, por favor.

Sehun pilló la indirecta, pero sus ojos lo escanearon antes de marcharse, Baekhyun soltando al fin el aire que había estado conteniendo. Su compañero había intentado otras veces salir con él, Baekhyun agradecía el interés que tenía en él, pero no podía corresponderlo. No lo hacía antes de Chanyeol, y ahora mucho menos, no cuando el cambiaforma era todo lo que había soñado y hacía latir su corazón tan rápido.

Así que cuando dieron las seis y media, se levantó, recogió sus cosas y fue directo a casa, encontrando a Chanyeol esperándolo donde siempre con su habitual forma de lobo negro. Lo saludó con una gran sonrisa y lo dejó pasar antes que él a la casa. Chanyeol se dirigió directamente al dormitorio a recoger sus cosas, y él se dedicó a ojear la lista de restaurantes con servicio a domicilio.

- Me gusta ése -anunció la voz ronca de Chanyeol en su oído, haciéndolo girarse de pronto del susto. La sonrisa de medio lado del tipo lo hizo maldecirlo ya que seguía gustándole asustarlo de aquella manera, pero ni la peor de las maldiciones funcionó cuando vio que llevaba la camisa aún desabrochada, permitiéndole ver un poco de aquel torso firme y de sus abdominales trabajados. Baekhyun tragó fuerte.

- No necesitas hacer eso para decirme que quieres comida japonesa -aunque trató de sonar firme, sabe que fracasó estrepitosamente.

- Pero me gusta hacerlo -el más bajo rodó los ojos.

- ¿Esto va a ser así cuando vivamos juntos permanentemente? -preguntó con una sonrisa en la cara.

El siguiente domingo era finalmente la votación popular por la reentrada de los cambiaforma en la sociedad. Las encuestas eran variables dependiendo de a qué medio se consultara, pero en general, parecía que las cosas iban a salir bien, y Baekhyun había comenzado a imaginar cómo sería su vida con Chanyeol. El cambiaforma le sonrió y lo besó despacio antes de responder.

- Más te vale acostumbrarte.

Pidieron comida japonesa y cenaron juntos viendo una película antigua que estaban echando en la televisión. Cuando la cena se acabó, Chanyeol trajo unas fresas que había en el frigorífico y las comieron de postre con un poco de nata.

Al Otro Lado (ChanBaek | Baekyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora